El dólar blue volvió a alcanzar este martes su récord histórico de $ 200. Se trata de un número incómodo para el Gobierno y que llega en el momento más inoportuno, más allá que desde el oficialismo se han encargado en reiteradas oportunidades de restarle importancia a la cotización del billete que se opera en el mercado informal.
No se trata de un hecho aislado. El dólar financiero libre supera desde hace días esa barrera. La cotización del MEP vía bonos GD se ubica por encima de los $ 202, mientras que el contado con liquidación sin límite oscila entre los $ 214 y los $ 217, dependiendo del instrumento utilizado.
También puede observarse presión cambiaria en el segmento de dólar futuro, en la demanda de dólares en los bancos y en el apetito or los bonos dólar linked. En el caso de los futuros, la creciente demanda de divisas ha incrementado las necesidades de intervención por parte del Banco Central (BCRA) y la divisa ya se opera en $ 114 para enero, $ 125 para marzo y por encima de los $ 150 a partir de agosto del año próximo.
La demanda de dólares en los bancos, en cambio, provocó que el lunes de la semana pasada, tras la renovación del cupo de u$s 200, las entidades registraran un incremento de entre el 20% y el 30% respecto del primer día hábil de octubre.
INCERTIDUMBRE ELECTORAL
La presión cambiaria puede haberse intensificado en las últimas semanas, pero no es nueva. Tampoco lo son la mayoría de los factores que ejercen esa presi
Es que detrás de esta suba del dólar pueden encontrarse motivos de coyuntura y otros más de fondo. Entre los primeros, no puede eludirse que la incertidumbre política y económica que hay en Argentina se ha visto exacerbada por la proximidad de las elecciones, que se celebrarán este domingo.
RESERVAS Y VENCIMIENTOS
Otro de los factores que mantiene en vilo al mercado y apuntala la presión es el nivel de reservas del BCRA. Según coinciden algunas consultoras económicas, las reservas netas se ubicarían debajo de los u$s 6000. Este monto, estiman dentro del mercado, sería insuficiente para hacer frente a los compromisos de deuda -pagos de capital e intereses- acumulados para los próximos meses.
Hasta marzo de 2022, el país debería efectuar pagos al Fondo Monetario Internacional por unos u$s 5900 millones (la semana última el Central efectuó el pago de u$s 390 millones correspondientes al mes en curso). Restan aún pagos por u$s 1900 millones en diciembre, u$s 720 millones en enero, u$s 370 millones en febrero y u$s 2800 millones en marzo.
A ello podrían sumarse los pagos adeudados al Club de París, por unos u$s 2400 millones a lo largo de 2022. A fines de marzo, cabe recordar, finalizaría el “puente de tiempo” que el organismo pactó con la Argentina para alcanzar un acuerdo con el FMI.
Claro que este perfil de vencimientos se despejaría en caso de que el Gobierno logre alcanzar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. De allí se desprende la extrema atención con la que los economistas vigilan cada paso de las negociaciones.
BRECHA CAMBIARIA
Otro de los puntos que ejercen presión sobre el dólar es el nivel -y la persistencia en el tiempo- de la brecha cambiaria. La diferencia entre el dólar oficial mayorista y el blue se ubica apenas por debajo del 100%, y asciende por encima del 115% en el caso del dólar financiero no intervenido.
Estos niveles de brecha alientan las expectativas de una devaluación post elecciones, pese a que el Gobierno nacional ha insistido una y otra vez en que no convalidará un salto abrupto del tipo de cambio tras los comicios.
EMISIÓN SIN FRENO
También presiona al dólar la fuerte emisión monetaria que viene llevando a cabo el Gobierno para intentar revertir el resultado de las PASO. Tras las elecciones primarias, celebradas el 12 de septiembre último, el oficialismo puso el pie en el acelerador y desde entonces acumula envíos por más de $ 460.000 millones para asistir al Tesoro (sin computar la maniobra contable efectuada en septiembre mediante la cual el Central canceló Adelantos Transitorios por unos $ 427.401 millones).