Los dueños de estaciones de servicio están en alerta. La decisión del Gobierno de mantener congelado el precio de la nafta y el gasoil desde el 16 de mayo generó desabastecimiento en las bocas de expendio blancas (las sin marcas) y en las que están ubicadas cerca de los pasos fronterizos.
En Tucumán, la Cámara de Comerciantes de Derivados del Petróleo, Gas y Afines (Capega) entiende hay un atraso de los precios de combustibles de 12%.
Daniel Gargiulo, titular de esa cámara empresaria, habló con Los Primeros.
Las refinerías, por su parte, hablan de un porcentaje menor, pero que sería de entre 7 y 10%, si se tiene en cuenta la devaluación del peso desde la última actualización de los valores del surtidor, pero advierten que a partir de enero, el atraso será del 12%.
El incremento de precios en surtidor debería ser incluso mayor -señalan las empresas- si se lo compara con el precio de paridad de importación; es decir, con el valor que se paga cuando se importa el petróleo. Si bien la producción de crudo aumentó 2,7% en los últimos 12 meses, para abastecer al mercado local todavía se debe importar alrededor de un 20%. Esta cantidad es para refinar los productos premium de gasoil y nafta.
El desabastecimiento del combustible se debe a dos causas. En primer lugar, el litro de nafta súper en la Argentina es más barato que en los países vecinos y esto genera que los vehículos extranjeros crucen la frontera a cargar combustible. Según un informe de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha), el litro de nafta regular tiene un precio de US$0,966, midiéndolo al tipo de cambio oficial ($102). Este valor es menor al de los países limítrofes, como Uruguay (US$1,593), Chile (US$1,228), Brasil (US$1,155) y Paraguay (US$1,133). Solo Bolivia tiene un precio de nafta más económico (US$0,543)