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Estudios demuestran que colocar a los pacientes boca abajo disminuye la intubación por COVID-19

6 meses ago
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Estudios demuestran que colocar a los pacientes boca abajo disminuye la intubación por COVID-19
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En la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento, profesionales argentinos y chilenos concluyeron que el procedimiento evita que la persona requiera ventilación mecánica invasiva, por lo cual disminuye los riesgos

Se trata de una maniobra que desde hace más de 20 años se utiliza para mejorar el estado de salud de los pacientes en ventilación mecánica. 

En el marco de la pandemia por COVID-19, los médicos comenzaron a poner a los pacientes no intubados con coronavirus grave en posición decúbito prono, es decir, boca abajo, para mejorar su pronóstico. 

Y ahora, la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento en el mundo demostró que el procedimiento reduce la necesidad de intubación en pacientes hospitalizados con COVID. 

El trabajo realizado por investigadores argentinos y chilenos recibió la aprobación para ser publicado en la revista Medicina Intensiva. 

“Como médico intensivista me parece muy relevante el conocimiento al que arribamos, por lo que implica para la pandemia”, dijo a Infobae el especialista y profesor universitario Roberto Santa Cruz, uno de los autores del estudio, quien se desempeña en el Hospital Ramos Mejía y la Universidad de Magallanes, en Chile. De la investigación participaron además la médica Célica Irrazábal, especialista en Terapia Intensiva del Hospital de Clínicas; Alejandro Geloso, colega de Santa Cruz en el Hospital Ramos Mejía; Rodrigo Cornejo, de la Universidad de Chile, y Luis Gonzalez y Cristian Nuñez de la Universidad de Magallanes. 

“Tengo 55 años y trabajo en investigación hace mucho tiempo, pero esta es la primera vez que con un equipo arribamos a una primicia -confió Santa Cruz sobre las sensaciones que le genera ser parte de este trabajo-. Fue de mucha alegría que nos lo aceptaran para publicar”.

Para hacer un poco de historia acerca del procedimiento, el especialista en terapia intensiva explicó a este medio que “había mucha evidencia desde el punto de vista fisiopatológico, y los beneficios que el prono genera en pacientes con distress respiratorio severo y oxigenación muy baja”. “En 2013 un estudio francés demostró que había disminución de la mortalidad con la posición de prono en pacientes ventilados”, continuó Santa Cruz, quien reseñó que “luego una revisión sistemática comprobó datos previos y a partir de ahí se comenzó a usar con más frecuencia, aunque con variaciones en cuanto al criterio de aplicación y el nivel del oxigenación a partir de la cual debiera ponerse en prono a una persona”. 

Y tras señalar que “hasta ahora había evidencia científica pero no un uso tan generalizado”, el especialista resaltó que “fue a partir de la pandemia que se empezó a usar muy comúnmente”. 

En este sentido, explicó que “el prono vigil es diferente al que se realiza en pacientes que se encuentran sedados, en los que se necesitan cuatro operadores para darlos vuelta y otros cuatro para volverlos boca arriba”. “Además, se les suele lastimar la cara por la imposibilidad de moverse, cosa que no ocurre cuando el paciente está despierto, ya que se le explica el procedimiento y se lo ayuda con almohadas a encontrar una posición cómoda dentro de lo posible”, detalló, y destacó: “El prono vigil casi no tiene efectos adversos”. 

Como explicó Santa Cruz, previo a la pandemia había muy pocos estudios de vigilancia respecto a esta técnica. “A medida que se empezó a usar más asiduamente empezaron a aparecer muchos trabajos -relató el especialista-. Los primeros estudios eran series de casos, observacionales, y había muy pocos estudios controlados y aleatorizados que son los que tienen menos sesgo y mayor valor en cuanto a evidencia”.

“Hoy se usa mucho la revisión sistemática, que consiste en agrupar varios estudios que analizan el mismo tratamiento y se ve si realmente es estadísticamente significativo; estas conclusiones se ubican en la cima de la pirámide de la evidencia”, aseguró el experto, que desde hace un año comenzó con sus colegas a estudiar el tema.

En agosto se conoció el que hasta ese momento era el estudio más grande sobre este procedimiento, realizado en 1.100 pacientes en 42 hospitales de seis países (España, Francia, Canadá, México, Irlanda y Estados Unidos) y que aportó la mayor cantidad de pacientes para hacer el presente metaanálisis.

“Exploramos los valores de oxigenación, disminución de la tasa de intubación y disminución de la tasa de mortalidad, y si bien al analizar los datos en oxigenación y mortalidad no se pudo hacer análisis sustancial, respecto a la tasa de intubación se vio una disminución en los pacientes que habían sido tratados con esta técnica”, resumió Santa Cruz el trabajo.

Y concluyó: “Se trata de un procedimiento fácil de hacer y su uso no está tan generalizado; lo importante del hallazgo radica en el riesgo que se previene al evitar la ventilación mecánica invasiva”.

Fuente: Infobae

En la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento, profesionales argentinos y chilenos concluyeron que el procedimiento evita que la persona requiera ventilación mecánica invasiva, por lo cual disminuye los riesgos

Se trata de una maniobra que desde hace más de 20 años se utiliza para mejorar el estado de salud de los pacientes en ventilación mecánica. 

En el marco de la pandemia por COVID-19, los médicos comenzaron a poner a los pacientes no intubados con coronavirus grave en posición decúbito prono, es decir, boca abajo, para mejorar su pronóstico. 

Y ahora, la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento en el mundo demostró que el procedimiento reduce la necesidad de intubación en pacientes hospitalizados con COVID. 

El trabajo realizado por investigadores argentinos y chilenos recibió la aprobación para ser publicado en la revista Medicina Intensiva. 

“Como médico intensivista me parece muy relevante el conocimiento al que arribamos, por lo que implica para la pandemia”, dijo a Infobae el especialista y profesor universitario Roberto Santa Cruz, uno de los autores del estudio, quien se desempeña en el Hospital Ramos Mejía y la Universidad de Magallanes, en Chile. De la investigación participaron además la médica Célica Irrazábal, especialista en Terapia Intensiva del Hospital de Clínicas; Alejandro Geloso, colega de Santa Cruz en el Hospital Ramos Mejía; Rodrigo Cornejo, de la Universidad de Chile, y Luis Gonzalez y Cristian Nuñez de la Universidad de Magallanes. 

“Tengo 55 años y trabajo en investigación hace mucho tiempo, pero esta es la primera vez que con un equipo arribamos a una primicia -confió Santa Cruz sobre las sensaciones que le genera ser parte de este trabajo-. Fue de mucha alegría que nos lo aceptaran para publicar”.

Para hacer un poco de historia acerca del procedimiento, el especialista en terapia intensiva explicó a este medio que “había mucha evidencia desde el punto de vista fisiopatológico, y los beneficios que el prono genera en pacientes con distress respiratorio severo y oxigenación muy baja”. “En 2013 un estudio francés demostró que había disminución de la mortalidad con la posición de prono en pacientes ventilados”, continuó Santa Cruz, quien reseñó que “luego una revisión sistemática comprobó datos previos y a partir de ahí se comenzó a usar con más frecuencia, aunque con variaciones en cuanto al criterio de aplicación y el nivel del oxigenación a partir de la cual debiera ponerse en prono a una persona”. 

Y tras señalar que “hasta ahora había evidencia científica pero no un uso tan generalizado”, el especialista resaltó que “fue a partir de la pandemia que se empezó a usar muy comúnmente”. 

En este sentido, explicó que “el prono vigil es diferente al que se realiza en pacientes que se encuentran sedados, en los que se necesitan cuatro operadores para darlos vuelta y otros cuatro para volverlos boca arriba”. “Además, se les suele lastimar la cara por la imposibilidad de moverse, cosa que no ocurre cuando el paciente está despierto, ya que se le explica el procedimiento y se lo ayuda con almohadas a encontrar una posición cómoda dentro de lo posible”, detalló, y destacó: “El prono vigil casi no tiene efectos adversos”. 

Como explicó Santa Cruz, previo a la pandemia había muy pocos estudios de vigilancia respecto a esta técnica. “A medida que se empezó a usar más asiduamente empezaron a aparecer muchos trabajos -relató el especialista-. Los primeros estudios eran series de casos, observacionales, y había muy pocos estudios controlados y aleatorizados que son los que tienen menos sesgo y mayor valor en cuanto a evidencia”.

“Hoy se usa mucho la revisión sistemática, que consiste en agrupar varios estudios que analizan el mismo tratamiento y se ve si realmente es estadísticamente significativo; estas conclusiones se ubican en la cima de la pirámide de la evidencia”, aseguró el experto, que desde hace un año comenzó con sus colegas a estudiar el tema.

En agosto se conoció el que hasta ese momento era el estudio más grande sobre este procedimiento, realizado en 1.100 pacientes en 42 hospitales de seis países (España, Francia, Canadá, México, Irlanda y Estados Unidos) y que aportó la mayor cantidad de pacientes para hacer el presente metaanálisis.

“Exploramos los valores de oxigenación, disminución de la tasa de intubación y disminución de la tasa de mortalidad, y si bien al analizar los datos en oxigenación y mortalidad no se pudo hacer análisis sustancial, respecto a la tasa de intubación se vio una disminución en los pacientes que habían sido tratados con esta técnica”, resumió Santa Cruz el trabajo.

