Tras 18 años como jefe de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), el sindicalista Antonio Caló está cerca de perder la conducción del gremio.
La pelea en el Frente de Todos se coló en la interna gremial: el histórico Caló, muy identificado con Alberto Fernández, está cerca de ser desplazado por el dirigente Abel Furlán, un kirchnerista cercano a La Cámpora y de muy buena relación con Máximo Kirchner.
Furlán es el titular de la seccional Zarate-Campana de la UOM. Se trata de una seccional estratégica para la organización: allí Techint tiene su planta de tubos de acero.
Abel Furlán.
“Siempre tuvo una excelente relación (con Máximo Kirchner). Hoy forma parte del consejo del PJ. Es un compañero que siempre acompañó”, dijeron a Clarín cerca del jefe de La Cámpora y ex jefe del bloque del Frente de Todos de Diputados.
La UOM define su conducción en un congreso que se realiza este martes en la seccional porteña del sindicato. El congreso aún no arrancó: se retrasó porque siguen las negociaciones entre las partes.
Furlán está acompañado en la embestida contra Caló por Naldo Brunelli, un histórico peso pesado de la UOM que conduce la seccional San Nicolás del gremio. Brunelli quedaría como adjunto de Furlán.
Según versiones, Caló desistió de competir. Sus rivales cuentan con el apoyo de seccionales clave.
Ley no escrita
De ocurrir, significaría romper una ley no escrita de la UOM: que la titularidad del sindicato la ocupa el jefe de la seccional Capital Federal y que el adjunto es el capo de la seccional Avellaneda.
La negociación estaba trabada este mediodía. “Nos falta cerrar los 11, no está completo todavía”, dijo a Clarín un dirigente del sector rebelde de la UOM en referencia a que aún no tenían completos los 11 asientos del Secretariado General del sindicato.
Signo de los tiempos, los nuevos jefes podrían llegar del interior bonaerense.
En caso de perder, Antonio Caló se iría de la jefatura de la UOM doblemente derrotado. En noviembre pasado presionó y presionó para lograr un asiento en la codiciada conducción colegiada de la CGT.
Aspiraba no a ser el número uno sino simplemente uno de los tres nuevos jefes. Para fundamentar su aspiración argumentaba que uno de esos tres lugares le correspondía a un sindicato industrial.
No lo logró. Ya derrotado, buscó quedarse con la Secretaria Gremial de la CGT, y tampoco lo consiguió. Como premio consuelo, en la central le ofrecieron la Secretaría del Interior, que hasta ahora ocupa.
Dentro de la central obrera peronista le facturaron el alineamiento incondicional que tiene con el presidente Alberto Fernández. En medio de la crisis económica, la CGT pretendía que su cúpula tuviera un mayor margen de maniobra para plantarse frente a la Casa Rosada en caso de ser necesario.
Hace unos días, en declaraciones a radio Rivadavia, Caló se alineó con Fernández en su pelea con Cristina Kirchner.
“Con todo respeto que tengo de la señora que es la presidenta que más votos sacó después de Perón, me parece que en esta se equivocó. Y lo digo públicamente”, señaló.
Además, aprovechó para apoyar la reelección del jefe de Estado: “Si es por mí, Alberto debería seguir. Lo conozco desde que está con Néstor y me parece un excelente Presidente”.