El mercado cambiario atraviesa días de relativa calma post acuerdo con el FMI. Este martes, el dólar blue de mantuvo estable en $200; mientras que los dólares financieros terminaron en baja por tercer día consecutivo. El dólar contado con liquidación retrocedió $6 y finalizó la rueda a $192; y el MEP, o bolsa, cerró en $193.
Así, todas las cotizaciones paralelas se aproximan a finalizar el tercer mes del año en baja. El informal, por ejemplo, pierde $11 desde el primer día de marzo, un 5,2%. En tanto, el contado con liqui cae 2,6% en el acumulado mensual, mientras que el MEP cede 1%. Por primera vez, el CCL se ubica por debajo del MEP, que es la única cotización “legal” en la que no existen trabas para que los ahorristas se dolaricen.
Ni el salto de los precios ni el ruido político de las últimas horas, en las que a la fractura de la coalición gobernante se sumó la iniciativa crear un “Fondo Nacional para la Cancelación de la deuda con el FMI”, que será financiado con un nuevo “aporte especial de emergencia” a pagar por quienes tengan bienes en el exterior no declarados ante el fisco, parecen haber interrumpido la calma en el mercado de cambios.
Si se lo compara con la evolución del resto de los precios de la economía, tanto el blue como el contado con liquidación comienzan a verse “atrasados”. Mientras que la inflación acumuló un salto de 8,8% en los dos primeros meses del año, el dólar paralelo cae 3,8% desde el primer día de 2022.
En el mercado oficial, el dólar mayorista terminó a $110,82, 14 centavos por encima del cierre del lunes. El Banco Central tuvo que vender US$ 40 millones para atender a la demanda de importadores, que crece conforme se acerca el cierre del mes. Así, las compras acumuladas por la autoridad monetaria, cayeron a US$387 millones en marzo.
“El crawling peg se mantiene bastante por debajo de la inflación, pero resulta favorecido en términos reales por la apreciación cambiaria que viene acumulando Brasil, evitando la apreciación del peso y la pérdida de competitividad”, dijo Lucas Yatche, de Liebre Capital.
“Mantenemos la postura de la sumamente baja probabilidad de ocurrencia de un salto significativo, pero la necesidad de incrementar el ritmo y reducir el spread con la inflación es inminente, como así también la flexibilización de la demanda para los importadores y la acumulación de reservas”, añadió.