Y concluyó: “Se trata de un procedimiento fácil de hacer y su uso no está tan generalizado; lo importante del hallazgo radica en el riesgo que se previene al evitar la ventilación mecánica invasiva”.

Fuente: Infobae

En la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento, profesionales argentinos y chilenos concluyeron que el procedimiento evita que la persona requiera ventilación mecánica invasiva, por lo cual disminuye los riesgos

Se trata de una maniobra que desde hace más de 20 años se utiliza para mejorar el estado de salud de los pacientes en ventilación mecánica. 

En el marco de la pandemia por COVID-19, los médicos comenzaron a poner a los pacientes no intubados con coronavirus grave en posición decúbito prono, es decir, boca abajo, para mejorar su pronóstico. 

Y ahora, la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento en el mundo demostró que el procedimiento reduce la necesidad de intubación en pacientes hospitalizados con COVID. 

El trabajo realizado por investigadores argentinos y chilenos recibió la aprobación para ser publicado en la revista Medicina Intensiva. 

“Como médico intensivista me parece muy relevante el conocimiento al que arribamos, por lo que implica para la pandemia”, dijo a Infobae el especialista y profesor universitario Roberto Santa Cruz, uno de los autores del estudio, quien se desempeña en el Hospital Ramos Mejía y la Universidad de Magallanes, en Chile. De la investigación participaron además la médica Célica Irrazábal, especialista en Terapia Intensiva del Hospital de Clínicas; Alejandro Geloso, colega de Santa Cruz en el Hospital Ramos Mejía; Rodrigo Cornejo, de la Universidad de Chile, y Luis Gonzalez y Cristian Nuñez de la Universidad de Magallanes. 

“Tengo 55 años y trabajo en investigación hace mucho tiempo, pero esta es la primera vez que con un equipo arribamos a una primicia -confió Santa Cruz sobre las sensaciones que le genera ser parte de este trabajo-. Fue de mucha alegría que nos lo aceptaran para publicar”.

Para hacer un poco de historia acerca del procedimiento, el especialista en terapia intensiva explicó a este medio que “había mucha evidencia desde el punto de vista fisiopatológico, y los beneficios que el prono genera en pacientes con distress respiratorio severo y oxigenación muy baja”. “En 2013 un estudio francés demostró que había disminución de la mortalidad con la posición de prono en pacientes ventilados”, continuó Santa Cruz, quien reseñó que “luego una revisión sistemática comprobó datos previos y a partir de ahí se comenzó a usar con más frecuencia, aunque con variaciones en cuanto al criterio de aplicación y el nivel del oxigenación a partir de la cual debiera ponerse en prono a una persona”. 

Y tras señalar que “hasta ahora había evidencia científica pero no un uso tan generalizado”, el especialista resaltó que “fue a partir de la pandemia que se empezó a usar muy comúnmente”. 

En este sentido, explicó que “el prono vigil es diferente al que se realiza en pacientes que se encuentran sedados, en los que se necesitan cuatro operadores para darlos vuelta y otros cuatro para volverlos boca arriba”. “Además, se les suele lastimar la cara por la imposibilidad de moverse, cosa que no ocurre cuando el paciente está despierto, ya que se le explica el procedimiento y se lo ayuda con almohadas a encontrar una posición cómoda dentro de lo posible”, detalló, y destacó: “El prono vigil casi no tiene efectos adversos”. 

Como explicó Santa Cruz, previo a la pandemia había muy pocos estudios de vigilancia respecto a esta técnica. “A medida que se empezó a usar más asiduamente empezaron a aparecer muchos trabajos -relató el especialista-. Los primeros estudios eran series de casos, observacionales, y había muy pocos estudios controlados y aleatorizados que son los que tienen menos sesgo y mayor valor en cuanto a evidencia”.

“Hoy se usa mucho la revisión sistemática, que consiste en agrupar varios estudios que analizan el mismo tratamiento y se ve si realmente es estadísticamente significativo; estas conclusiones se ubican en la cima de la pirámide de la evidencia”, aseguró el experto, que desde hace un año comenzó con sus colegas a estudiar el tema.

En agosto se conoció el que hasta ese momento era el estudio más grande sobre este procedimiento, realizado en 1.100 pacientes en 42 hospitales de seis países (España, Francia, Canadá, México, Irlanda y Estados Unidos) y que aportó la mayor cantidad de pacientes para hacer el presente metaanálisis.

“Exploramos los valores de oxigenación, disminución de la tasa de intubación y disminución de la tasa de mortalidad, y si bien al analizar los datos en oxigenación y mortalidad no se pudo hacer análisis sustancial, respecto a la tasa de intubación se vio una disminución en los pacientes que habían sido tratados con esta técnica”, resumió Santa Cruz el trabajo.

Y concluyó: “Se trata de un procedimiento fácil de hacer y su uso no está tan generalizado; lo importante del hallazgo radica en el riesgo que se previene al evitar la ventilación mecánica invasiva”.

Fuente: Infobae

En la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento, profesionales argentinos y chilenos concluyeron que el procedimiento evita que la persona requiera ventilación mecánica invasiva, por lo cual disminuye los riesgos

Se trata de una maniobra que desde hace más de 20 años se utiliza para mejorar el estado de salud de los pacientes en ventilación mecánica. 

En el marco de la pandemia por COVID-19, los médicos comenzaron a poner a los pacientes no intubados con coronavirus grave en posición decúbito prono, es decir, boca abajo, para mejorar su pronóstico. 

Y ahora, la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento en el mundo demostró que el procedimiento reduce la necesidad de intubación en pacientes hospitalizados con COVID. 

El trabajo realizado por investigadores argentinos y chilenos recibió la aprobación para ser publicado en la revista Medicina Intensiva. 

“Como médico intensivista me parece muy relevante el conocimiento al que arribamos, por lo que implica para la pandemia”, dijo a Infobae el especialista y profesor universitario Roberto Santa Cruz, uno de los autores del estudio, quien se desempeña en el Hospital Ramos Mejía y la Universidad de Magallanes, en Chile. De la investigación participaron además la médica Célica Irrazábal, especialista en Terapia Intensiva del Hospital de Clínicas; Alejandro Geloso, colega de Santa Cruz en el Hospital Ramos Mejía; Rodrigo Cornejo, de la Universidad de Chile, y Luis Gonzalez y Cristian Nuñez de la Universidad de Magallanes. 

“Tengo 55 años y trabajo en investigación hace mucho tiempo, pero esta es la primera vez que con un equipo arribamos a una primicia -confió Santa Cruz sobre las sensaciones que le genera ser parte de este trabajo-. Fue de mucha alegría que nos lo aceptaran para publicar”.

Para hacer un poco de historia acerca del procedimiento, el especialista en terapia intensiva explicó a este medio que “había mucha evidencia desde el punto de vista fisiopatológico, y los beneficios que el prono genera en pacientes con distress respiratorio severo y oxigenación muy baja”. “En 2013 un estudio francés demostró que había disminución de la mortalidad con la posición de prono en pacientes ventilados”, continuó Santa Cruz, quien reseñó que “luego una revisión sistemática comprobó datos previos y a partir de ahí se comenzó a usar con más frecuencia, aunque con variaciones en cuanto al criterio de aplicación y el nivel del oxigenación a partir de la cual debiera ponerse en prono a una persona”. 

Y tras señalar que “hasta ahora había evidencia científica pero no un uso tan generalizado”, el especialista resaltó que “fue a partir de la pandemia que se empezó a usar muy comúnmente”. 

En este sentido, explicó que “el prono vigil es diferente al que se realiza en pacientes que se encuentran sedados, en los que se necesitan cuatro operadores para darlos vuelta y otros cuatro para volverlos boca arriba”. “Además, se les suele lastimar la cara por la imposibilidad de moverse, cosa que no ocurre cuando el paciente está despierto, ya que se le explica el procedimiento y se lo ayuda con almohadas a encontrar una posición cómoda dentro de lo posible”, detalló, y destacó: “El prono vigil casi no tiene efectos adversos”. 

Como explicó Santa Cruz, previo a la pandemia había muy pocos estudios de vigilancia respecto a esta técnica. “A medida que se empezó a usar más asiduamente empezaron a aparecer muchos trabajos -relató el especialista-. Los primeros estudios eran series de casos, observacionales, y había muy pocos estudios controlados y aleatorizados que son los que tienen menos sesgo y mayor valor en cuanto a evidencia”.

“Hoy se usa mucho la revisión sistemática, que consiste en agrupar varios estudios que analizan el mismo tratamiento y se ve si realmente es estadísticamente significativo; estas conclusiones se ubican en la cima de la pirámide de la evidencia”, aseguró el experto, que desde hace un año comenzó con sus colegas a estudiar el tema.

En agosto se conoció el que hasta ese momento era el estudio más grande sobre este procedimiento, realizado en 1.100 pacientes en 42 hospitales de seis países (España, Francia, Canadá, México, Irlanda y Estados Unidos) y que aportó la mayor cantidad de pacientes para hacer el presente metaanálisis.

“Exploramos los valores de oxigenación, disminución de la tasa de intubación y disminución de la tasa de mortalidad, y si bien al analizar los datos en oxigenación y mortalidad no se pudo hacer análisis sustancial, respecto a la tasa de intubación se vio una disminución en los pacientes que habían sido tratados con esta técnica”, resumió Santa Cruz el trabajo.

