Lo que estaba estipulado como una nueva edición del clásico sudamericano entre Brasil y Argentina por Eliminatorias, con el agravante de lo ocurrido en la final de Copa América disputada en julio, terminó en un verdadero escándalo que alcanzó niveles políticos, deportivos y sanitarios. Antes del 0-0 en San Juan, las dos grandes selecciones del continente debían cruzarse en el Neo Química Arena, pero el encuentro duró 5′.
Un representante de ANVISA, Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil, se metió armado al campo de juego para suspender el partido. “Al completar la Declaración de Salud no informaron que en menos de 14 días habían estado en Reino Unido, uno de los países con restricciones para ingresar a Brasil. Esa declaración no fue presentada. Deberían hablar con la verdad, cosa que no cumplieron”, fue su argumento para detener el clásico.
Los cuatro futbolistas señalados de la delegación son Dibu Martínez, Cuti Romero, Gio Lo Celso y Emi Buendía. El informe del árbitro venezolano Jesús Valenzuela fue recibido por la Unidad Disciplinaria de la FIFA; junto a los descargos de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y la Conmebol. En los próximos días estaría la decisión final.
Según Hernán Castillo en el programa Halcones y Palomas de TNT Sports, “es casi un hecho” que le darán el juego por ganado a la Albiceleste. Con ambos combinados ya clasificados al Mundial de Qatar, el resultado pondría a los de Lionel Scaloni a tres puntos de los de Tité, que lideran la tabla de las Eliminatorias. Además, el historial general contra la Verdemarela quedaría igualado con 42 triunfos por lado.