A una semana de la invasión de Rusia en Ucrania, los ucranianos de la ciudad de Jersón, la primera que cayó a manos del ejército de Vladimir Putin, se organizan para ayudarse entre sí tanto como sea posible, como compartir alimentos con los vecinos que no salen de sus casas por miedo.
“Compartiré papas y cebollas con mis vecinos. Son mayores que yo y no salen; tienen miedo”, relató Valeri, un residente de la ciudad.
El hombre, un empresario de 70 años, contó que no solamente los habitantes se organizaron para ayudarse mutuamente, sino que los médicos ofrecen en las redes sociales consultas gratuitas a quienes lo necesiten.
“Durante la Segunda Guerra Mundial, Jersón estuvo ocupada por los nazis ¿Podríamos imaginar tal ocupación después de tantas décadas?”, cuestionó Valeri.
Jersón, una ciudad de casi 300.000 habitantes en el sur de Ucrania, fue la primera que cayó a manos del ejército ruso el pasado 23 de febrero. Según confirmó otro testigo, la bandera ucrania sigue ondeando en el edificio administrativo de la ciudad, pero el alcalde Igor Kolykhaev reconoció la pérdida del control del territorio.
Valeri, que tiene prisa por hacer las compras y volver a casa con su esposa, dijo no saber cuándo terminará este “horror”, y afirmó en tono de resignación: “Queda rezar y esperar“.
“La bandera de Ucrania cuelga sobre nuestra administración regional. Me tranquiliza y me inspira”, expresó el residente de la ciudad de Jerson, quien pudo salir de su casa por primera vez en muchos días e ir a comprar alimentos..
Después de una pausa de varios días, una panadería de Jersón volvió a funcionar este jueves. En las redes sociales había mensajes de que el pan se venderá o incluso distribuirá gratis en 23 localidades.
“¡Pan! Pude comprar pan fresco, dos panes enteros. ¡Pude comprar agua potable! He estado viviendo en esta hermosa ciudad desde principios de los años ochenta y ni siquiera en mis peores pensamientos podría imaginar que disfrutaría del pan fresco y de agua potable”, subrayó Valeri.
Habiéndose abastecido de pan, el hombre se dirigió al mercado central, pero se encontraba cerrado y no se sabe cuándo abrirá. En el trayecto, dijo estar listo para obedecer la orden del ejército ruso de detenerse de inmediato para verificar los documentos.
“Hay colas enormes, la gente está intentando comprar comida, a pesar de los precios ¿Pero ahora a quién le importa el dinero?”, se pregunta Valeri.
Dice que escuchó explosiones por la noche cerca del aeropuerto, y resumió con tristeza: “Vivimos bajo las leyes de la ocupación“.
En un mensaje emitido en sus redes sociales, el alcalde pidió a los ciudadanos que “no provoquen disparos con sus acciones y comportamientos”.
“Estamos en una situación muy difícil, no hay necesidad de agravarla“, enfatizó Igor Kolykhaev, y dijo que explicó a los “visitantes” rusos que trata de paliar las consecuencias de la invasión.
Además, indicó que están “experimentando enormes dificultades con la recogida y sepultura de los muertos, la entrega de alimentos y medicinas, la recogida de basuras, etc.”
“No les hice ninguna promesa. Simplemente no tengo nada que prometer. ¡Solo me interesa la vida normal de nuestra ciudad! Solo pedí que no le dispararan a la gente”, concluyó.
Por último, recordó que hay un toque de queda desde las 20 a las 06 en Jersón y los peatones deben caminar por la ciudad acompañados como máximo de otra persona.
Con información de EFE