Y concluyó: “Se trata de un procedimiento fácil de hacer y su uso no está tan generalizado; lo importante del hallazgo radica en el riesgo que se previene al evitar la ventilación mecánica invasiva”.

Fuente: Infobae

En la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento, profesionales argentinos y chilenos concluyeron que el procedimiento evita que la persona requiera ventilación mecánica invasiva, por lo cual disminuye los riesgos

Se trata de una maniobra que desde hace más de 20 años se utiliza para mejorar el estado de salud de los pacientes en ventilación mecánica. 

En el marco de la pandemia por COVID-19, los médicos comenzaron a poner a los pacientes no intubados con coronavirus grave en posición decúbito prono, es decir, boca abajo, para mejorar su pronóstico. 

Y ahora, la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento en el mundo demostró que el procedimiento reduce la necesidad de intubación en pacientes hospitalizados con COVID. 

El trabajo realizado por investigadores argentinos y chilenos recibió la aprobación para ser publicado en la revista Medicina Intensiva. 

“Como médico intensivista me parece muy relevante el conocimiento al que arribamos, por lo que implica para la pandemia”, dijo a Infobae el especialista y profesor universitario Roberto Santa Cruz, uno de los autores del estudio, quien se desempeña en el Hospital Ramos Mejía y la Universidad de Magallanes, en Chile. De la investigación participaron además la médica Célica Irrazábal, especialista en Terapia Intensiva del Hospital de Clínicas; Alejandro Geloso, colega de Santa Cruz en el Hospital Ramos Mejía; Rodrigo Cornejo, de la Universidad de Chile, y Luis Gonzalez y Cristian Nuñez de la Universidad de Magallanes. 

“Tengo 55 años y trabajo en investigación hace mucho tiempo, pero esta es la primera vez que con un equipo arribamos a una primicia -confió Santa Cruz sobre las sensaciones que le genera ser parte de este trabajo-. Fue de mucha alegría que nos lo aceptaran para publicar”.

Para hacer un poco de historia acerca del procedimiento, el especialista en terapia intensiva explicó a este medio que “había mucha evidencia desde el punto de vista fisiopatológico, y los beneficios que el prono genera en pacientes con distress respiratorio severo y oxigenación muy baja”. “En 2013 un estudio francés demostró que había disminución de la mortalidad con la posición de prono en pacientes ventilados”, continuó Santa Cruz, quien reseñó que “luego una revisión sistemática comprobó datos previos y a partir de ahí se comenzó a usar con más frecuencia, aunque con variaciones en cuanto al criterio de aplicación y el nivel del oxigenación a partir de la cual debiera ponerse en prono a una persona”. 

Y tras señalar que “hasta ahora había evidencia científica pero no un uso tan generalizado”, el especialista resaltó que “fue a partir de la pandemia que se empezó a usar muy comúnmente”. 

En este sentido, explicó que “el prono vigil es diferente al que se realiza en pacientes que se encuentran sedados, en los que se necesitan cuatro operadores para darlos vuelta y otros cuatro para volverlos boca arriba”. “Además, se les suele lastimar la cara por la imposibilidad de moverse, cosa que no ocurre cuando el paciente está despierto, ya que se le explica el procedimiento y se lo ayuda con almohadas a encontrar una posición cómoda dentro de lo posible”, detalló, y destacó: “El prono vigil casi no tiene efectos adversos”. 

Como explicó Santa Cruz, previo a la pandemia había muy pocos estudios de vigilancia respecto a esta técnica. “A medida que se empezó a usar más asiduamente empezaron a aparecer muchos trabajos -relató el especialista-. Los primeros estudios eran series de casos, observacionales, y había muy pocos estudios controlados y aleatorizados que son los que tienen menos sesgo y mayor valor en cuanto a evidencia”.

“Hoy se usa mucho la revisión sistemática, que consiste en agrupar varios estudios que analizan el mismo tratamiento y se ve si realmente es estadísticamente significativo; estas conclusiones se ubican en la cima de la pirámide de la evidencia”, aseguró el experto, que desde hace un año comenzó con sus colegas a estudiar el tema.

En agosto se conoció el que hasta ese momento era el estudio más grande sobre este procedimiento, realizado en 1.100 pacientes en 42 hospitales de seis países (España, Francia, Canadá, México, Irlanda y Estados Unidos) y que aportó la mayor cantidad de pacientes para hacer el presente metaanálisis.

“Exploramos los valores de oxigenación, disminución de la tasa de intubación y disminución de la tasa de mortalidad, y si bien al analizar los datos en oxigenación y mortalidad no se pudo hacer análisis sustancial, respecto a la tasa de intubación se vio una disminución en los pacientes que habían sido tratados con esta técnica”, resumió Santa Cruz el trabajo.

Y concluyó: “Se trata de un procedimiento fácil de hacer y su uso no está tan generalizado; lo importante del hallazgo radica en el riesgo que se previene al evitar la ventilación mecánica invasiva”.

Fuente: Infobae

En la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento, profesionales argentinos y chilenos concluyeron que el procedimiento evita que la persona requiera ventilación mecánica invasiva, por lo cual disminuye los riesgos

Se trata de una maniobra que desde hace más de 20 años se utiliza para mejorar el estado de salud de los pacientes en ventilación mecánica. 

En el marco de la pandemia por COVID-19, los médicos comenzaron a poner a los pacientes no intubados con coronavirus grave en posición decúbito prono, es decir, boca abajo, para mejorar su pronóstico. 

Y ahora, la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento en el mundo demostró que el procedimiento reduce la necesidad de intubación en pacientes hospitalizados con COVID. 

El trabajo realizado por investigadores argentinos y chilenos recibió la aprobación para ser publicado en la revista Medicina Intensiva. 

“Como médico intensivista me parece muy relevante el conocimiento al que arribamos, por lo que implica para la pandemia”, dijo a Infobae el especialista y profesor universitario Roberto Santa Cruz, uno de los autores del estudio, quien se desempeña en el Hospital Ramos Mejía y la Universidad de Magallanes, en Chile. De la investigación participaron además la médica Célica Irrazábal, especialista en Terapia Intensiva del Hospital de Clínicas; Alejandro Geloso, colega de Santa Cruz en el Hospital Ramos Mejía; Rodrigo Cornejo, de la Universidad de Chile, y Luis Gonzalez y Cristian Nuñez de la Universidad de Magallanes. 

“Tengo 55 años y trabajo en investigación hace mucho tiempo, pero esta es la primera vez que con un equipo arribamos a una primicia -confió Santa Cruz sobre las sensaciones que le genera ser parte de este trabajo-. Fue de mucha alegría que nos lo aceptaran para publicar”.

Para hacer un poco de historia acerca del procedimiento, el especialista en terapia intensiva explicó a este medio que “había mucha evidencia desde el punto de vista fisiopatológico, y los beneficios que el prono genera en pacientes con distress respiratorio severo y oxigenación muy baja”. “En 2013 un estudio francés demostró que había disminución de la mortalidad con la posición de prono en pacientes ventilados”, continuó Santa Cruz, quien reseñó que “luego una revisión sistemática comprobó datos previos y a partir de ahí se comenzó a usar con más frecuencia, aunque con variaciones en cuanto al criterio de aplicación y el nivel del oxigenación a partir de la cual debiera ponerse en prono a una persona”. 

Y tras señalar que “hasta ahora había evidencia científica pero no un uso tan generalizado”, el especialista resaltó que “fue a partir de la pandemia que se empezó a usar muy comúnmente”. 

En este sentido, explicó que “el prono vigil es diferente al que se realiza en pacientes que se encuentran sedados, en los que se necesitan cuatro operadores para darlos vuelta y otros cuatro para volverlos boca arriba”. “Además, se les suele lastimar la cara por la imposibilidad de moverse, cosa que no ocurre cuando el paciente está despierto, ya que se le explica el procedimiento y se lo ayuda con almohadas a encontrar una posición cómoda dentro de lo posible”, detalló, y destacó: “El prono vigil casi no tiene efectos adversos”. 

Como explicó Santa Cruz, previo a la pandemia había muy pocos estudios de vigilancia respecto a esta técnica. “A medida que se empezó a usar más asiduamente empezaron a aparecer muchos trabajos -relató el especialista-. Los primeros estudios eran series de casos, observacionales, y había muy pocos estudios controlados y aleatorizados que son los que tienen menos sesgo y mayor valor en cuanto a evidencia”.

“Hoy se usa mucho la revisión sistemática, que consiste en agrupar varios estudios que analizan el mismo tratamiento y se ve si realmente es estadísticamente significativo; estas conclusiones se ubican en la cima de la pirámide de la evidencia”, aseguró el experto, que desde hace un año comenzó con sus colegas a estudiar el tema.

En agosto se conoció el que hasta ese momento era el estudio más grande sobre este procedimiento, realizado en 1.100 pacientes en 42 hospitales de seis países (España, Francia, Canadá, México, Irlanda y Estados Unidos) y que aportó la mayor cantidad de pacientes para hacer el presente metaanálisis.

“Exploramos los valores de oxigenación, disminución de la tasa de intubación y disminución de la tasa de mortalidad, y si bien al analizar los datos en oxigenación y mortalidad no se pudo hacer análisis sustancial, respecto a la tasa de intubación se vio una disminución en los pacientes que habían sido tratados con esta técnica”, resumió Santa Cruz el trabajo.

