Nick Kyrgios es un talentoso jugador de tenis que, por su carácter de “chico malo”, es más recordado por lo que hace fuera de la cancha que dentro de ella. En el comienzo del 2022, tuvo la chance de jugar el primer Grand Slam del año en su casa, Australia, y volvió a ser noticia.
Como número 86 del ranking (supo ser 13º con 21 años), le tocó bailar con la más fea. Se cruzó en segunda ronda con Daniil Medvedev, segundo del escalafón y primer preclasificado ante la deportación de Novak Djokovic, y en un encuentro de alto vuelto el ruso lo venció por 7-6, 6-4, 4-6 y 6-2.
Además de la buena imagen que dejó en el Rod Laver Arena, también quedó una perlita. En uno de los descansos, se fue a su silla a refrescarse, pero en vez de sacar una botella de agua mineral se tomó ¡una lata de gaseosa Pepsi! Simplemente el Bad Boy del tenis.