Leandro Díaz es el salvador de Estudiantes. Con una racha goleadora demoledora: 14 goles en los últimos 15 partidos. En Liniers, ingresó en el segundo tiempo y faltando dos minutos, de cabeza, salvó el invicto de su equipo. Pero lo más importante fue lo que sucedió después del partido, cuando confesó que gracias a la ayuda de los médicos y dirigentes pinchas logró superar una depresión.
“No estuve bien de la cabeza durante un año y medio por depresión. Hay que hablarlo. Es difícil cuando no lo contás. Acá confiaron y me ayudaron un montón. Los doctores se acercaron a hablarme y empecé a tratarme; lo demás vino solo”, sorprendió el delantero ante una pregunta de Juan Pablo Varsky, en el post partido de la transmisión oficial.
Leandro Díaz tiene 29 años, se inició en Lanús y luego jugó en Tigre, Huracán, Everton de Chile, Atlético Tucumán, Ferro, Sarmiento de Junín, Tiburones Rojos de Veracruz, México y llegó a Estudiantes en el 2000 luego de un segundo paso en Tucumán. En plena pandemia, jugó poco tras la reanudación de la competición y apenas marcó un gol. Luego vino la recuperación.
El oriundo de Tucumán recalcó que es necesario hablar del tema. “Uno cuando tiene depresión hay que hablarlo. No estaba bien. Todos los dirigentes del club vinieron a hablarme y me ayudaron un montón. Tuve la ayuda en el momento justo gracias a Estudiantes”.
De alguna manera, explica su gran momento. El 20 de octubre del año pasado, Díaz anotó en el 1-1 ante Atlético Tucumán. Fue el primero de los 14 goles. Luego le marcó a River, Lanús, Huracán (2), Godoy Cruz (2), Vélez, Gimnasia, Huracán, Lanús, Arsenal, Audax Italiano y Vélez otra vez. No es récord, aunque sí una cifra altísima para esta época. En la historia de Estudiantes, hay que remontarse al primer año del profesionalismo, cuando Alejandro Scopelli y Alberto Zozaya rompieron redes tanto en 1931 como 1932.
Pero lo más importante, es el golazo que hizo el Tucu Díaz: superar la depresión y poder contarlo.
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