Y concluyó: “Se trata de un procedimiento fácil de hacer y su uso no está tan generalizado; lo importante del hallazgo radica en el riesgo que se previene al evitar la ventilación mecánica invasiva”.

Fuente: Infobae

En la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento, profesionales argentinos y chilenos concluyeron que el procedimiento evita que la persona requiera ventilación mecánica invasiva, por lo cual disminuye los riesgos

Se trata de una maniobra que desde hace más de 20 años se utiliza para mejorar el estado de salud de los pacientes en ventilación mecánica. 

En el marco de la pandemia por COVID-19, los médicos comenzaron a poner a los pacientes no intubados con coronavirus grave en posición decúbito prono, es decir, boca abajo, para mejorar su pronóstico. 

Y ahora, la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento en el mundo demostró que el procedimiento reduce la necesidad de intubación en pacientes hospitalizados con COVID. 

El trabajo realizado por investigadores argentinos y chilenos recibió la aprobación para ser publicado en la revista Medicina Intensiva. 

“Como médico intensivista me parece muy relevante el conocimiento al que arribamos, por lo que implica para la pandemia”, dijo a Infobae el especialista y profesor universitario Roberto Santa Cruz, uno de los autores del estudio, quien se desempeña en el Hospital Ramos Mejía y la Universidad de Magallanes, en Chile. De la investigación participaron además la médica Célica Irrazábal, especialista en Terapia Intensiva del Hospital de Clínicas; Alejandro Geloso, colega de Santa Cruz en el Hospital Ramos Mejía; Rodrigo Cornejo, de la Universidad de Chile, y Luis Gonzalez y Cristian Nuñez de la Universidad de Magallanes. 

“Tengo 55 años y trabajo en investigación hace mucho tiempo, pero esta es la primera vez que con un equipo arribamos a una primicia -confió Santa Cruz sobre las sensaciones que le genera ser parte de este trabajo-. Fue de mucha alegría que nos lo aceptaran para publicar”.

Para hacer un poco de historia acerca del procedimiento, el especialista en terapia intensiva explicó a este medio que “había mucha evidencia desde el punto de vista fisiopatológico, y los beneficios que el prono genera en pacientes con distress respiratorio severo y oxigenación muy baja”. “En 2013 un estudio francés demostró que había disminución de la mortalidad con la posición de prono en pacientes ventilados”, continuó Santa Cruz, quien reseñó que “luego una revisión sistemática comprobó datos previos y a partir de ahí se comenzó a usar con más frecuencia, aunque con variaciones en cuanto al criterio de aplicación y el nivel del oxigenación a partir de la cual debiera ponerse en prono a una persona”. 

Y tras señalar que “hasta ahora había evidencia científica pero no un uso tan generalizado”, el especialista resaltó que “fue a partir de la pandemia que se empezó a usar muy comúnmente”. 

En este sentido, explicó que “el prono vigil es diferente al que se realiza en pacientes que se encuentran sedados, en los que se necesitan cuatro operadores para darlos vuelta y otros cuatro para volverlos boca arriba”. “Además, se les suele lastimar la cara por la imposibilidad de moverse, cosa que no ocurre cuando el paciente está despierto, ya que se le explica el procedimiento y se lo ayuda con almohadas a encontrar una posición cómoda dentro de lo posible”, detalló, y destacó: “El prono vigil casi no tiene efectos adversos”. 

Como explicó Santa Cruz, previo a la pandemia había muy pocos estudios de vigilancia respecto a esta técnica. “A medida que se empezó a usar más asiduamente empezaron a aparecer muchos trabajos -relató el especialista-. Los primeros estudios eran series de casos, observacionales, y había muy pocos estudios controlados y aleatorizados que son los que tienen menos sesgo y mayor valor en cuanto a evidencia”.

“Hoy se usa mucho la revisión sistemática, que consiste en agrupar varios estudios que analizan el mismo tratamiento y se ve si realmente es estadísticamente significativo; estas conclusiones se ubican en la cima de la pirámide de la evidencia”, aseguró el experto, que desde hace un año comenzó con sus colegas a estudiar el tema.

En agosto se conoció el que hasta ese momento era el estudio más grande sobre este procedimiento, realizado en 1.100 pacientes en 42 hospitales de seis países (España, Francia, Canadá, México, Irlanda y Estados Unidos) y que aportó la mayor cantidad de pacientes para hacer el presente metaanálisis.

“Exploramos los valores de oxigenación, disminución de la tasa de intubación y disminución de la tasa de mortalidad, y si bien al analizar los datos en oxigenación y mortalidad no se pudo hacer análisis sustancial, respecto a la tasa de intubación se vio una disminución en los pacientes que habían sido tratados con esta técnica”, resumió Santa Cruz el trabajo.

Y concluyó: “Se trata de un procedimiento fácil de hacer y su uso no está tan generalizado; lo importante del hallazgo radica en el riesgo que se previene al evitar la ventilación mecánica invasiva”.

Fuente: Infobae

En la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento, profesionales argentinos y chilenos concluyeron que el procedimiento evita que la persona requiera ventilación mecánica invasiva, por lo cual disminuye los riesgos

Se trata de una maniobra que desde hace más de 20 años se utiliza para mejorar el estado de salud de los pacientes en ventilación mecánica. 

En el marco de la pandemia por COVID-19, los médicos comenzaron a poner a los pacientes no intubados con coronavirus grave en posición decúbito prono, es decir, boca abajo, para mejorar su pronóstico. 

Y ahora, la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento en el mundo demostró que el procedimiento reduce la necesidad de intubación en pacientes hospitalizados con COVID. 

El trabajo realizado por investigadores argentinos y chilenos recibió la aprobación para ser publicado en la revista Medicina Intensiva. 

“Como médico intensivista me parece muy relevante el conocimiento al que arribamos, por lo que implica para la pandemia”, dijo a Infobae el especialista y profesor universitario Roberto Santa Cruz, uno de los autores del estudio, quien se desempeña en el Hospital Ramos Mejía y la Universidad de Magallanes, en Chile. De la investigación participaron además la médica Célica Irrazábal, especialista en Terapia Intensiva del Hospital de Clínicas; Alejandro Geloso, colega de Santa Cruz en el Hospital Ramos Mejía; Rodrigo Cornejo, de la Universidad de Chile, y Luis Gonzalez y Cristian Nuñez de la Universidad de Magallanes. 

“Tengo 55 años y trabajo en investigación hace mucho tiempo, pero esta es la primera vez que con un equipo arribamos a una primicia -confió Santa Cruz sobre las sensaciones que le genera ser parte de este trabajo-. Fue de mucha alegría que nos lo aceptaran para publicar”.

Para hacer un poco de historia acerca del procedimiento, el especialista en terapia intensiva explicó a este medio que “había mucha evidencia desde el punto de vista fisiopatológico, y los beneficios que el prono genera en pacientes con distress respiratorio severo y oxigenación muy baja”. “En 2013 un estudio francés demostró que había disminución de la mortalidad con la posición de prono en pacientes ventilados”, continuó Santa Cruz, quien reseñó que “luego una revisión sistemática comprobó datos previos y a partir de ahí se comenzó a usar con más frecuencia, aunque con variaciones en cuanto al criterio de aplicación y el nivel del oxigenación a partir de la cual debiera ponerse en prono a una persona”. 

Y tras señalar que “hasta ahora había evidencia científica pero no un uso tan generalizado”, el especialista resaltó que “fue a partir de la pandemia que se empezó a usar muy comúnmente”. 

En este sentido, explicó que “el prono vigil es diferente al que se realiza en pacientes que se encuentran sedados, en los que se necesitan cuatro operadores para darlos vuelta y otros cuatro para volverlos boca arriba”. “Además, se les suele lastimar la cara por la imposibilidad de moverse, cosa que no ocurre cuando el paciente está despierto, ya que se le explica el procedimiento y se lo ayuda con almohadas a encontrar una posición cómoda dentro de lo posible”, detalló, y destacó: “El prono vigil casi no tiene efectos adversos”. 

Como explicó Santa Cruz, previo a la pandemia había muy pocos estudios de vigilancia respecto a esta técnica. “A medida que se empezó a usar más asiduamente empezaron a aparecer muchos trabajos -relató el especialista-. Los primeros estudios eran series de casos, observacionales, y había muy pocos estudios controlados y aleatorizados que son los que tienen menos sesgo y mayor valor en cuanto a evidencia”.

“Hoy se usa mucho la revisión sistemática, que consiste en agrupar varios estudios que analizan el mismo tratamiento y se ve si realmente es estadísticamente significativo; estas conclusiones se ubican en la cima de la pirámide de la evidencia”, aseguró el experto, que desde hace un año comenzó con sus colegas a estudiar el tema.

En agosto se conoció el que hasta ese momento era el estudio más grande sobre este procedimiento, realizado en 1.100 pacientes en 42 hospitales de seis países (España, Francia, Canadá, México, Irlanda y Estados Unidos) y que aportó la mayor cantidad de pacientes para hacer el presente metaanálisis.

“Exploramos los valores de oxigenación, disminución de la tasa de intubación y disminución de la tasa de mortalidad, y si bien al analizar los datos en oxigenación y mortalidad no se pudo hacer análisis sustancial, respecto a la tasa de intubación se vio una disminución en los pacientes que habían sido tratados con esta técnica”, resumió Santa Cruz el trabajo.

