Omar Francisco Gallardo (31) era “Pipo”. Todos le decían así. Vivía con sus papás en González Catán, La Matanza, su lugar en el mundo, el lugar adonde lo terminaron asesinando tres ladrones que, en una infernal seguidilla de cuatro asaltos en una hora, le pegaron un balazo en la cabeza.
Ocurrió este domingo a la mañana. La víctima estaba en su Peugeot Partner cuando tuvo la mala suerte de cruzarse con tres delincuentes que escapaban de la Policía.
“Decime por favor cómo voy hacer para vivir sin vos, me dejás partida al medio, ya no tengo lágrimas“, lo despidió en Facebook su hermana Noelia.
González Catán: la Peugeot Partner, el vehículo donde asesinaron al hombre de 31 años. Foto: El Nacional
El domingo de balas, sangre y muerte arrancó con el robo de un celular a un joven que caminaba por la calle. Los asaltantes iban a bordo de una camioneta Ford EcoSport que había sido robada el día anterior en el barrio Villa San Carlos, en Isidro Casanova.
La secuencia continuó en las calles Simón Pérez y Solom, en González Catán, adonde asaltaron a un policía que, vestido de civil, esperaba el colectivo para ir a trabajar. Le sacaron un bolso en el que llevaba su uniforme, el chaleco antibalas y su teléfono celular, pero el agente los enfrentó e hirió a uno de ellos en un brazo y el abdomen.
El tercer hecho fue el que terminó con la vida de Gallardo, en la esquina de José Hernández y Barrientos, frente a una iglesia evangélica. Le quisieron robar la camioneta Peugeot Partner blanca a la víctima, ya que la EcoSport tenía una goma pinchada por un disparo, y le pegaron un balazo en la cabeza. El hombre se desvaneció y chocó contra un poste de luz en Barrientos y Murguiondo.
Detenidos por el crimen de Omar “Pipo” Gallardo en González Catán.
“Me pidieron un criquet porque habían pinchado. Lo busqué y escuché un disparo, una acelerada y el choque de una camioneta. Cuando salí para darles el criquet, me olvidé la manija. En ese momento, vi a uno (de los ladrones) con un chaleco antibalas que me pidió hacerle de remís y le contesté que era de un vecino. Me metí para adentro y no salí más”, contó Juan José, un vecino del barrio.
Tras balear al conductor de la Partner, los delincuentes fueron por otra víctima: un Renault 12, color celeste. Allí, bajaron a la fuerza a su ocupante y continuaron con su plan de fuga, aunque, para esa altura, la Policía ya los tenía cercados.
Entonces, agentes de la comisaría 2da. de González Catán y de la Subestación Sur de La Matanza montaron un operativo cerrojo que finalizó con la detención de los tres sospechosos. Dos de ellos fueron identificados como Lautaro Daniel Paz (21) y Ezequiel Matías Benítez (29). El cómplice fue internado en el Hospital Simplemente Evita.
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Uno de los tres detenidos. Terminó herido y lo trasladaron al Hospital Simplemente Evita.
Tenían un revólver calibre 38, una pistola 9 milímetros Bersa Thunder con numeración suprimida y dos cargadores. También les secuestraron un chaleco antibalas, un uniforme policial completo y cuatro teléfonos celulares.
Gallardo era hincha de Deportivo Laferrere y de River. Trabajaba en la granja avícola de sus padres y era fanático de las jineteadas que organizaba su papá, ya que amaba montar a caballo.
“Era un ser maravilloso, muy cómplice y compañero de su hermana, un gran pilar de la familia”, le dijo a Clarín una prima de la víctima.
La Ford EcoSport con la que los delincuentes realizaron parte del raid delictivo en González Catán. Foto: El Nacional
Su hermana Noelia agregó en el posteo: “Te pido por favor que aparezcas en mi sueño todas las noches porque quiero una vez más, como el tango que te gustaba. Ahora sos mi ángel, te voy a extrañar todos los días de mi vida, te amo con toda mi alma”.
El fiscal Gastón Duplaá, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Homicidios de La Matanza, ordenó que las pericias sean realizadas por Gendarmería Nacional.
La causa quedó caratulada como “robo agravado con arma de fuego en concurso real” en el primer hecho; “robo con arma de fuego y tentativa de homicidio criminis causa“, por el episodio que tuvo como víctima al policía; y “tentativa de robo agravado y homicidio criminis causa“, en el caso del hombre asesinado.
EMJ
