Un dia después de que la ola de críticas internas y externas llevaran Cancillería a emitir dos quejas contra Nicaragua por la presencia en Managua de uno de los iraníes acusados por el atentado terrorista a la AMIA (1994, 85 muertos), en el Gobierno afirman ahora que la responsabilidad de detenerlo es de la policía de Daniel Ortega y de la oficina de Interpol de ese país. Es decir, afirmaron, que «así funciona Interpol».
En parte es cierto. Pero eso claramente no va a ocurrir. Mohsen Rezai, vicepresidente de Asuntos Económicos de la Republica Islámica de Irán, llegó a Managua como invitado especial del régimen sandinista para participar el lunes pasado en la re re asunción de Ortega.
Ocurre que sobre Rezai, de 67 años hoy, pesa un pedido de captura internacional a Interpol, junto a otros cuatro persas a los que la Justicia acusa por la voladura de la Asociación Mutual Israelita de Argentina. En 1994 se desempeñaba como comandante de la Guardia Revolucionaria de Irán y hoy es un alto jerarca del gobierno de Ebrahim Raisi, que tiene en su Gabinete otro ministro acusado por el atentado a la mutual: Ahmad Vahidi es su jefe de la cartera de Interior, y también tiene pedido de captura pedido por Argentina.
En la misma ceremonia del lunes, en la que se tiraron hasta fuegos artificiales sobre la Plaza de la Revolución de Managua, estaba el embajador argentino Daniel Capitanich, quien no pidió su detención ni emitió protesta alguna.
Según sus jefes en Buenos Aires, dijo que se enteró por Clarín y otros medios de comunicación de que Rezai estaba en Nicaragua aunque ya desde el fin de semana las agencias internacionales de noticias informaban que Rezai representaba al gobierno de Irán. Ello muestra que no funcionaron ni los servicios de inteligencia, ni la justicia en Argentina. Tampoco quienes le llevan informes al canciller Santiago Cafiero y al presidente Alberto Fernández.
Clarín lo anticipó en la noche del lunes y recién después del escándalo hubo reacción por parte del Gobierno. Protestaron la DAIA, la AMIA, expresó molestia la Embajada de Israel. Y en el arco de la oposición política argentina hasta pidieron la interpelación del canciller Santiago Cafiero y Capitanich.
El único en hablar este miércoles fue el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández. “Debió cumplirse el alerta roja de Interpol que hubiera permitido la detención. Este caso es muy gráfico, si yo hubiera sido el embajador no me hubiese presentado. He ido con el ex presidente Néstor Kirchner a Naciones Unidas y él no se quedó en ninguna reunión donde era posible que estuviera (Mahmud) Ahmadinejad, en aquel momento. La visión tiene que ser clara y contundente al respecto”, expresó tras una reunión con el jefe de Gabinete, Juan Manzur.
Este miércoles, cerca de los ministros Fernández y Cafiero señalaban a Clarín que no es potestad de Interpol argentina ni de la policía local pedir la detención de Rezai, que según tuiteó el ex titular de la Unidad de Información Financiera Mariano Federici, también experto en Integridad Financiera, seguía en Managua.
«Al día de hoy, Mohsen Rezai, terrorista iraní acusado del ataque contra nuestra Nación, sigue en Managua. Nueva oportunidad para el gobierno Bandera de Argentina de recordarle a Nicaragua la alerta roja que pesa sobre él y exigirle cooperación con la justicia Bandera de Argentina deteniéndolo y extraditándolo…».
Pero desde el Gobierno no hubo nuevos pedidos, y tampoco fue posible saber si el juez Marcelo Martínez De Giorgi, que reemplazó a Rodolfo Canicoba Corral en la causa AMIA, se comunicó o se comunicará con sus pares en Nicaragua. Rezai volvía a su casa.
El martes, la Cancillería condenó mediante un comunicado la presencia de Rezai, en la fiesta de re re asunción Ortega. Es curiosa también la presencia en la misma de Capitanich -hermano del gobernador de Chaco- siendo que el Gobierno había votado una resolución de la Organización de Estados Americanos que no avaló la elección del veterano lider sandinista. Ortega se alzó en noviembre con un cuarto mandato con todos sus rivales presos y un tendal de presos políticos.
«Argentina expresa, como también lo ha hecho en agosto pasado ante la designación de Rezai como vicepresidente de Asuntos Económicos de la República Islámica de Irán, que su presencia en Managua constituye una afrenta a la justicia argentina y a las víctimas del brutal atentado terrorista contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA)», expresó el comunicado del martes.
Por la tarde, la Cancillería informó en otro comunicado que había enviado una nota no verbal de queja a la Embajada de Nicaragua en Buenos Aires en la que lamentó «profundamente tomar conocimiento» de la presencia Rezai el lunes en el acto de asunción del poder por Ortega. Pero en ella hablaba de los «lazos de amistad» que unen a la Argentina con el «Gobierno de la Republica de Nicaragua».