Y concluyó: “Se trata de un procedimiento fácil de hacer y su uso no está tan generalizado; lo importante del hallazgo radica en el riesgo que se previene al evitar la ventilación mecánica invasiva”.

Fuente: Infobae

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En la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento, profesionales argentinos y chilenos concluyeron que el procedimiento evita que la persona requiera ventilación mecánica invasiva, por lo cual disminuye los riesgos

Se trata de una maniobra que desde hace más de 20 años se utiliza para mejorar el estado de salud de los pacientes en ventilación mecánica. 

En el marco de la pandemia por COVID-19, los médicos comenzaron a poner a los pacientes no intubados con coronavirus grave en posición decúbito prono, es decir, boca abajo, para mejorar su pronóstico. 

Y ahora, la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento en el mundo demostró que el procedimiento reduce la necesidad de intubación en pacientes hospitalizados con COVID. 

El trabajo realizado por investigadores argentinos y chilenos recibió la aprobación para ser publicado en la revista Medicina Intensiva. 

“Como médico intensivista me parece muy relevante el conocimiento al que arribamos, por lo que implica para la pandemia”, dijo a Infobae el especialista y profesor universitario Roberto Santa Cruz, uno de los autores del estudio, quien se desempeña en el Hospital Ramos Mejía y la Universidad de Magallanes, en Chile. De la investigación participaron además la médica Célica Irrazábal, especialista en Terapia Intensiva del Hospital de Clínicas; Alejandro Geloso, colega de Santa Cruz en el Hospital Ramos Mejía; Rodrigo Cornejo, de la Universidad de Chile, y Luis Gonzalez y Cristian Nuñez de la Universidad de Magallanes. 

“Tengo 55 años y trabajo en investigación hace mucho tiempo, pero esta es la primera vez que con un equipo arribamos a una primicia -confió Santa Cruz sobre las sensaciones que le genera ser parte de este trabajo-. Fue de mucha alegría que nos lo aceptaran para publicar”.

Para hacer un poco de historia acerca del procedimiento, el especialista en terapia intensiva explicó a este medio que “había mucha evidencia desde el punto de vista fisiopatológico, y los beneficios que el prono genera en pacientes con distress respiratorio severo y oxigenación muy baja”. “En 2013 un estudio francés demostró que había disminución de la mortalidad con la posición de prono en pacientes ventilados”, continuó Santa Cruz, quien reseñó que “luego una revisión sistemática comprobó datos previos y a partir de ahí se comenzó a usar con más frecuencia, aunque con variaciones en cuanto al criterio de aplicación y el nivel del oxigenación a partir de la cual debiera ponerse en prono a una persona”. 

Y tras señalar que “hasta ahora había evidencia científica pero no un uso tan generalizado”, el especialista resaltó que “fue a partir de la pandemia que se empezó a usar muy comúnmente”. 

En este sentido, explicó que “el prono vigil es diferente al que se realiza en pacientes que se encuentran sedados, en los que se necesitan cuatro operadores para darlos vuelta y otros cuatro para volverlos boca arriba”. “Además, se les suele lastimar la cara por la imposibilidad de moverse, cosa que no ocurre cuando el paciente está despierto, ya que se le explica el procedimiento y se lo ayuda con almohadas a encontrar una posición cómoda dentro de lo posible”, detalló, y destacó: “El prono vigil casi no tiene efectos adversos”. 

Como explicó Santa Cruz, previo a la pandemia había muy pocos estudios de vigilancia respecto a esta técnica. “A medida que se empezó a usar más asiduamente empezaron a aparecer muchos trabajos -relató el especialista-. Los primeros estudios eran series de casos, observacionales, y había muy pocos estudios controlados y aleatorizados que son los que tienen menos sesgo y mayor valor en cuanto a evidencia”.

“Hoy se usa mucho la revisión sistemática, que consiste en agrupar varios estudios que analizan el mismo tratamiento y se ve si realmente es estadísticamente significativo; estas conclusiones se ubican en la cima de la pirámide de la evidencia”, aseguró el experto, que desde hace un año comenzó con sus colegas a estudiar el tema.

En agosto se conoció el que hasta ese momento era el estudio más grande sobre este procedimiento, realizado en 1.100 pacientes en 42 hospitales de seis países (España, Francia, Canadá, México, Irlanda y Estados Unidos) y que aportó la mayor cantidad de pacientes para hacer el presente metaanálisis.

“Exploramos los valores de oxigenación, disminución de la tasa de intubación y disminución de la tasa de mortalidad, y si bien al analizar los datos en oxigenación y mortalidad no se pudo hacer análisis sustancial, respecto a la tasa de intubación se vio una disminución en los pacientes que habían sido tratados con esta técnica”, resumió Santa Cruz el trabajo.

Y concluyó: “Se trata de un procedimiento fácil de hacer y su uso no está tan generalizado; lo importante del hallazgo radica en el riesgo que se previene al evitar la ventilación mecánica invasiva”.

Fuente: Infobae

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Y ahora, la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento en el mundo demostró que el procedimiento reduce la necesidad de intubación en pacientes hospitalizados con COVID. 

El trabajo realizado por investigadores argentinos y chilenos recibió la aprobación para ser publicado en la revista Medicina Intensiva. 

“Como médico intensivista me parece muy relevante el conocimiento al que arribamos, por lo que implica para la pandemia”, dijo a Infobae el especialista y profesor universitario Roberto Santa Cruz, uno de los autores del estudio, quien se desempeña en el Hospital Ramos Mejía y la Universidad de Magallanes, en Chile. De la investigación participaron además la médica Célica Irrazábal, especialista en Terapia Intensiva del Hospital de Clínicas; Alejandro Geloso, colega de Santa Cruz en el Hospital Ramos Mejía; Rodrigo Cornejo, de la Universidad de Chile, y Luis Gonzalez y Cristian Nuñez de la Universidad de Magallanes. 

“Tengo 55 años y trabajo en investigación hace mucho tiempo, pero esta es la primera vez que con un equipo arribamos a una primicia -confió Santa Cruz sobre las sensaciones que le genera ser parte de este trabajo-. Fue de mucha alegría que nos lo aceptaran para publicar”.

Para hacer un poco de historia acerca del procedimiento, el especialista en terapia intensiva explicó a este medio que “había mucha evidencia desde el punto de vista fisiopatológico, y los beneficios que el prono genera en pacientes con distress respiratorio severo y oxigenación muy baja”. “En 2013 un estudio francés demostró que había disminución de la mortalidad con la posición de prono en pacientes ventilados”, continuó Santa Cruz, quien reseñó que “luego una revisión sistemática comprobó datos previos y a partir de ahí se comenzó a usar con más frecuencia, aunque con variaciones en cuanto al criterio de aplicación y el nivel del oxigenación a partir de la cual debiera ponerse en prono a una persona”. 

Y tras señalar que “hasta ahora había evidencia científica pero no un uso tan generalizado”, el especialista resaltó que “fue a partir de la pandemia que se empezó a usar muy comúnmente”. 

En este sentido, explicó que “el prono vigil es diferente al que se realiza en pacientes que se encuentran sedados, en los que se necesitan cuatro operadores para darlos vuelta y otros cuatro para volverlos boca arriba”. “Además, se les suele lastimar la cara por la imposibilidad de moverse, cosa que no ocurre cuando el paciente está despierto, ya que se le explica el procedimiento y se lo ayuda con almohadas a encontrar una posición cómoda dentro de lo posible”, detalló, y destacó: “El prono vigil casi no tiene efectos adversos”. 

Como explicó Santa Cruz, previo a la pandemia había muy pocos estudios de vigilancia respecto a esta técnica. “A medida que se empezó a usar más asiduamente empezaron a aparecer muchos trabajos -relató el especialista-. Los primeros estudios eran series de casos, observacionales, y había muy pocos estudios controlados y aleatorizados que son los que tienen menos sesgo y mayor valor en cuanto a evidencia”.

“Hoy se usa mucho la revisión sistemática, que consiste en agrupar varios estudios que analizan el mismo tratamiento y se ve si realmente es estadísticamente significativo; estas conclusiones se ubican en la cima de la pirámide de la evidencia”, aseguró el experto, que desde hace un año comenzó con sus colegas a estudiar el tema.

En agosto se conoció el que hasta ese momento era el estudio más grande sobre este procedimiento, realizado en 1.100 pacientes en 42 hospitales de seis países (España, Francia, Canadá, México, Irlanda y Estados Unidos) y que aportó la mayor cantidad de pacientes para hacer el presente metaanálisis.

“Exploramos los valores de oxigenación, disminución de la tasa de intubación y disminución de la tasa de mortalidad, y si bien al analizar los datos en oxigenación y mortalidad no se pudo hacer análisis sustancial, respecto a la tasa de intubación se vio una disminución en los pacientes que habían sido tratados con esta técnica”, resumió Santa Cruz el trabajo.

Y concluyó: “Se trata de un procedimiento fácil de hacer y su uso no está tan generalizado; lo importante del hallazgo radica en el riesgo que se previene al evitar la ventilación mecánica invasiva”.

Fuente: Infobae

En la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento, profesionales argentinos y chilenos concluyeron que el procedimiento evita que la persona requiera ventilación mecánica invasiva, por lo cual disminuye los riesgos

Se trata de una maniobra que desde hace más de 20 años se utiliza para mejorar el estado de salud de los pacientes en ventilación mecánica. 

