el canciller santiago cafiero


Hasta última hora de este miércoles el Gobierno no había respondido de manera oficial a los dichos del embajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Arturo McFields, que en la reunión plenaria del organismo defendió la presencia en la asunción de Daniel Ortega del funcionario iraní acusado por el atentado a la AMIA, y lanzó un contundente desafío a la Argentina al afirmar que su país tiene la potestad de «invitar a quien quiera».

«Nicaragua se está yendo de la OEA. No es un problema de tener las puertas abiertas o no, es un problema de que Interpol lo tiene que detener. Las alertas rojas están vigentes», aseguraron a este diario fuentes oficiales una vez que Santiago Cafiero ya volaba de regreso al país tras su gira de 48 horas por Washington.

Más temprano, el consejo permanente de la OEA había aprobado por mayoría, de manera virtual, una resolución impulsada de manera conjunta por Argentina y Estados Unidos y un grupo de países en el que condenaron la visita de hace poco más de una semana de Mohsen Rezai a la asunción de Ortega, que contó con la presencia de Daniel Capitanich, embajador argentino en Managua.

La resolución enfatizó en el apoyo «a los esfuerzos de Argentina para que se haga Justicia en el atentado a la AMIA» y en la condena «a la visita de Rezai a Nicaragua y al hemisferio». «Solicitar colaboración a todos los miembros del sistema interamericano y a todos los miembros de la INTERPOL a que actúen, de manera apropiada, en relación con las Alertas Rojas relativas al atentado a la AMIA», abundó la declaración conjunta. 

Rezai, vicepresidente de Asuntos Económicos de la república islámica, es uno de los acusados por el atentado terrorista a la mutual judía en 1994 que se cobró la vida de 85 víctimas. Es buscado por Interpol desde 2007 y sobre él pesa una circular roja aún vigente.

McFields no tuvo ningún ánimo de desescalar en el conflicto diplomático que le originó un problema extra a la Casa Rosada en el vínculo con sus aliados, justo en medio de la renegociación de la deuda con el Fondo Monetario para la que Alberto Fernández y Martín Guzmán necesitan el apoyo de buena parte de la comunidad internacional.

Por el contrario, el funcionario nicaragüense desafió al Gobierno al resaltar que «si esa persona (en alusión a la vista de Rezai) llega con una buena actitud, siempre tendrá las puertas abiertas».

«Nadie en el mundo logra cumplir con las alertas rojas: no es un prófugo de Argentina, es un prófugo del mundo y el mundo no lo encuentra. Se pasea en las narices de Estados Unidos y no logran apresarlo«, ahondaron desde el Gobierno. 

Este miércoles, en Casa Rosada subrayaban que la queja del país se había realizado «ni bien se tomó conocimiento de la presencia del iraní en Managua» a través de un comunicado público y con una carta a la embajada de Nicaragua en Buenos Aires.

«El comunicado de la OEA es una respuesta cooperativa para que las Alertas Rojas se cumplan», insistieron desde el entorno del Presidente, que en las últimas horas se recluyó en la quinta de Olivos por haber tenido contacto con una empleada que dio positivo de COVID.

El martes, el tema había sobrevolado la reunión bilateral que Cafiero mantuvo con Antony Blinken, secretario de Estado de la administración de Joseph Biden, un encuentro en el que el canciller pidió apoyo frente a las negociaciones con el Fondo.

La gira de 48 horas de Cafiero en Washington incluyó en su último tramo un mano a mano con Juan González, el máximo asesor para la región del gobierno de Biden, y una bilateral con su par español.

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