La sesión del Presupuesto 2022 dejó descolocado al bloque del Frente de Todos puertas adentro. Hay dudas sobre las decisiones que tomaron los conductores del espacio en el Congreso y una necesidad concreta, sobre todo de quienes responden a gobernadores, de que las incorporaciones que se habían negociado no queden en la nada con la reconducción vía decreto.
“Hubo desinteligencias o alguien decidió no arreglar. La oposición estaba discutiendo entre ella, encendida, y los nuestros no se movían de la silla. Como si diera igual lo que decidieran. Miraban de lejos”, señala un diputado desilusionado.
Antes del inicio de la sesión, el jueves, el bloque oficialista tuvo su reunión. Algunos sugirieron que si no estaban los votos se pasara para la semana que viene. Pero terminaron bajando convencidos de ir a la sesión.
Algunos, incluso, reconocieron que el panorama presentado por sus conductores no era tan desalentador, que se confiaba en conseguir el número. “Si te llevan a la sesión los que hacen las negociaciones se entiende que van a tener número, ¿si no para qué nos tienen desde el lunes?”, protesta otro diputado del FdT.
La crítica incluso va al día anterior, el miércoles. Esa noche, al momento del dictamen se vislumbraron dos datos claves: que el Interbloque Federal iba en contra y que la Coalición Cívica no iba a abstenerse como tenía previsto. Ya en ese entonces se observaba que los números no alcanzaban.
La incógnita de otro legislador no K fue cómo entonces no se tuvo suficiente cintura política para adelantarse a los hechos que se caían de maduro e insistir en una sesión “a todo o nada”.
Se amplifica la crítica con la primera derrota que tuvo el FdT en el recinto: horas antes: la oposición ya se había unido para obligar al oficialismo a tratar el proyecto de suba del mínimo no imponible de Bienes Personales en comisión. Una iniciativa que, paradójicamente, es de un senador oficialista pero los diputados oficialistas no la querían tratar.
“Eso también fue tonto. Nos deja debilitados, con un tema que es nuestro”, plantea el mismo legislador.
De cara a lo que viene se abre otro dilema; qué va a pasar con los artículos que se habían agregado al Presupuesto a pedido de los gobernadores del propio oficialismo.
Sergio Massa y Máximo Kirchner se habían reunido el miércoles con cuatro gobernadores: Jorge Capitanich (Chaco), Gerardo Zamora (Santiago del Estero) Ricardo Quintela (La Rioja) y Raúl Jalil (Catamarca). El jefe de Gabinete, Juan Manzur, hizo lo mismo el jueves temprano con otros mandatarios.
Entre los puntos que se agregaron había una suba de los subsidios al transporte del interior del 70 %, había fondos extra para La Rioja para compensar la pérdida histórica de su punto de coparticipación, incrementos para el presupuesto de las universidades y la creación de zonas francas.
Con el presupuesto caído, todo eso queda abstracto y no se puede incluir en la prórroga. Debe surgir como iniciativas nuevas. “Hay buena onda con el Presidente y esperamos que cumpla. Pero no sé si lo hará con todo”, reconoce un diputado.
En ese sentido, hay dos puntos clave: el Gobierno ya no necesita sus votos pero sí necesita recortar gastos.
Los que más van a perder, igual, son los gobernadores opositores, sobre todo el jujeño Gerardo Morales que había logrado incorporar pedidos.
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