En el marco de la pandemia por COVID-19, los médicos comenzaron a poner a los pacientes no intubados con coronavirus grave en posición decúbito prono, es decir, boca abajo, para mejorar su pronóstico. 

Y ahora, la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento en el mundo demostró que el procedimiento reduce la necesidad de intubación en pacientes hospitalizados con COVID. 

El trabajo realizado por investigadores argentinos y chilenos recibió la aprobación para ser publicado en la revista Medicina Intensiva. 

“Como médico intensivista me parece muy relevante el conocimiento al que arribamos, por lo que implica para la pandemia”, dijo a Infobae el especialista y profesor universitario Roberto Santa Cruz, uno de los autores del estudio, quien se desempeña en el Hospital Ramos Mejía y la Universidad de Magallanes, en Chile. De la investigación participaron además la médica Célica Irrazábal, especialista en Terapia Intensiva del Hospital de Clínicas; Alejandro Geloso, colega de Santa Cruz en el Hospital Ramos Mejía; Rodrigo Cornejo, de la Universidad de Chile, y Luis Gonzalez y Cristian Nuñez de la Universidad de Magallanes. 

“Tengo 55 años y trabajo en investigación hace mucho tiempo, pero esta es la primera vez que con un equipo arribamos a una primicia -confió Santa Cruz sobre las sensaciones que le genera ser parte de este trabajo-. Fue de mucha alegría que nos lo aceptaran para publicar”.

Para hacer un poco de historia acerca del procedimiento, el especialista en terapia intensiva explicó a este medio que “había mucha evidencia desde el punto de vista fisiopatológico, y los beneficios que el prono genera en pacientes con distress respiratorio severo y oxigenación muy baja”. “En 2013 un estudio francés demostró que había disminución de la mortalidad con la posición de prono en pacientes ventilados”, continuó Santa Cruz, quien reseñó que “luego una revisión sistemática comprobó datos previos y a partir de ahí se comenzó a usar con más frecuencia, aunque con variaciones en cuanto al criterio de aplicación y el nivel del oxigenación a partir de la cual debiera ponerse en prono a una persona”. 

Y tras señalar que “hasta ahora había evidencia científica pero no un uso tan generalizado”, el especialista resaltó que “fue a partir de la pandemia que se empezó a usar muy comúnmente”. 

En este sentido, explicó que “el prono vigil es diferente al que se realiza en pacientes que se encuentran sedados, en los que se necesitan cuatro operadores para darlos vuelta y otros cuatro para volverlos boca arriba”. “Además, se les suele lastimar la cara por la imposibilidad de moverse, cosa que no ocurre cuando el paciente está despierto, ya que se le explica el procedimiento y se lo ayuda con almohadas a encontrar una posición cómoda dentro de lo posible”, detalló, y destacó: “El prono vigil casi no tiene efectos adversos”. 

Como explicó Santa Cruz, previo a la pandemia había muy pocos estudios de vigilancia respecto a esta técnica. “A medida que se empezó a usar más asiduamente empezaron a aparecer muchos trabajos -relató el especialista-. Los primeros estudios eran series de casos, observacionales, y había muy pocos estudios controlados y aleatorizados que son los que tienen menos sesgo y mayor valor en cuanto a evidencia”.

“Hoy se usa mucho la revisión sistemática, que consiste en agrupar varios estudios que analizan el mismo tratamiento y se ve si realmente es estadísticamente significativo; estas conclusiones se ubican en la cima de la pirámide de la evidencia”, aseguró el experto, que desde hace un año comenzó con sus colegas a estudiar el tema.

En agosto se conoció el que hasta ese momento era el estudio más grande sobre este procedimiento, realizado en 1.100 pacientes en 42 hospitales de seis países (España, Francia, Canadá, México, Irlanda y Estados Unidos) y que aportó la mayor cantidad de pacientes para hacer el presente metaanálisis.

“Exploramos los valores de oxigenación, disminución de la tasa de intubación y disminución de la tasa de mortalidad, y si bien al analizar los datos en oxigenación y mortalidad no se pudo hacer análisis sustancial, respecto a la tasa de intubación se vio una disminución en los pacientes que habían sido tratados con esta técnica”, resumió Santa Cruz el trabajo.

Y concluyó: “Se trata de un procedimiento fácil de hacer y su uso no está tan generalizado; lo importante del hallazgo radica en el riesgo que se previene al evitar la ventilación mecánica invasiva”.

Fuente: Infobae

En la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento, profesionales argentinos y chilenos concluyeron que el procedimiento evita que la persona requiera ventilación mecánica invasiva, por lo cual disminuye los riesgos

Se trata de una maniobra que desde hace más de 20 años se utiliza para mejorar el estado de salud de los pacientes en ventilación mecánica. 

En el marco de la pandemia por COVID-19, los médicos comenzaron a poner a los pacientes no intubados con coronavirus grave en posición decúbito prono, es decir, boca abajo, para mejorar su pronóstico. 

Y ahora, la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento en el mundo demostró que el procedimiento reduce la necesidad de intubación en pacientes hospitalizados con COVID. 

El trabajo realizado por investigadores argentinos y chilenos recibió la aprobación para ser publicado en la revista Medicina Intensiva. 

“Como médico intensivista me parece muy relevante el conocimiento al que arribamos, por lo que implica para la pandemia”, dijo a Infobae el especialista y profesor universitario Roberto Santa Cruz, uno de los autores del estudio, quien se desempeña en el Hospital Ramos Mejía y la Universidad de Magallanes, en Chile. De la investigación participaron además la médica Célica Irrazábal, especialista en Terapia Intensiva del Hospital de Clínicas; Alejandro Geloso, colega de Santa Cruz en el Hospital Ramos Mejía; Rodrigo Cornejo, de la Universidad de Chile, y Luis Gonzalez y Cristian Nuñez de la Universidad de Magallanes. 

“Tengo 55 años y trabajo en investigación hace mucho tiempo, pero esta es la primera vez que con un equipo arribamos a una primicia -confió Santa Cruz sobre las sensaciones que le genera ser parte de este trabajo-. Fue de mucha alegría que nos lo aceptaran para publicar”.

Para hacer un poco de historia acerca del procedimiento, el especialista en terapia intensiva explicó a este medio que “había mucha evidencia desde el punto de vista fisiopatológico, y los beneficios que el prono genera en pacientes con distress respiratorio severo y oxigenación muy baja”. “En 2013 un estudio francés demostró que había disminución de la mortalidad con la posición de prono en pacientes ventilados”, continuó Santa Cruz, quien reseñó que “luego una revisión sistemática comprobó datos previos y a partir de ahí se comenzó a usar con más frecuencia, aunque con variaciones en cuanto al criterio de aplicación y el nivel del oxigenación a partir de la cual debiera ponerse en prono a una persona”. 

Y tras señalar que “hasta ahora había evidencia científica pero no un uso tan generalizado”, el especialista resaltó que “fue a partir de la pandemia que se empezó a usar muy comúnmente”. 

En este sentido, explicó que “el prono vigil es diferente al que se realiza en pacientes que se encuentran sedados, en los que se necesitan cuatro operadores para darlos vuelta y otros cuatro para volverlos boca arriba”. “Además, se les suele lastimar la cara por la imposibilidad de moverse, cosa que no ocurre cuando el paciente está despierto, ya que se le explica el procedimiento y se lo ayuda con almohadas a encontrar una posición cómoda dentro de lo posible”, detalló, y destacó: “El prono vigil casi no tiene efectos adversos”. 

Como explicó Santa Cruz, previo a la pandemia había muy pocos estudios de vigilancia respecto a esta técnica. “A medida que se empezó a usar más asiduamente empezaron a aparecer muchos trabajos -relató el especialista-. Los primeros estudios eran series de casos, observacionales, y había muy pocos estudios controlados y aleatorizados que son los que tienen menos sesgo y mayor valor en cuanto a evidencia”.

“Hoy se usa mucho la revisión sistemática, que consiste en agrupar varios estudios que analizan el mismo tratamiento y se ve si realmente es estadísticamente significativo; estas conclusiones se ubican en la cima de la pirámide de la evidencia”, aseguró el experto, que desde hace un año comenzó con sus colegas a estudiar el tema.

En agosto se conoció el que hasta ese momento era el estudio más grande sobre este procedimiento, realizado en 1.100 pacientes en 42 hospitales de seis países (España, Francia, Canadá, México, Irlanda y Estados Unidos) y que aportó la mayor cantidad de pacientes para hacer el presente metaanálisis.

“Exploramos los valores de oxigenación, disminución de la tasa de intubación y disminución de la tasa de mortalidad, y si bien al analizar los datos en oxigenación y mortalidad no se pudo hacer análisis sustancial, respecto a la tasa de intubación se vio una disminución en los pacientes que habían sido tratados con esta técnica”, resumió Santa Cruz el trabajo.

Y concluyó: “Se trata de un procedimiento fácil de hacer y su uso no está tan generalizado; lo importante del hallazgo radica en el riesgo que se previene al evitar la ventilación mecánica invasiva”.

