La carrera espacial fue uno de los capítulos de la Guerra Fría entre Estados Unidos y Rusia en la segunda mitad del siglo XX. Ahora, la aventura cósmica vuelve a quedar en el centro del conflicto por la invasión rusa a Ucrania. Con el mundo en vilo y las potencias en tensión, es una incógnita cómo continuarán los proyectos espaciales, que en el mundo hasta esta guerra, eran planes conjuntos y multilaterales para la investigación del universo.
En la NASA aseguran que todo seguirá con normalidad. Se refieren, en especial, a la Estación Espacial Internacional, la colaboración multinacional que se lanzó en 1998, cuando la Guerra Fría había quedado en el pasado. Une los esfuerzos de EE.UU., Rusia, Japón, Canadá y países de Europa.
“Operamos pacíficamente en el espacio en este momento”, declaró Kathy Lueders, administradora asociada de la agencia norteamericana. “No tenemos indicios, a nivel operacional, de que nuestros homólogos no estén comprometidos con continuar las operaciones en curso en la Estación Espacial Internacional”, subrayó, ante la consulta de los periodistas especializados.
Si bien los equipos de ambas potencias “siguen hablando y trabajando entre ellos”, Estados Unidos no descarta cambios drásticos en la administración de la estación, que cuenta con lugar para seis tripulantes y por la que ya pasaron 244 personas de 19 países diferentes.
“La NASA evalúa la situación”, indicó Lueders. Apartar a Rusia del proyecto, aunque sea momentáneamente, significaría redoblar esfuerzos. Desde Moscú se encargan, con naves propias, del sistema de propulsión con el que se operan correcciones de órbita, entre 418 y 420 kilómetros de altitud.
“Estamos viendo cómo podríamos añadir otras capacidades”, reconoció Kathy Lueders, que citó negociaciones con Northrop Grumman y SpaceX, la compañía de Elon Musk, cuyas naves ya van a la ISS. “Actualmente sería muy difícil para nosotros operar solos”.
Dmitri Rogozin, director de la agencia espacial rusa Roscosmos. Foto EFE
La situación de la Estación Internacional fue objeto de preocupación la semana pasada. En una serie de tuits incendiarios, el director de la agencia espacial rusa, Dmitri Rogozin, acusó a Washington de querer “destruir” la cooperación en torno a ese proyecto. Sin Rusia “¿quién salvará a la ISS de una salida de órbita descontrolada y de caer sobre Estados Unidos o Europa?”, preguntó amenazador.
Tras la imposición de sanciones europeas a Rusia, la agencia espacial Roscosmos reaccionó anunciando la suspensión de sus lanzamientos desde la base espacial de Kurú, en la Guayana Francesa.
Escepticismo europeo
Al respecto también se manifestó la Agencia Espacial Europea (ESA). Destacó la red “sólida de cooperación internacional establecida durante las últimas décadas que sirve a la comunidad espacial europea y mundial a través de sus exitosos programas”. Pero fueron pesimistas sobre lo que vendrá.
A diferencia de lo que sucede con la NASA, en Europa ven “improbable” la concreción de sus grandes proyectos venideros, entre ellos uno que debía profundizar los estudios sobre Marte.
El inicio de Exomars estaba pautado para este año, pero la Agencia Espacial Europea consideró “poco probable” que pueda llevarse a cabo en la fecha prevista. Tras la reunión de los 22 estados miembros de la Agencia en la que trataron la cooperación con Rusia, la institución señaló este lunes que las sanciones contra Rusia y el contexto global hacen que el lanzamiento sea “improbable”.
Imagen ilustrativa del robot explorador de ExoMars. No se lanzaría este año, como estaba previsto. Foto AP
ExoMars tiene como objetivo estudiar el “planeta rojo” y establecer una plataforma rusa en el planeta. La tensión y las sanciones -que afectan a la exportación de alta tecnología a Rusia- ponen en duda los planes.
Por el momento, el director general de la Agencia, el austríaco Josef Aschbacher, dijo que están analizando las consecuencias de los programas en curso en los que hay cooperación con la agencia espacial estatal rusa, Roscosmos, alineando posturas con sus socios industriales e internacionales, en particular con la NASA.
“Lamentamos las pérdidas humanas y las trágicas consecuencias de la guerra en Ucrania. Damos prioridad absoluta a tomar las decisiones adecuadas, no solo por el personal implicado en los programas, sino dentro del respeto total a los valores europeos que han dado forma a nuestra cooperación internacional”, añadió la entidad.
Con información de agencias
DS
