Cristiano Ronaldo lleva 806 goles convertidos en su carrera. Desde que superó los 757 anotados por Pelé es el máximo goleador de la historia del fútbol. Detrás está Lionel Messi, quien lleva 759.
Son los grandes goleadores del siglo XXI y de la historia.
Sus números son irrefutables, porque hay registros de cada uno de ellos.
Sin embargo, había una expectativa creada con respecto a que al portugués le faltaban un par de goles para alcanzar un nuevo récord. Los hizo este sábado para Manchester United ante Tottenham Hotspurs, por la Premier League. El tema se transformó en tendencia en las redes sociales. Por eso, vale aclarar la confusión.
Desde hace un tiempo, circula en redes sociales y en algunas notas periodísticas, el nombre del checo Josef Bican, quien fue un notable goleador de tres décadas, la del 30, 40 y 50. Jugó en Austria y en Checoslovaquia (incluso en la etapa unificada con Bohemia y Moravia).
Algunas estadísticas le otorgan 805 goles, otras 756 y un excelente trabajo de la revista Placar de Brasil le contabiliza “apenas” 636.
Bican mantuvo un promedio de goles asombroso, pero las estadísticas le contabilizan partidos amistosos, torneos de reserva y regionales.
Ante esta incertidumbre, en reiteradas notas se puntualizó que era difícil de precisar el número de goles oficiales de Bican.
Lo mismo sucede con el brasileño Arthur Friedenreich. No así en el caso de Pelé, Gerd Müller, Romario o Puskás. A lo sumo, los registros difieren en uno o dos goles. En el caso del checo nacido en 1913 bajo el imperio austro-húngaro, sí.
El número de 805 goles se origina a través de un trabajo del sitio de internet The Rec.Sport.Soccer Statistics Foundation (www.rsssf.com) por Vladimir Kolos. La ficha tiene una contabilización total, oficiales y amistosos, en los que suma como Pelé, más de mil. Pero en el registro de tantos oficiales aparecen torneos de reserva o regionales, algo que no se le cuenta ni a CR7 ni a Messi. Entonces a la cifra le surgen interrogantes, entra en crisis y por eso otras estadísticas dejan al margen esos goles.
En la vorágine de información, el chequeo muchas veces queda en un segundo plano. Y desmentir o retractar un dato que se hace viral parece, en estos tiempos, una misión imposible.
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