El presidente de Rusia Vladimir Putin asegura que no tiene ninguna intención de atacar a Ucrania y que la movilización de más de 100.000 soldados y las maniobras en el sur de Bielorrusia se deben a que está vigilando la situación en el Donbass.
Putin exige a Bruselas y a Washington, para aflojar la presión sobre Ucrania, que la OTAN renuncie a integrar a Ucrania y Georgia en su seno y que retire tropas y material de todos los países al este de Alemania, incluso de los que son miembros de la Alianza Atlántica desde finales de los años 90 como Polonia o Rumania. La OTAN parece tener otros planes.
Estados Unidos y en menor medida el Reino Unido han enviado en las últimas semanas contingentes de soldados a Polonia, Rumanía y Bulgaria.
Ese desembarco es temporal y debido a la situación de tensión en la región. La presencia de tropas de la OTAN en esa zona de Europa es escuálida. Fuentes de la Alianza Atlántica calculan en 4.000 los soldados en los países bálticos (británicos, canadienses y estadounidenses), además de estadounidenses en Polonia (4.500), Rumania (1.000) y Bulgaria (2.500).
Soldiers de Alemania se preparan para partir hacia Lituania, como parte del despliegue de la OTAN, este martes. Foto: AP
A eso hay que sumar los pequeños contingentes necesarios para las patrullas aéreas, como la belga ahora mismo en Lituania o la española en Bulgaria tras el envío de varios Eurofighters. También hay una fragata danesa en el Báltico y cazabombarderos F-16 en Lituania, que refuerzan el despliegue de los belgas.
Estados Unidos prometió enviar otros 2.000 hombres y poner en alerta a 8.500 en sus bases estadounidenses que podrían desplegarse en 24 horas.
Pero todos esos movimientos de tropas no son permanentes. Mientras en tiempos normales en Alemania hay unos 35.000 soldados estadounidenses como parte de los despliegues de la OTAN, al este de Alemania quedan pequeños contingentes de unos pocos centenares.
Cambio de estrategia
La crisis actual puede cambiar eso y provocar exactamente lo contrario de lo que buscaba oficialmente Putin.
Las mismas fuentes en la OTAN reconocen a Clarín que la diferencia entre 10.000 ó 20.000 soldados occidentales en países como Polonia o Rumania no van a cambiar los cálculos militares rusos pero sí van a hacer que Moscú vea que la Alianza Atlántica no piensa, como pide Putin, abandonar a sus Estados miembro.
Los ministros de Defensa de los 30 Estados miembro se reúnen esta semana en la sede de la OTAN en Bruselas.
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El miércoles discutirán la situación en la región y el jueves se reunirán también con los ministros de Defensa de Ucrania y Georgia.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, este martes en una rueda de prensa en Bruselas. Foto: AP
En la agenda tendrán la tensión en Ucrania pero además un plan para desplegar de forma permanente más tropas en el flanco oriental de la OTAN, lo que podría llevar a crear o ampliar bases militares.
Ahora mismo ya son las Fuerzas Aéreas de sus socios las que aseguran el espacio aéreo de las pequeñas repúblicas bálticas.
Se trataría de actualizar y ampliar el compromiso que se acordó en la cumbre de Varsovia de 2016, en la que se decidió ampliar la presencia de la OTAN en esos países después de que en 2014 Rusia se anexionara por la fuerza la provincia ucraniana de Crimea y empezara a ayudar con dinero, armas y hombres a los separatistas armados del Donbass, la región del sureste ucraniano.
Todos estos movimientos de tropas al este, para esta crisis o si se convierten en permanentes, tienen como misión, según el secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg, la de “vigilar y monitorear para tener la mejor imagen posible de los movimientos en el entorno de Ucrania pero también para proveer seguridad a nuestros aliados”.
Bruselas, especial
CB
