El 11 de marzo de 2009 se sancionó en Argentina la Ley 26.485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales. La ley detalla los distintos tipos de violencia: física, psicológica, sexual, económica, simbólica. Y sus modalidades: doméstica, institucional, laboral, mediática, obstétrica.
En estos 13 años hubo al menos 4000 femicidios: 4.000 niñas, adolescentes y mujeres fueron asesinadas por su género. El femicidio tiene el agravante de ser un crimen de odio y está tipificado en el Código Penal desde 2012 porque es un delito sistemático. En estos años hubo, además, miles de denuncias de abusos, maltratos, acosos.
La ley, considerada de avanzada en todo el mundo, permitió comprender la problemática estructural de la violencia al mostrar que detrás de los asesinatos, las heridas y los moretones evidentes que dejan los golpes hay otras violencias más sutiles, que niñas y mujeres sufren cotidianamente no sólo en sus hogares y en las calles sino en todos los ámbitos en los que se mueven.
La violencia también está presente en las redes sociales y los medios de comunicación. La ONU lanzó en 2019 el Plan de Acción contra el Discurso de Odio, que es “cualquier tipo de discurso, escrito o conductual, que ataca o usa lenguaje peyorativo o discriminatorio hacia una persona o grupo. Los discursos de odio tienen un efecto negativo sobre el debate público y sobre la democracia porque acallan voces”.
Las más atacadas en estos discursos de odio son las mujeres, principalmente las políticas, las activistas feministas, las comunicadoras y periodistas.
Tomando la misma fecha del 11 de marzo, desde 2015 se conmemora el Día Nacional de la Lucha contra la Violencia de Género en los Medios de Comunicación. La ley busca que todos los contenidos periodísticos tengan perspectiva de género, es decir, que no reproduzcan estereotipos ni refuercen desigualdades. Se trata de promover y avanzar hacia un tratamiento inclusivo, plural y diverso en los medios. Se trata de erradicar las discriminación y las estigmatizaciones.
El rol de los medios es fundamental a la hora de terminar con la desigualdad, que es la única manera de terminar con las múltiples violencias. En esto la responsabilidad de los medios es clave. No puede haber discursos de odio en los medios, porque de esa manera la violencia se enseña y se reproduce.
