Fue la oportunidad más clara de todo el primer tiempo de un Superclásico trabado, donde se intercambiaron presiones. Justo la tuvo Julián Álvarez, el goleador de este River, y justo ante Agustín Rossi, uno de los que sostiene los últimos buenos resultados de Boca.
Fue a los 30 minutos del primer tiempo, cuando el delantero cordobés vendido recientemente al Manchester City de Inglaterra se encontró con la pelota después de una serie de rebotes, el último en Pol Fernández, e inició la carrera a 30 metros del arco.
Por velocidad y potencia le ganó al mediocampista de Boca, cuando enfrentó a Marcos Rojo lo dejó clavado con un enganche corto y ahí llegó el momento clave de la jugada.
Cara a cara con Agustín Rossi, el arquero lo esperó en el primer palo y, con el pie izquierdo, rechazó el zurdazo cruzado rasante que intentó la Araña, y significó la más peligrosa de los primeros 45 minutos.