Fuente: Infobae

En la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento, profesionales argentinos y chilenos concluyeron que el procedimiento evita que la persona requiera ventilación mecánica invasiva, por lo cual disminuye los riesgos

Se trata de una maniobra que desde hace más de 20 años se utiliza para mejorar el estado de salud de los pacientes en ventilación mecánica. 

En el marco de la pandemia por COVID-19, los médicos comenzaron a poner a los pacientes no intubados con coronavirus grave en posición decúbito prono, es decir, boca abajo, para mejorar su pronóstico. 

Y ahora, la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento en el mundo demostró que el procedimiento reduce la necesidad de intubación en pacientes hospitalizados con COVID. 

El trabajo realizado por investigadores argentinos y chilenos recibió la aprobación para ser publicado en la revista Medicina Intensiva. 

“Como médico intensivista me parece muy relevante el conocimiento al que arribamos, por lo que implica para la pandemia”, dijo a Infobae el especialista y profesor universitario Roberto Santa Cruz, uno de los autores del estudio, quien se desempeña en el Hospital Ramos Mejía y la Universidad de Magallanes, en Chile. De la investigación participaron además la médica Célica Irrazábal, especialista en Terapia Intensiva del Hospital de Clínicas; Alejandro Geloso, colega de Santa Cruz en el Hospital Ramos Mejía; Rodrigo Cornejo, de la Universidad de Chile, y Luis Gonzalez y Cristian Nuñez de la Universidad de Magallanes. 

“Tengo 55 años y trabajo en investigación hace mucho tiempo, pero esta es la primera vez que con un equipo arribamos a una primicia -confió Santa Cruz sobre las sensaciones que le genera ser parte de este trabajo-. Fue de mucha alegría que nos lo aceptaran para publicar”.

Para hacer un poco de historia acerca del procedimiento, el especialista en terapia intensiva explicó a este medio que “había mucha evidencia desde el punto de vista fisiopatológico, y los beneficios que el prono genera en pacientes con distress respiratorio severo y oxigenación muy baja”. “En 2013 un estudio francés demostró que había disminución de la mortalidad con la posición de prono en pacientes ventilados”, continuó Santa Cruz, quien reseñó que “luego una revisión sistemática comprobó datos previos y a partir de ahí se comenzó a usar con más frecuencia, aunque con variaciones en cuanto al criterio de aplicación y el nivel del oxigenación a partir de la cual debiera ponerse en prono a una persona”. 

Y tras señalar que “hasta ahora había evidencia científica pero no un uso tan generalizado”, el especialista resaltó que “fue a partir de la pandemia que se empezó a usar muy comúnmente”. 

En este sentido, explicó que “el prono vigil es diferente al que se realiza en pacientes que se encuentran sedados, en los que se necesitan cuatro operadores para darlos vuelta y otros cuatro para volverlos boca arriba”. “Además, se les suele lastimar la cara por la imposibilidad de moverse, cosa que no ocurre cuando el paciente está despierto, ya que se le explica el procedimiento y se lo ayuda con almohadas a encontrar una posición cómoda dentro de lo posible”, detalló, y destacó: “El prono vigil casi no tiene efectos adversos”. 

Como explicó Santa Cruz, previo a la pandemia había muy pocos estudios de vigilancia respecto a esta técnica. “A medida que se empezó a usar más asiduamente empezaron a aparecer muchos trabajos -relató el especialista-. Los primeros estudios eran series de casos, observacionales, y había muy pocos estudios controlados y aleatorizados que son los que tienen menos sesgo y mayor valor en cuanto a evidencia”.

“Hoy se usa mucho la revisión sistemática, que consiste en agrupar varios estudios que analizan el mismo tratamiento y se ve si realmente es estadísticamente significativo; estas conclusiones se ubican en la cima de la pirámide de la evidencia”, aseguró el experto, que desde hace un año comenzó con sus colegas a estudiar el tema.

En agosto se conoció el que hasta ese momento era el estudio más grande sobre este procedimiento, realizado en 1.100 pacientes en 42 hospitales de seis países (España, Francia, Canadá, México, Irlanda y Estados Unidos) y que aportó la mayor cantidad de pacientes para hacer el presente metaanálisis.

“Exploramos los valores de oxigenación, disminución de la tasa de intubación y disminución de la tasa de mortalidad, y si bien al analizar los datos en oxigenación y mortalidad no se pudo hacer análisis sustancial, respecto a la tasa de intubación se vio una disminución en los pacientes que habían sido tratados con esta técnica”, resumió Santa Cruz el trabajo.

Y concluyó: “Se trata de un procedimiento fácil de hacer y su uso no está tan generalizado; lo importante del hallazgo radica en el riesgo que se previene al evitar la ventilación mecánica invasiva”.

Fuente: Infobae

En la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento, profesionales argentinos y chilenos concluyeron que el procedimiento evita que la persona requiera ventilación mecánica invasiva, por lo cual disminuye los riesgos

Se trata de una maniobra que desde hace más de 20 años se utiliza para mejorar el estado de salud de los pacientes en ventilación mecánica. 

En el marco de la pandemia por COVID-19, los médicos comenzaron a poner a los pacientes no intubados con coronavirus grave en posición decúbito prono, es decir, boca abajo, para mejorar su pronóstico. 

Y ahora, la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento en el mundo demostró que el procedimiento reduce la necesidad de intubación en pacientes hospitalizados con COVID. 

El trabajo realizado por investigadores argentinos y chilenos recibió la aprobación para ser publicado en la revista Medicina Intensiva. 

“Como médico intensivista me parece muy relevante el conocimiento al que arribamos, por lo que implica para la pandemia”, dijo a Infobae el especialista y profesor universitario Roberto Santa Cruz, uno de los autores del estudio, quien se desempeña en el Hospital Ramos Mejía y la Universidad de Magallanes, en Chile. De la investigación participaron además la médica Célica Irrazábal, especialista en Terapia Intensiva del Hospital de Clínicas; Alejandro Geloso, colega de Santa Cruz en el Hospital Ramos Mejía; Rodrigo Cornejo, de la Universidad de Chile, y Luis Gonzalez y Cristian Nuñez de la Universidad de Magallanes. 

“Tengo 55 años y trabajo en investigación hace mucho tiempo, pero esta es la primera vez que con un equipo arribamos a una primicia -confió Santa Cruz sobre las sensaciones que le genera ser parte de este trabajo-. Fue de mucha alegría que nos lo aceptaran para publicar”.

Para hacer un poco de historia acerca del procedimiento, el especialista en terapia intensiva explicó a este medio que “había mucha evidencia desde el punto de vista fisiopatológico, y los beneficios que el prono genera en pacientes con distress respiratorio severo y oxigenación muy baja”. “En 2013 un estudio francés demostró que había disminución de la mortalidad con la posición de prono en pacientes ventilados”, continuó Santa Cruz, quien reseñó que “luego una revisión sistemática comprobó datos previos y a partir de ahí se comenzó a usar con más frecuencia, aunque con variaciones en cuanto al criterio de aplicación y el nivel del oxigenación a partir de la cual debiera ponerse en prono a una persona”. 

Y tras señalar que “hasta ahora había evidencia científica pero no un uso tan generalizado”, el especialista resaltó que “fue a partir de la pandemia que se empezó a usar muy comúnmente”. 

En este sentido, explicó que “el prono vigil es diferente al que se realiza en pacientes que se encuentran sedados, en los que se necesitan cuatro operadores para darlos vuelta y otros cuatro para volverlos boca arriba”. “Además, se les suele lastimar la cara por la imposibilidad de moverse, cosa que no ocurre cuando el paciente está despierto, ya que se le explica el procedimiento y se lo ayuda con almohadas a encontrar una posición cómoda dentro de lo posible”, detalló, y destacó: “El prono vigil casi no tiene efectos adversos”. 

Como explicó Santa Cruz, previo a la pandemia había muy pocos estudios de vigilancia respecto a esta técnica. “A medida que se empezó a usar más asiduamente empezaron a aparecer muchos trabajos -relató el especialista-. Los primeros estudios eran series de casos, observacionales, y había muy pocos estudios controlados y aleatorizados que son los que tienen menos sesgo y mayor valor en cuanto a evidencia”.

“Hoy se usa mucho la revisión sistemática, que consiste en agrupar varios estudios que analizan el mismo tratamiento y se ve si realmente es estadísticamente significativo; estas conclusiones se ubican en la cima de la pirámide de la evidencia”, aseguró el experto, que desde hace un año comenzó con sus colegas a estudiar el tema.

En agosto se conoció el que hasta ese momento era el estudio más grande sobre este procedimiento, realizado en 1.100 pacientes en 42 hospitales de seis países (España, Francia, Canadá, México, Irlanda y Estados Unidos) y que aportó la mayor cantidad de pacientes para hacer el presente metaanálisis.

“Exploramos los valores de oxigenación, disminución de la tasa de intubación y disminución de la tasa de mortalidad, y si bien al analizar los datos en oxigenación y mortalidad no se pudo hacer análisis sustancial, respecto a la tasa de intubación se vio una disminución en los pacientes que habían sido tratados con esta técnica”, resumió Santa Cruz el trabajo.

Y concluyó: “Se trata de un procedimiento fácil de hacer y su uso no está tan generalizado; lo importante del hallazgo radica en el riesgo que se previene al evitar la ventilación mecánica invasiva”.

