“Rusia y Ucrania son el mismo pueblo” (Vladimir Putin en la pag.web del Kremlin).
“De aquellos que se apoderaron y retienen el poder en Kiev,exigimos un cese inmediato de las hostilidades.De lo contrario,toda la responsabilidad por la posible continuación del derramamiento de sangre recaerá en la conciencia del régimen que gobierna en Ucrania” (Vladimir Putin al anunciar el reconocimiento de Lugansk y Donetsk”).
El 15 de marzo de 1939, Hitler invadió y anexó los Sudetes, en Checoslovaquia, que pasó a convertirse en una provincia alemana.
Unos meses antes, la tolerancia de las democracias europeas,en los acuerdos de Munich, habían permitido a los nazis anexar los Sudetes checoslovacos.
El argumento central de los alemanes era que la mayoría de los habitantes de los Sudetes era de lengua alemana.
Los argumentos de Putin son parecidos a los del déspota de Berlín.
Si se hiciera un referéndum en el Este de Ucrania triunfaría la idea de ser rusos.
Pero la inmensa mayoría de los ucranianos quieren seguir siendo ucranianos.
Lo mismo ocurría,en el siglo pasado, con los checoslovacos que no querían ser absorbidos por el III Reich.
Podríamos asimilar la idea nazi del “espacio vital” a la actual de “ que la OTAN no se acerque”. Putin se salió con la suya cuando hace ocho años, entre febrero y marzo de 2014,invadió la Península de Crimea y se quedó con una parte sustancial de Ucrania,entre ellas el estratégico puerto de Sebastopol.
Alli está apostada la Flota del Mar Negro.
Hasta tal punto era incontrovertible la soberanía ucraniana sobre esta locación. que Rusia se la alquilaba con un contrato que vencía en 2034.
En ese momento también inventó la “República Popular de Donetsk y la “República Popular de Lugansk”; ambos son territorios que le pertenecen a Ucrania y están manejados por paramilitares títeres del Kremlin,con muy avanzado armamento ruso.
Moscú ya había utilizado este truco en 2008, cuando luego de una fuerte intervención militar “reconoció” a la República de Abjasia y la de Osetia del Sur,que ocupan territorio de la República de Georgia.
Ahora “reconoce” la independencia de Donetsk y Lugansk.
Moscú sostiene que las fuerzas militares ucranianas han atacado a los separatistas y bombardeado un retén en territorio ruso. Tampoco es nuevo el recurso conocido como “de falsa bandera”. Hitler disfrazó a tropas de las SS con uniformes polacos para justificar la invasión al oeste de Polonia el 1° de septiembre de 1939.
Cabe recordar que en virtud del pacto Ribbentrop-Molotov, el 17 de septiembre de ese mismo año las tropas de Stalin (entonces aliado de Hitler) tomaron la parte oriental polaca y la anexaron.
La excusa soviética fue proteger a los ucranianos,rusos y bielorrusos del conflicto entre Alemania y Polonia. Otra vez parece imponerse la razón de la fuerza.
Es de esperar que Argentina evite sumarse a la “legalización” de una nueva amputación del territorio de Ucrania.
Carlos F Ruckauf es ex vicepresidente y ex ministro de Relaciones Exteriores de la República Argentina.
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