Santa Rafka de Himlaya, santificada el 10 de junio de 2001 por el Papa Juan Pablo II, fue una monja de Líbano que dejó una gran obra en su maltratado pueblo. Vivió 82 años con la palabra de Dios, protegiendo a pobres y enfermos y sufrió en su cuerpo ceguera y dolores de magnitud, a los que aceptó como una comunión con la pasión de Cristo.
Rafka (o Rebeca en español) es el nombre que recibió como religiosa. Pero nació con el nombre de Petra Choboq Ar-Rayes en el pueblo de Himlaya, cerca de Beirut, el 28 de junio 1832. Era parte de una familia de campesinos, pero su madre murió cuando Rafka tenía 7 años. Y desde chica sintió la vocación religiosa.
A los 27 años, el padre Joseph El-Gemayel la recomendó a la congregación de Las Mariamitas en la ciudad de Bikfaya, donde comenzó a colaborar. Dada sus condiciones, al año siguiente, en 1860, la trasladaron a Deir al-Qamar para enseñar catecismo a los jóvenes. Pero estando allí, le tocó vivir el genocidio de cristianos por parte de los drusos, cuando arrancaban a los niños varones de los brazos de sus madres y mataban a sus padres.
Celebración de Santa Rafka en el monasterio maronita libanés San Charbel.
Rafka escondió un niño al que buscaban para degollar entre sus ropas, salvándolo de la muerte. El Libano era un lugar muy cruel y con mucha muerte y enfermedad, pero eso volvió más fuerte la voluntad de esta cristiana que enseño por un año en Deir El Qamar, otro en Byblos y siete años en el pueglo de Maad (entre 1864 y 1871).
En esos años, la congregación de Las Mariamitas (Mariamettes) desapareció y ella ingresó a la Orden Libanesa Maronita, donde serían sus guías dos sacerdotes que con el tiempo serían santos libaneses, Charbel Makhlouf y Nimatullah Al-Hardini. A través de ellos continuó su trabajo en el monasterio de San José de Batroun.
Santa Rafka viviría allí largos años de mucha sabiduría, de comunión con jóvenes monjas que la buscaban como ejemplo, pero también, años de mucho dolor corporal. Una afección ocular la dejó ciega y su cuerpo le traía dolores inmensos que ella sorteaba como un camino de dolor que liberaría a los pobres y enfermos.

Santoral del 23 de marzo: día de Santa Rafka, monja libanesa./ EcuRed.
Allí, en Batroun, en Líbano, luego de años de socorros, caridad y milagros, rodeada de hermanas en la fe de Dios, Santa Rafka moriría el 23 de marzo de 1914 dejando una obra ejemplar a la Iglesia Católica.
Otros Santos del 23 de marzo

Santoral del 23 de marzo: día de San José Oriol, sacerdote catalán./ ACI Prensa.
- San José Oriol. (1650-1702). Santo de enorme popularidad en Barcelona, donde nació y murió, se dedicó a los enfermos y a los pobres dando todo lo que tenía y viviendo muy austeramente.
- Santo Toribio de Mogrovejo. (1538-1606). Sacerdote y misionero católico español nacido en Mayorga, desarrolló una gran labor como Arzobispo de Lima durante el Virreinato del Perú. Los últimos 25 años de su vida fueron recorriendo unos 40 mil kilómetros por la América donde fundó más de 100 parroquias.
- San Fingar. (¿?-460). Hombre de la nobleza de Irlanda y Príncipe de Hibernia, se convirtió al catolicismo por la influencia de San Patricio y renunció a todo cargo. Y se fue a Cornualles para vivir en soledad y austeridad. Allí fue muerto por Teodorico, rey de Cornualles, que odiaba a la religió cristiana.
- San Gualterio. (1030-1099). Sacerdote francés de la Orden Benedictina con grandes estudios en filosofía, se dedicó a la religión y fue abad en San Martín de Pontoise.
- San Otón de Ariano. (1040-1127). Nacido en Roma en la noble familia de los Frangipane, peleó defendiendo al Papa y hizo un largo peregrinar por santuarios europeos. Finalmente, en Ariano Irpino, en la Campania italiana, trabajó tres años en un hospital y se retiró a la vida de eremita, en una celda que construyó en la Iglesia San Pedro de los Reclusos.
- San Pedro Higgins. (1602-1642). Sacerdote de la Orden Dominica, nació en Dublín, Irlanda y completó sus estudios en España. Desde 1630 a 1642 ejerce de Prior en Irlanda en el convento de Naas. Es ahorcado sin juicio en Dublín por no renunciar a la Iglesia Católica en tiempos del rey Carlos I.
- Beata Anunciata Cocchetti. (1800-1882). Joven italiana nacida en Rovado, Brescia, quedó huérfana muy joven y tuvo siempre una gran inclinación por la vida religiosa. En Cemmo, Lombardía, dirigió por 40 años la Congregación Hermanas de Santa Dorotea, que hoy está presente varios países del mundo.
- Beato Edmundo Sykes. (1550-1587). Presbítero inglés nacido en Leeds, Yorkshire, evangelizó en la ciudad de York de donde fue desterrado. Pero volvió del exilio para continuar con la luz de Cristo y entonces fue apresado y ajusticiado. Mártir.
- Beato Metodio Domingo Trcka. (1886-1959). Nacido en la República Checa, fue presbítero de la Congregación del Santísimo Redentor en Praga. Cómo a muchos otros religiosos mártires, su vida cambió cuando en 1950 el gobierno comunista checo suprimió todas las comunidades religiosas del país. Pasó varios años preso en la cárcel de Leopoldov, muy descuidado, donde muere de pulmonía.
- Beato Pedro de Gubbio. (1210-1287). Nacido en la familia de la nobleza italiana de los Ghigensi, estudió y en Perugia y París obteniendo el diploma en Derecho. Y empezó a trabajar con la Orden de San Agustín, también inclinado a la evangelización. Fue sacerdote y llegó a tener puestos de gran responsabilidad en la Orden. Sus últimos años los pasó en el convento de Gubbio.