Fuente: Infobae

En la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento, profesionales argentinos y chilenos concluyeron que el procedimiento evita que la persona requiera ventilación mecánica invasiva, por lo cual disminuye los riesgos

Se trata de una maniobra que desde hace más de 20 años se utiliza para mejorar el estado de salud de los pacientes en ventilación mecánica. 

En el marco de la pandemia por COVID-19, los médicos comenzaron a poner a los pacientes no intubados con coronavirus grave en posición decúbito prono, es decir, boca abajo, para mejorar su pronóstico. 

Y ahora, la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento en el mundo demostró que el procedimiento reduce la necesidad de intubación en pacientes hospitalizados con COVID. 

El trabajo realizado por investigadores argentinos y chilenos recibió la aprobación para ser publicado en la revista Medicina Intensiva. 

“Como médico intensivista me parece muy relevante el conocimiento al que arribamos, por lo que implica para la pandemia”, dijo a Infobae el especialista y profesor universitario Roberto Santa Cruz, uno de los autores del estudio, quien se desempeña en el Hospital Ramos Mejía y la Universidad de Magallanes, en Chile. De la investigación participaron además la médica Célica Irrazábal, especialista en Terapia Intensiva del Hospital de Clínicas; Alejandro Geloso, colega de Santa Cruz en el Hospital Ramos Mejía; Rodrigo Cornejo, de la Universidad de Chile, y Luis Gonzalez y Cristian Nuñez de la Universidad de Magallanes. 

“Tengo 55 años y trabajo en investigación hace mucho tiempo, pero esta es la primera vez que con un equipo arribamos a una primicia -confió Santa Cruz sobre las sensaciones que le genera ser parte de este trabajo-. Fue de mucha alegría que nos lo aceptaran para publicar”.

Para hacer un poco de historia acerca del procedimiento, el especialista en terapia intensiva explicó a este medio que “había mucha evidencia desde el punto de vista fisiopatológico, y los beneficios que el prono genera en pacientes con distress respiratorio severo y oxigenación muy baja”. “En 2013 un estudio francés demostró que había disminución de la mortalidad con la posición de prono en pacientes ventilados”, continuó Santa Cruz, quien reseñó que “luego una revisión sistemática comprobó datos previos y a partir de ahí se comenzó a usar con más frecuencia, aunque con variaciones en cuanto al criterio de aplicación y el nivel del oxigenación a partir de la cual debiera ponerse en prono a una persona”. 

Y tras señalar que “hasta ahora había evidencia científica pero no un uso tan generalizado”, el especialista resaltó que “fue a partir de la pandemia que se empezó a usar muy comúnmente”. 

En este sentido, explicó que “el prono vigil es diferente al que se realiza en pacientes que se encuentran sedados, en los que se necesitan cuatro operadores para darlos vuelta y otros cuatro para volverlos boca arriba”. “Además, se les suele lastimar la cara por la imposibilidad de moverse, cosa que no ocurre cuando el paciente está despierto, ya que se le explica el procedimiento y se lo ayuda con almohadas a encontrar una posición cómoda dentro de lo posible”, detalló, y destacó: “El prono vigil casi no tiene efectos adversos”. 

Como explicó Santa Cruz, previo a la pandemia había muy pocos estudios de vigilancia respecto a esta técnica. “A medida que se empezó a usar más asiduamente empezaron a aparecer muchos trabajos -relató el especialista-. Los primeros estudios eran series de casos, observacionales, y había muy pocos estudios controlados y aleatorizados que son los que tienen menos sesgo y mayor valor en cuanto a evidencia”.

“Hoy se usa mucho la revisión sistemática, que consiste en agrupar varios estudios que analizan el mismo tratamiento y se ve si realmente es estadísticamente significativo; estas conclusiones se ubican en la cima de la pirámide de la evidencia”, aseguró el experto, que desde hace un año comenzó con sus colegas a estudiar el tema.

En agosto se conoció el que hasta ese momento era el estudio más grande sobre este procedimiento, realizado en 1.100 pacientes en 42 hospitales de seis países (España, Francia, Canadá, México, Irlanda y Estados Unidos) y que aportó la mayor cantidad de pacientes para hacer el presente metaanálisis.

“Exploramos los valores de oxigenación, disminución de la tasa de intubación y disminución de la tasa de mortalidad, y si bien al analizar los datos en oxigenación y mortalidad no se pudo hacer análisis sustancial, respecto a la tasa de intubación se vio una disminución en los pacientes que habían sido tratados con esta técnica”, resumió Santa Cruz el trabajo.

Y concluyó: “Se trata de un procedimiento fácil de hacer y su uso no está tan generalizado; lo importante del hallazgo radica en el riesgo que se previene al evitar la ventilación mecánica invasiva”.

Fuente: Infobae

En la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento, profesionales argentinos y chilenos concluyeron que el procedimiento evita que la persona requiera ventilación mecánica invasiva, por lo cual disminuye los riesgos

Se trata de una maniobra que desde hace más de 20 años se utiliza para mejorar el estado de salud de los pacientes en ventilación mecánica. 

En el marco de la pandemia por COVID-19, los médicos comenzaron a poner a los pacientes no intubados con coronavirus grave en posición decúbito prono, es decir, boca abajo, para mejorar su pronóstico. 

Y ahora, la revisión sistemática de estudios controlados más grande hecha hasta el momento en el mundo demostró que el procedimiento reduce la necesidad de intubación en pacientes hospitalizados con COVID. 

El trabajo realizado por investigadores argentinos y chilenos recibió la aprobación para ser publicado en la revista Medicina Intensiva. 

“Como médico intensivista me parece muy relevante el conocimiento al que arribamos, por lo que implica para la pandemia”, dijo a Infobae el especialista y profesor universitario Roberto Santa Cruz, uno de los autores del estudio, quien se desempeña en el Hospital Ramos Mejía y la Universidad de Magallanes, en Chile. De la investigación participaron además la médica Célica Irrazábal, especialista en Terapia Intensiva del Hospital de Clínicas; Alejandro Geloso, colega de Santa Cruz en el Hospital Ramos Mejía; Rodrigo Cornejo, de la Universidad de Chile, y Luis Gonzalez y Cristian Nuñez de la Universidad de Magallanes. 

“Tengo 55 años y trabajo en investigación hace mucho tiempo, pero esta es la primera vez que con un equipo arribamos a una primicia -confió Santa Cruz sobre las sensaciones que le genera ser parte de este trabajo-. Fue de mucha alegría que nos lo aceptaran para publicar”.

Para hacer un poco de historia acerca del procedimiento, el especialista en terapia intensiva explicó a este medio que “había mucha evidencia desde el punto de vista fisiopatológico, y los beneficios que el prono genera en pacientes con distress respiratorio severo y oxigenación muy baja”. “En 2013 un estudio francés demostró que había disminución de la mortalidad con la posición de prono en pacientes ventilados”, continuó Santa Cruz, quien reseñó que “luego una revisión sistemática comprobó datos previos y a partir de ahí se comenzó a usar con más frecuencia, aunque con variaciones en cuanto al criterio de aplicación y el nivel del oxigenación a partir de la cual debiera ponerse en prono a una persona”. 

Y tras señalar que “hasta ahora había evidencia científica pero no un uso tan generalizado”, el especialista resaltó que “fue a partir de la pandemia que se empezó a usar muy comúnmente”. 

En este sentido, explicó que “el prono vigil es diferente al que se realiza en pacientes que se encuentran sedados, en los que se necesitan cuatro operadores para darlos vuelta y otros cuatro para volverlos boca arriba”. “Además, se les suele lastimar la cara por la imposibilidad de moverse, cosa que no ocurre cuando el paciente está despierto, ya que se le explica el procedimiento y se lo ayuda con almohadas a encontrar una posición cómoda dentro de lo posible”, detalló, y destacó: “El prono vigil casi no tiene efectos adversos”. 

Como explicó Santa Cruz, previo a la pandemia había muy pocos estudios de vigilancia respecto a esta técnica. “A medida que se empezó a usar más asiduamente empezaron a aparecer muchos trabajos -relató el especialista-. Los primeros estudios eran series de casos, observacionales, y había muy pocos estudios controlados y aleatorizados que son los que tienen menos sesgo y mayor valor en cuanto a evidencia”.

“Hoy se usa mucho la revisión sistemática, que consiste en agrupar varios estudios que analizan el mismo tratamiento y se ve si realmente es estadísticamente significativo; estas conclusiones se ubican en la cima de la pirámide de la evidencia”, aseguró el experto, que desde hace un año comenzó con sus colegas a estudiar el tema.

En agosto se conoció el que hasta ese momento era el estudio más grande sobre este procedimiento, realizado en 1.100 pacientes en 42 hospitales de seis países (España, Francia, Canadá, México, Irlanda y Estados Unidos) y que aportó la mayor cantidad de pacientes para hacer el presente metaanálisis.

“Exploramos los valores de oxigenación, disminución de la tasa de intubación y disminución de la tasa de mortalidad, y si bien al analizar los datos en oxigenación y mortalidad no se pudo hacer análisis sustancial, respecto a la tasa de intubación se vio una disminución en los pacientes que habían sido tratados con esta técnica”, resumió Santa Cruz el trabajo.

Y concluyó: “Se trata de un procedimiento fácil de hacer y su uso no está tan generalizado; lo importante del hallazgo radica en el riesgo que se previene al evitar la ventilación mecánica invasiva”.

Fuente: Infobae

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