El año que se va ha está dejando un repunte en la actividad económica, tras un 2020 de una caída en el Producto Bruto Interno (PBI) del orden del 10%. El año electoral, a su vez, le puso un fuerte ritmo a la emisión de moneda, mientras que la inflación no ha dejado de acelerarse en un país en el que la sociedad padece el deterioro de su poder adquisitivo. El dólar sigue volando, mientras el Banco Central avala microdevaluaciones de la moneda nacional. Sus niveles de reservas internacionales están en una situación crítica.
Con ese escenario, el director del Centro de Estudios Económicos y Sociales del NOA (Cesnoa), Daniel Abad, plantea dos escenarios respecto de lo que fue 2021 para la economía argentina.
VASO MEDIO VACIO. Alta inflación. Brecha cambiaria del 100%. Pobreza e indigencia todavía muy altos. Reservas exiguas en el Banco Central, que no alcanzan ni para un mes de importaciones. Sin presupuesto 2022 ante el rechazo en la Cámara de Diputados. Baja Inversión. Sin acuerdo todavía con el FMI.
VASO MEDIO LLENO. Superávit comercial. Desocupación en descenso aunque no en la calidad esperada. Economía creciendo empujada por el consumo con importante derrame. Lideran la industria y construcción. Clima social tranquilo. Importante cantidad de dinero en la calle que se vuelca al consumo (Tucumán centro, Shopping a cielo abierto). Fuerte inversión en obras públicas para dinamizar el empleo. Equilibrio fiscal provincial.
¿Qué puede pasar en 2022?
En este aspecto, Abad detalla los principales aspectos de lo que puede suceder en materia económica:
-Hay que cerrar el acuerdo con el FMI. No tenemos para pagar los 19 mil millones que vencen con el organismo en 2022. El aumento de tarifas de gas y electricidad en marzo es una fuerte señal a pesar que está lejos de la inflación esperada. También la firma del Consenso Fiscal recientemente firmado entre Nación-Provincias. Claro mensaje político.
-La cuestión social no da ningún margen para ningún shock. Habrá que negociar con el FMI gradualismo para no ahogar el crecimiento.
-Hay que evitar caer en default. Nos quedamos sin créditos del BID y Banco Mundial y a los privados se les complica comerciar con el resto del mundo.
-El verano va ser clave para anclar expectativas. Firmar un Memorándum de entendimiento con el FMI contribuiría a ello. En especial, que continúe agrandándose la brecha cambiaria (entre dólar oficial y el paralelo o blue).
-En el primer semestre no se espera que baje mucho la inflación. Habrá que ver como se mueve el dólar oficial para que no se siga atrasando y desaliente liquidación de exportaciones.
-Con la cosecha gruesa en los meses Marzo-Abril se espera recuperar reservas.
Según el director de Cesnoa, habrá que estar muy expectantes por lo que pasa en el mundo por efecto de la variante Ómicron y las suba de tasas en EEUU. Salen capitales de la región. Al fortalecerse el dólar, caen los precios de las commodities (soja) y eso nos puede perjudicar las cuentas fiscales (baja la recaudación de retenciones) y el ingreso de dólares para fortalecer reservas Además devalúan nuestros vecinos, en especial nuestro principal socio comercial, Brasil.
“Todavía el mundo no se recuperó en materia de comercio (oferta -fletes y semiconductores- y logística). La variante Ómicron podría frenar la recuperación”, advierte el consultor.