San Basilio de Ankara fue un sacerdote justo nacido y asesinado en Turquía a quien le tocó vivir una época de herejía con enormes persecuciones a la Iglesia Católica que no paraba de crecer en el mundo con la voz de Cristo.
Los arrianos eran un grupo de místicos que solían tener el poder de los emperadores y discutían y peleaban contra los cristianos verdaderos, negando que Jesús y Dios fueran la misma esencia, como lo indica la doctrina cristiana.
Basilio había sido formado en la más pura doctrina de la Iglesia Católica y había solidificado su fe en Ankara de la mano del Obispo San Marcelo, a quien servía y apoyaba en tiempos tan difíciles. Pero un día, San Marcelo fue desterrado por el emperador Constancio y la palabra de Jesús corría peligro. Iban por ella y por los sacerdotes que la predicaban.
Santoral del 22 de marzo: día de San Basilio de Ankara, mártir./ Iglesia Católica.
Eran la década del 350 cuando todas estas peleas ocurrían en Asia Menor. Y San Basilio se defendía por las calles, hablando abiertamente con las gentes del lugar y pidiéndole que no dejaran de creer en la palabra de Cristo por más que la Iglesia estuviese amenazada. Basilio solía tener éxito logrando adeptos y esto molestaba al poder.
Todo se complicó para los cristianos cuando Juliano el Apóstata asumió el trono de emperador y se reveló como un amante del paganismo, la adoración y el culto del sol, y de distintas falsas divinidades sin ningún criterio histórico ni religioso.
A poco de entrar triunfante a Constantinopla, la otra gran ciudad de Turquía (hoy Estambul) el emperador Juliano ordenó que se volvieran a abrir templos paganos y que se restaurara el culto de los falsos dioses. Protegiendo la idolatría a cualquier precio hizo levantar un templo en su palacio e hizo consagrar en sus jardines a varias divinidades.

Santoral del 22 de marzo: día de San Basilio de Ankara./Imagen: Iglesia Católica.
San Basilio, a quien no hay que confundir con el semiarriano obispo Basilio de Ankara, era un sacerdote sin poder. Pero muy lejos de escapar, salió a recorrer la ciudad dia a día pidiendo a los habitantes que no renunciaran a la santa causa de Dios y que no creyeran en las falsas idolatrías, tan lejos de Cristo.
El emperador Juliano perdió la paciencia y lo mandó a arrestar acusándolo de sedición, de incitación al pueblo contra “los distintos dioses” y de ser irreverente con el emperador y sus creencias. Bajo tortura intentaron que cambiara de parecer. Pero San Basilio hizo una valiente, última confesión declarando el amor a Jesús, y entonces fue muerto en prisión, brutalmente, en el año 362.
Otros Santos del 22 de marzo

Santoral del 22 de marzo: día de San Epafrodito, discípulo de los Apóstoles de Cristo.
- San semiarriano. (Siglo I). Discípulo de los Apóstoles de Cristo, visitó a San Pablo en Roma cuando este estuvo en cautiverio, entre los años 60 y 62. Fue el Obispo de Filipos (Macedonia), Tarracina y Andriaca siempre por encargos de San Pedro, desde Roma.
- San Bienvenido Scotivoli. (1188-1282). Obispo elegido personalmente por el Papa Urbano IV para la de Osimo del Picerno, en Italia. Trabajó con gran voluntad por la paz entre los pueblos.
- Santa Lea de Roma, viuda. (¿?-383)). Rica mujer de la alta sociedad romana que, al enviudar, dejó todo lo que tenía e ingresó a una comunidad religiosa de la que terminó su conductora. Sabemos de ella por escritos de San Jerónimo.
- San Nicolás Owen. (1550-1606). Religioso británico de gran valor nacido en Oxford y perteneciente a la Compañía de Jesús, durante años creó refugios para esconder a sacerdotes perseguidos. Bajo el reinado de Jacobo I, fue encarcelado, torturado y muerto en Londres por no renunciar a Cristo.
- San Pablo de Narbona. (Siglo III). En los años 200, cuenta Gregorio de Tours que San Pablo, sacerdote misionero, pertenecía a un grupo de 7 varones ilustres enviado desde Roma para evangelizar la Galia francesa. Y le tocó ser el primer obispo de la ciudad de Narbona.
- Beato Francisco Chartier. (1762-1794). Nacido en Marigné, Francia, François-Louis Chartier fue ordenado sacerdote y ejerció el ministerio en Soeurdre. Pero fue guillotinado por ser sacerdote como tantos otros tras el nuevo poder de la Revolución Francesa.