ODISEA.
El viaje en tren dejó de ser una ventaja para convertirse en un suplicio.
Un puente en malas condiciones convirtió a una de las grandes ventajas que tenía Tucumán en materia de transporte de larga distancia en un verdadero suplicio.
Se trata del tren de pasajeros que une nuestra provincia con la estación de Retiro, en Buenos Aires.
Los lugares en el convoy son muy requeridos por quienes buscan realizar ese recorrido con tarifas mucho más bajas que las que ofrecen los ómnibus, aún a costa de soportar un periplo mucho más largo.
Tanto que en diciembre, fue noticia la velocidad con la que se agotaron los tickets, barridos por la gran demanda que generó la proximidad de las Fiestas de Fin de Año y las vacaciones de verano.
Pero la contracara es lo que sucede en Tucumán cada vez que el tren llega al cabo de un agotador recorrido que suele durar más de un día.
Inconcebible
Como el puente ferroviario que corona el paso bajo nivel de la vía alternativa para acceder a la ruta provincial 304, sin pasar por Alderetes, no está en condiciones de ser usado, el viaje termina en la precaria estación de Cevil Pozo.
Esto implica bajar de los vagones generalmente de noche o a la madrugada, en un lugar que no posee infraestructura para albergar a cientos de pasajeros cargados con equipajes.
Así lo reflejó en un hilo de Twitter Gonzalo Soraire, productor responsable de Alma Music, quien desde el tren criticó duramente las consecuencias de que a pesar del tiempo transcurrido, no se haya reparado el puente para que los pasajeros puedan llegar a la estación Mitre.
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