Francisco Cerúndolo superó expectativas propias y ajenas en el Masters 1000 de Miami. Con su victoria ante el italiano Jannik Sinner (11° del mundo), el porteño (103°) se metió entre los cuatro mejores y se transformó en el semifinalista de menor ranking en la historia del certamen. Antes de su primer partido, nadie se habría animado a apostar por semejante actuación del argentino en Florida, que ya le aseguró al menos el 51° lugar de la clasificación. En la previa, mucho menos arriesgado hubiera sido colocar entre los cuatro mejores a Casper Ruud, su rival para las semifinales de este viernes. El noruego, número ocho del mundo, desembarcó en Florida como uno de los favoritos y con otras “obligaciones”. Un panorama que refleja los presentes bien distintos de dos jugadores de una misma generación, pero que recorrieron caminos diferentes desde sus primeros años.
“Nunca jugué con él ni lo vi jugar demasiado, para ser honesto. No lo conozco mucho. Tiene mi misma edad, pero cuando éramos junior nadie sabía quién era Cerúndolo, no lo conocían, porque jugaba muy pocos torneos“, comentó Ruud tras superar en tres sets al alemán Alexander Zverev, cuarto del ranking, en su duelo de cuartos.
Así fue. Cerúndolo no tuvo presencia en el circuito junior de la Federación Internacional de Tenis. Es más, ni siquiera tiene un perfil en la página de la ITF dedicada a esa categoría. Es que el porteño pasó esa etapa desarrollando su tenis en torneos profesionales de Argentina y luego dio el salto directo al ITF World Tour, donde cosechó siete títulos de Future y se ganó sus primeros puntos ATP. A fines de 2016, con 18 años, empezó a incursionar en los Challengers (ganó el primero en octubre de 2020 y hoy suma cinco) y a principios de 2019, gracias a una invitación de la organización, debutó en el main draw de un ATP en Buenos Aires.
Ruud, en cambio, fue uno de los mejores juniors de su camada. Ganó cuatro títulos, alcanzó la tercera ronda de Roland Garros y el US Open 2015 (sus mejores actuaciones en Grand Slams en ese nivel) y llegó a ser número uno del mundo en enero de 2016, ya cuando llevaba dos temporadas jugando Futures regularmente. Tras un corto paso por el Challenger Tour (ganó un solo título), debutó en un ATP en Chengdu en septiembre de 2016 y en febrero del año siguiente jugó en Río de Janeiro su primera semifinal.
El noruego no tardó en transformarse en un jugador habitual en el circuito mayor del tenis. En marzo de 2019, tras llegar a semis en San Pablo, irrumpió en el top 100. Un mes más tarde, alcanzó por primera vez la final de un torneo ATP, en Houston. En enero de 2020 se metió entre los 50 mejores y, a mediados de febrero, inauguró su palmarés personal al coronarse campeón en Buenos Aires.
El 2021 fue su año consagratorio: ganó cinco títulos (Ginebra, Bastad, Gstaad, Kitzbuhel y San Diego), fue semifinalista en las ATP Finals de Turín y consiguió escalar hasta el octavo lugar del ranking, su mejor ubicación. En el arranque de este 2022, además, repitió el festejo de Buenos Aires, donde levantó su séptimo trofeo. Quizás su gran deuda sean los torneos importantes. Aunque en Masters 100 llegó a cuatro semifinales (Roma 2020, Madrid y Montecarlo 2021 y ahora en Miami); en Grand Slams su mejor resultado es la cuarta ronda del Australian Open de la pasada temporada.
Ruud ganó en febrero su segundo título en Buenos Aires y el séptimo de su carrera. Foto REUTERS/Matias Baglietto
Sus buenas actuaciones en cancha le rindieron a Ruud, que lleva acumulados unos 5.2 millones de dólares en premios. En este 2022, solamente, sumaba 425 mil antes de la semana pasada, un poco menos de lo que Cerúndolo ganó hasta ahora en toda su carrera.
El porteño lleva cosechados casi 534 mil dólares, producto sobre todo de los resultados que consiguió en los últimas dos temporadas. El gran ascenso del argentino comenzó a finales de 2020, tras la reanudación del circuito por la pandemia, cuando Ruud ya estaba entre los 30 primeros de la clasificación. Entre agosto y diciembre de ese año logró sus primeros tres títulos en ese nivel y cerró en el 139° escalón.
En el arranque de 2021, tras superar la clasificación del Argentina Open, llegó a la final del certamen, primera y única (hasta ahora) para él. Y más tarde, se dio el gusto de debutar en un Grand Slam (más de dos años después de que lo hiciera el noruego): perdió en el debut de Roland Garros, el único que jugó hasta ahora. En este 2022, tras ganar su quinto challenger en Bolivia, vivió una gran gira sudamericana de polvo de ladrillo en la que llegó a cuartos en Buenos Aires y a semis en Río de Janeiro, y saltó por primera vez al top 100.
Francisco Cerúndolo jugó el año pasado en Buenos Aires la única final de su carrera, hasta ahora, Perdió con Schwartzman. Foto Prensa Argentina Open
Ruud llegó a Miami como sexto favorito y uno de los grandes candidatos a alcanzar las instancias decisivas. Cerúndolo, como un debutante con pocas expectativas, sobre todo después de un sorteo que le había deparado un camino difícil. Pero a la hora de la verdad, los números, las estadísticas y sus historias personales quedaron de lado.
Los dos mostraron un gran tenis y fueron avanzando a paso firme hasta las semifinales. Y este viernes estarán frente a frente por primera vez. Compañeros de generación, pero desconocidos entre sí y con recorridos diferentes, protagonizarán uno de los duelos más importantes del torneo de Florida. ¿Quién se llevará la victoria?
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