No hubo ni siquiera una oportunidad de salvarle la vida, cuando Iliya llegó al hospital ya estaba muerto. Un proyectil lo había alcanzado mientras jugaba al fútbol junto a dos amigos en una cancha cercana a su escuela. Los médicos no tuvieron respuestas para su padre, que al llegar solo pudo largarse a llorar junto al cuerpo de su hijo. La escena se volvió un símbolo de las desgarradoras consecuencias de los bombardeos rusos sobre el territorio ucraniano.
Sucedió el miércoles, en la golpeada Mariupol, uno de los puntos estratégicos para el ejército de Vladimir Putin, por su puerto y ubicación en el Mar de Azov. Sin energía, agua ni calefacción, los civiles intentan resistir en una ciudad devastada tras casi una semana sufriendo ataques. La comida escasea y las esperanzas también.
Evgeniy Maloletka, el fotógrafo de Associated Press que presenció la dramática escena, contó al diario The Telegraph que un auto se detuvo en la puerta del hospital, se abrió la parte de atrás y vio a dos adolescentes: “Uno tenía las piernas acribilladas a balazos, parecía carne cruda. Iliya ya estaba muerto”.
“Uno tenía las piernas acribilladas a balazos, parecía carne cruda”. (AP)
Los tres jóvenes fueron encontrados y trasladados de urgencia al hospital. David y Artyom tenían las piernas acribilladas, pero todavía respiraban. En la sala de operaciones, los médicos trataban de salvarle la vida, cuando llegó Serhii. Preguntó por su hijo y lo encontró tendido en un carrito, cubierto completamente por una sábana blanca manchada con sangre.
Los cirujanos que salían de la sala de operaciones lucharon por hacer contacto visual con él después de la tragedia. Uno levantó las manos mientras que el otro miró hacia abajo derrotado. El padre se desplomó y comenzó a llorar.
Serhii se acercó al cuerpo sin vida de Iliya y lo abrazó. Fue en ese momento que el fotógrafo tomó la imagen que conmovió al planeta. “Mi hijito”, exclamó el hombre entre lágrimas.
La ciudad sufrió 15 horas de bombardeos. (REUTERS)
Los amigos del adolescente fueron salvados pero probablemente sufran alguna amputación: “Artyom y David tenían las piernas acribilladas a balazos. Esta es una lesión típica que vemos aquí. A las personas con esas lesiones les amputan las piernas. No estoy seguro de lo que va a pasar con ellos”, manifestó Maloletka.
“Catástrofe humanitaria”
Tras varios días de ataque, finalmente el martes las tropas rusas ingresaron a la ciudad, de Mariupol, que tiene más de 400 mil habitantes. Desde entonces todo se volvió aún más complejo para los civiles que el miércoles debieron soportar más de 15 horas de bombardeos.
El martes las tropas rusas ingresaron a la ciudad, de Mariupol. (AFP)
“Durante siete días, han estado destruyendo las infraestructuras básicas. No tenemos luz, ni agua, ni calefacción”, alertó el alcalde de la ciudad, Bodin Boichenko y describió el asedio a su ciudad como un “genocidio a gran escala del pueblo ucraniano”. “Están cortando la entrada de comida, en un bloqueo que recuerda al de Leningrado”, aseguró recordando lo sufrido por la ciudad soviética a manos del nazismo.
Otras noticias
El alcalde habló de una “catástrofe humanitaria” y se estima que ya hay más de un centenar de víctimas y sus familias ni siquiera pudieron recuperar los cuerpos. Los desabastecidos supermercados registran colas de hasta 4 horas de la gente que intenta comprar algo para comer.
Serhii, padre del adolescente Iliya, llora la muerte de su hijo. (Foto: AP Evgeniy Maloletka)
El hospital al que fueron llevados los adolescentes fue bombardeado por un sistema de cohetes múltiples Grad. Las casas cercanas también fueron bombardeadas.
