Ayer, los socios e hinchas de Atlético Tucumán sufrieron dos golpes durísimos por parte de la dirigencia del club. El primero fue la complacencia del presidente de Atlético Tucumán, Mario Leito, con la decisión del Gobernador de cerrar el estadio José Fierro y habilitarlo solo para 300 hinchas. El segundo fue que entre esos 300 hinchas sorteados había parientes directos de las principales autoridades del club.

Cuando los apellidos Leito y Salvatierra salieron entre los nombres “sorteados” empezaron los comentarios, pero nadie se atrevió a aseverar nada. Los nombres de Miriam y Cecilia Leito sonaban conocidos, pero nadie recordaba de dónde. No hizo falta hacer mucha memoria, aparecían en una mini biografía del presidente Decano, escrita por uno de los encargados de prensa del club, todavía puede leerse acá.

Relacionar a Flavio Salvatierra con su papá fue muy simple, el joven tiene una foto de portada en su Facebook donde aparece junto a su padre y a otros familiares. Las capturas de pantalla empezaron a dar vueltas por las redes sociales y en los grupos de hinchas del Gigante del Norte llovieron las críticas para los dirigentes.

photo4929620590717938051

El club atraviesa momentos complejos y la gente le achaca muchas culpas a esta dirigencia que durante una temporada decidió ahorrar dinero y traer jugadores de poca jerarquía y técnicos que no eran merecedores de comandar el banco de Atlético Tucumán. Si hay un pésimo momento para que parientes, directos, de los dirigentes salgan beneficiados en un sorteo para ver un partido que miles de hinchas esperaron durante meses, es este.

La parcialidad decana terminó el campeonato pasado coreando el nombre de Mario Leito, pero no para agradecerle nada, sino para pedir su renuncia inmediata. El Decano empezó el año perdiendo, las incorporaciones son apuestas del DT, pero no son jugadores consagrados salvo Andrada e Isnaldo. Por ahí para Mario Leito es conveniente que en la cancha solo estén sus parientes y amigos.





Fuente Diario24ar