En un barrio cerrado del GBA Norte, el estudio Pacífica Arquitectura, fundado por el Arq. Ezequiel Gil, respondió al pedido de una familia que requería una casa “distinta”, sin resignar confort.
El lote en cuestión tiene vistas a una laguna, lo que determinó la ubicación de un área “chill out” próxima al espejo de agua. Allí se emplazó una chimenea como elemento que nuclea las actividades relacionadas al ocio y el disfrute.
“La presencia del agua, del fuego, la piedra y la madera juegan un papel protagónico presente en cada estación del año”, señala Gil, quien aclara que, junto con Verónica Jijena Sánchez, la interiorista de su estudio, dedicaron mucho tiempo a cada detalle de la vivienda.
La casa queda protegida de las miradas ajenas.
“Trabajamos durante más de un año para conseguir una casa distinta en todo su lineamiento oriental, combinado con el esperable confort de occidente, que fue el pedido primordial de los dueños. Como resultado, consolidamos una arquitectura de líneas simples y modernas, logrando una casa cálida y muy espaciosa”, afirma.
El proyectista explica: “La caja arquitectónica se basó en tres materiales que consideramos elementales para combinar. Elegimos piedra en pastilla San Luis colocada de manera muy precisa, madera de entablonado de pino importado macizo, y empleamos enchapados en varias paredes y puertas interiores”.
La presencia del agua, del fuego, la piedra y la madera juegan un papel protagónico.
Este mix surgió luego de proyectar la vivienda “como un hotel boutique en el que todos los ambientes fueron pensados para el bienestar de los integrantes”.
Residencia 180 South – Planta baja.
Residencia 180° South- Planta alta.
El interiorismo
En este sentido, la labor de Jijena Sánchez fue determinante. Junto con el arquitecto se propusieron diseñar “espacios escenográficos” a partir de un imponente hall de distribución, el que consideraron “el lugar indicado para la televisión principal de la casa, una gran biblioteca y un espacio de juegos”. Sus paredes están revestidas con fotografías y cuadros que cuentan la historia familiar.
El diseño de la planta baja está orientado a recibir amigos, familia y a la vez tener rincones exclusivos para cada integrante de la casa: sala de lectura, cine, cava, escritorio, playroom para niños, playroom para adultos, un espacioso comedor diario y una cocina extra-large.
La laguna es protagonista del área social.
Además, los autores destacan que “el hecho de hacer aberturas que se desplazan y se esconden dentro de un gran muro de piedra, logran un ambiente ‘in-out’, ya que al desdibujar los ventanales se crea un living de dobles dimensiones que aporta un gran espacio distinto al que se está acostumbrado a ver en este tipo de arquitectura”.
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Esto fue posible a partir de ventanas de PVC foliadas en negro, que “realmente sorprenden a quienes visitan esta casa”, aseguran Gil y Jijena Sánchez.
Ambientes que median entre el interior y el jardín.
Con respecto a las áreas de servicio, se pensaron en comunión con el resto de la vivienda incluso desde el punto de vista de la calidad de los materiales, tanto en solados, como mesadas y terminaciones.
En tanto, la suite principal es el ambiente más destacado de la planta alta por su tamaño y calidez. Aquí el elemento principal es el entelado completo en lino natural, “lo que da una acústica única al tiempo que otorga gran categoría a este ambiente casi separado del resto de la casa”, detalla Jijena Sánchez.
El cine requirió de un trabajo especializado en sonorización.
El vestidor asignado al dormitorio del matrimonio fue revestido en enchapado de madera lustrada de nogal, con paneles de vidrio opaco y sistema push en las puertas con led en cada interior.
Este mismo enchapado se replicó en el antebaño para el armado del vanitory y los paños fijos, donde se emplearon persianas horizontales con apertura para su limpieza, “porque consideramos que la estética va de la mano de la funcionalidad, sino ninguno de los dos objetivos cumple su mejor versión”, asegura la interiorista.
La galería replica los materiales del interior de la casa.
Y agrega que “el vestidor junto con el baño principal, fueron concebidos como un espacio reservado, con un dejo oriental por una tenue luz natural”. Sin embargo, Jijena señala que, a su vez, “se desarrolló un majestuoso proyecto de iluminación para generar escenas que denotan que este ambiente funciona como un spa”.
Cada miembro de la familia cuenta con un espacio propio.
Según concluyen los autores, su estudio busca que “pequeños detalles se hagan grandes protagonistas de un espacio y logren sorprender desde que se ingresa a la casa”.
