El presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia, está obsesionado con manejar la Primera División, ahora que su equipo Barracas Central está en la Primera Categoría. Los primeros cuatro partidos del torneo lo dejaron al “Guapo” en el último lugar de la tabla, sin puntos, y Tapia quiere evitar el descenso a cualquier precio. Barracas Central ya quedó marcado por la ola de errores arbitrales que lo llevaron a la Primera División, y el control de La Liga pasó a ser el siguiente casillero a cubrir para garantizarse jugar de “local” en cada partido.
Para lograr este objetivo, “Chiqui” impulsa a Cristian Malaspina para que reemplace al actual titular, Marcelo Tinelli. A fines del año pasado, Malaspina intentó un golpe institucional en la entidad de Puerto Madero y logró desestabilizar a Tinelli. Ahora quiere su lugar.
El presidente de AFA, durante todo el verano, llamó uno por uno a los dirigentes para pedir que apoyen al presidente de Argentinos Juniors. “Con algunos fue diplomático y a otros los apretó con desfinanciarlos y con perjudicarlos con los árbitros“, reconoció en off ante NEXOFIN uno de los presidentes que recibió uno de los llamados en malos términos.
Ante este escenario, la política empezó a seguir muy de cerca lo que pasa en el fútbol. No quieren grandes líos y temen que esta pelea por quién comanda la Liga termine muy mal. Es por eso que en los últimos días la política bajó la línea y pidió a Tapia que haya un candidato de consenso. El nombre que empezó a surgir fue el del presidente de Racing, Víctor Blanco.
Blanco hoy logró algo inédito. El apoyo de tres hombres clave del Frente de Todos: Alberto Fernández, Sergio Massa y Máximo Kirchner. Además, lo impulsan los clubes grandes y es bien visto por todas las instituciones de Primera.
Pero surge un problema. La política le hizo llegar a Tapia que el candidato es Blanco, pero Tapia se resiste. En voz alta, le dice a la política que acepta a Blanco, pero en voz baja le pide a Malaspina que siga adelante y que fuerce una ruptura.
Ante esto la política se empezó a impacientar. Primero con Malaspina y ahora con Tapia. Hay que recordar que Tapia recurrió a la Cámpora para poder asumir su segundo mandato. Desde esa agrupación intercedieron para que la IGJ permitiera su reelección tras unos comicios irregulares.
Ahora, el líder de La Cámpora es uno de los más interesados en que Blanco sea el presidente de la Liga Profesional.
“Si no lo entiende, Tapia será parte del problema”
La bronca llegó a tal punto que en una reunión de esta semana se escuchó decir a uno de los hombres fuertes del Frente de Todos. “Malaspina no va a ser presidente. Y si Tapia sigue sin entender que esto es por el bien del fútbol, él también será parte del problema”. El comentario lo hizo ante dos pesos pesados del fútbol.
Viendo el horizonte que marcó la política, muchos clubes dudan en apoyar a Malaspina, a quien nunca vieron como un buen candidato pero lo aceptaban por temor a represalias de la AFA.
Este panorama abre una serie de preguntas, por ahora, sin respuesta: ¿podrá Tapia hacer que se baje Malaspina y que reine el consenso?; ¿seguirá jugando a dos puntas Chiqui?; ¿será que Tapia tiene miedo que Blanco presida la Liga y luego sea presidenciable en AFA?; ¿le soltará La Cámpora la mano a Chiqui cuando la IGJ aún no resolvió la cuestión de fondo?