Sólo 270 minutos duró como entrenador de Primera División. La decisión de Rodolfo De Paoli de pegar el portazo a sólo tres partidos de haber ascendido a Primera con Barracas Central sorprendió a muchos, pero según el entrenador “era una decisión que venía masticando desde hacía diez días”.
La pregunta que muchos se hicieron en las últimas horas es por qué De Paoli decidió abandonar el barco del club que, rodeado de polémicos arbitrajes y favoritismos institucionales, logró el tan cuestionado ascenso.
“Era previsible, no es un club preparado para estar en Primera. Fue un capricho del ‘Chiqui’ ponerlo acá y ahora se notan mucho las debilidades ante otros clubes formados”, chicaneó en diálogo con NEXOFIN el dirigente de uno de los tres clubes que superó al Guapo en el inicio del torneo.
Según pudo saber este medio, De Paoli no quería seguir porque cree que la dirigencia del club no está a la altura de las necesidades de la Primera. “No quería seguir después del ascenso y lo convencieron de que se quedara trayéndole refuerzos de todo tipo”, explicaron cerca del club a este medio.
Esta “aspiradora” de al menos 15 jugadores nuevos llamó la atención de muchos dirigentes de Primera, que miraron de reojo los contratos que hoy tiene la AFA con algunos empresarios, apuntados como “mecenas” de Barracas Central.
Las palabras de De Paoli tras su salida de Barracas Central tienen dos ejes para analizar. Tal como explicó el ahora ex entrenador del Guapo, su decisión ya estaba tomada desde hacía días, y esta versión coincide con lo que pudo averiguar NEXOFIN: el entrenador ya se había quejado puertas adentro por la falta de infraestructura básica para entrenar y llegó a calificar al club como un “caos”.
El otro eje a analizar fueron sus palabras de agradecimiento: en una entrevista que brindó tras tomar su decisión, le agradeció a muchas personas, pero omitió mencionar al actual presidente del club, Matías Tapia, hijo del “Chiqui”. Matías Tapia está a cargo del club y quienes frecuentan el club coinciden con De Paoli en que tiene al club a la deriva y que su falta de experiencia llevó a que no lograra profesionalizar a la institución pese a la jugosa caja que tiene a disposición.
Hoy Barracas no tiene una cancha de entrenamiento que esté a la altura de Primera. Esto, justamente, fue la última gota que rebalsó el vaso en De Paoli, quien hace dos días explotó porque no tenía cancha para entrenar un día antes del partido y tuvo que suspender parte del entrenamiento, según confirmó NEXOFIN a través de testigos directos.