Una sola prueba de manejo le bastó a Myrian Cordone para demostrar que podía conducir un camión de bomberos; una actividad para la que, por otra parte, se había capacitado. Así se convirtió en la primera mujer -en la fuerza policial local- al volante de este tipo de vehículos.
Primero fue un camión cisterna. Dependiendo del modelo del vehículo, puede trasladar entre 6.000 y 10.000 litros de agua. Luego tomó el volante del autobomba de la primera dotación de bomberos; es el camión que atraviesa calles y avenidas a toda velocidad, haciendo sonar la sirena al máximo volumen. En este camión se trasladan el jefe de turno, más 7 u 8 bomberos; son los primeros en llegar al lugar del siniestro.
Y luego pasó a conducir otro camión enorme, amarillo, que en estos días se pudo ver por todos los medios, cuando la Ciudad envió dos de estas unidades a Corrientes, a colaborar con el operativo para apagar los incendios. Se llama PMA (Puestos Médicos de Avanzada) y en la Estación 10 de Villa Lugano -en donde trabaja Myrian- tienen uno que fue donado por Defensa Civil. “Es más grande que un autobomba. Lleva un container que se transforma como en una suerte de hospital de campaña y puede asistir a casi 20 personas. Tiene aparatología médica, climatización y abastecimiento de oxígeno. Tiene un generador de electricidad propio y lo bajamos del camión con unas patas hidráulicas. Se usa para incendios grandes, para los damnificados pero también para asistir a todos los compañeros y compañeras”, contó. De esta mole se hace cargo Myrian.
Nunca reprobó ningún exámen de manejo. Sin embargo, estuvo dos años sin manejar. Y un poco el azar le permitió estar al frente de la conducción: “Cambié de turno y el jefe me preguntó si manejaba, le dije la verdad, que sabía manejar pero no había tenido la oportunidad de hacer una prueba. Así que me dio la chance y no la desaproveché, porque el mismo día que hice la prueba, tuve que salir a conducir una cisterna. Cuando volví a mi turno original, ya me había ganado mi lugar, así que seguí y llegué a ser encargada de choferes”, contó.
Myrian Cordone ingresó a los bomberos en 2011, cuando no había mujeres en el cuerpo, y se convirtió en la conductora del autobomba principal.
“Que llegues a ciertos lugares aún depende de muchas cosas que no tienen que ver con tus capacidades”, evaluó Myrian.
Desde el Ministerio de justicia y Seguridad porteño informaron a Clarín que hoy las mujeres, en el cuerpo de la Policía de la Ciudad, representan el 35% del total. Son 9.755. Hay 7.751 policias; 1.679 civiles; 134 son bomberas con estado policial y 191, sin estado policial. En las jerarquías medias, representan el 50% del personal. Por ejemplo, en 2019 egresaron del Instituto Superior de Seguridad Pública (ISSP) más mujeres que hombres.
Pero Myrian ingresó a bomberos cuando el cuerpo aún se llamaba Policía Federal y dependía del estado nacional. “Entré en 2011, con otras 20 o 30 mujeres. Fuimos las primeras y el cuerpo de bomberos llevaba 100 años siendo exclusivamente de varones. Como no había vestuarios, hacíamos tareas en las oficinas”, recuerda.

Myrian Cordone con una de sus compañeras. Ingresó a los bomberos en 2011, cuando no había mujeres en el cuerpo, y se convirtió en la conductora del autobomba principal.
Myrian cree que el cambio viene también de la mano de las más jóvenes. “Cuando yo ingresé teníamos muchas dudas y tuvimos que ir abriendo el camino. Creo que mi crecimiento tuvo que ver con el hecho de que me crucé con jefes que fueron profesionales y no me juzgaron por mi género. Pero hoy veo que las chicas jóvenes piden de una, reclaman y plantean las cosas más abiertamente. Llegan con otra mentalidad y eso ayuda a derribar tabúes”, evalúa.
Myrian fue mamá adolescente (a los 14 años); tiene un hijo de 27 (Jonathan) y una nieta de 3, Alma (“me dice que quiere ser bombera, como la abuela”). A los 15 arrancó a trabajar en una remisería. Y durante muchos años trabajó en una empresa de telefonía. Vecina de Moreno, estudia en la universidad local la Licenciatura en Relaciones del Trabajo y le faltan seis materias para recibirse. A futuro, aspira a llegar a la oficina de “Relaciones con la Comunidad”.
Mientra espera nuevas oportunidades, todas las mañanas cumple con una rutina vital, sin excepciones. Junto a sus compañeras y compañeros, revisan meticulosamente todas las unidades: el encendido y el funcionamiento de los camiones, la provisión de sogas y mangueras y todas las herramientas que se necesitan frente a la emergencia.
SC