La decisión fue en un segundo, donde se jugó la vida o la muerte. Una mujer le realizó una traqueotomía de urgencia a su pareja, quien se había atragantado durante un asado familiar. Sin dudarlo, le cortó el cuello a su novio con un cuchillo Stanley. Y la jornada dramática tuvo final feliz.
La historia de la neozelandesa Sarah Glass dio la vuelta al mundo hace cuatro años cuando salvó a Izak, su pareja. Ahora el tema volvió a viralizarse. “No me pareció aterrador, era lo que tenía que hacer si quería que él se quedara con nosotros. Agarré el cuchillo y le corté la garganta debajo de la nuez de Adán”, relató la mujer a los medios locales, con una increíble naturalidad.
Ambos estaban disfrutando de una barbacoa en un restaurante en las cercanías de Waimarama Beach, en la región de Hawke’s Bay, cuando Izak se atragantó con un pedazo de carne.
Isak Bester se atoró con un trozo de carne y su pareja Sarah Glass, quien le salvó la vida.
Lo que inicialmente parecía un incidente sin importancia se tornó dramático en pocos segundos. El hombre no lograba expulsar el trozo y su cara se ponía cada vez más oscura.
Como es partera, aplicó todos los conocimientos de primeros auxilios que conocía y comenzó a hacerle reanimación cardiopulmonar para que Bester pudiera respirar. “Estaba completamente morado, pero al darle aire, parecía que podría ayudarlo a mantenerse vivo”, dijo Glass al Daily Mail Australia.
Isak Bester fue internado en grave estado, pero luego pudo recuperarse.
Todos los presentes trataron de reaccionar con apuro. Los amigos de la pareja pusieron en práctica la maniobra de Heimlich, que no resultó suficiente. Izak perdió el conocimiento y, aunque la ambulancia estaba ya en camino, cada segundo que pasaba corría en su contra. Sarah sabía que su corazón se detendría de un momento a otro y se armó de valor para tomar la decisión crucial: tomó un cuchillo y utilizó la hoja para abrir una incisión en su cuello, justo debajo de la nuez.
En un golpe de suerte, Glass tenía a mano su kit de parto casero con un tanque de oxígeno, que ella y los amigos de la pareja utilizaron para mantener el flujo de oxígeno al cerebro de Bester.
Isak Bester estuvo al borde de la muerte. Todo por un trozo de carne.
Fue una traqueotomía de emergencia que permitió que el hombre volviese a respirar. De no ser por la intervención de su novia y sus compañeros podría haber sufrido daño cerebral, incluso su vida habría estado en serio peligro. No es exagerado afirmar que, a sus 50 años, Izak Bester volvió a nacer.
“No teníamos alternativa. Sabía que era hacer eso o dejarlo morir. Creo que cualquiera podría hacerlo si ve a alguien que le importa y sabe que es lo único que puede salvarle la vida”, explica Sarah. “Es definitivamente una heroína. Es increíble lo que hizo, porque si hubiese muerto o hubiese sufrido daño cerebral lo habría llevado consigo toda la vida”, contó Izak.
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Pese a ser partera, la mujer reconoció que no tenía ninguna experiencia en ese tipo de traqueotomías, aunque alguna vez había leido un manual de supervivencia. Cree que ese libro le salvó la vida a su pareja. “Creo que lo leí ahí y funcionó”, contó.
El hombre de 50 años estuvo en coma inducido durante casi tres días y permaneció en el hospital una semana más. Luego se pudo recuperar sin secuelas.
