La inflación en Estados Unidos sigue en alza y registró en marzo su nivel más alto en más de 40 años, debido principalmente a los precios del combustible que se dispararon especialmente con la guerra en Ucrania.
Los precios subieron 8,5% en 12 meses, y 1,2% respecto al mes anterior, según el Índice de precios al consumo (CPI) publicado este martes por el Departamento del Trabajo.
Se trata de la mayor subida interanual desde diciembre de 1981 y viene impulsada sobre todo por el encarecimiento de la energía, los alimentos y la vivienda.
El informe es el primero que abarca el impacto provocado por la invasión rusa de Ucrania y las consecuentes sanciones occidentales contra Moscú, que generó que trepen los precios de la energía y los alimentos en todo el mundo.
En un mes, los precios subieron 1,2%, frente al 0,8% en febrero.
Solo el precio de la gasolina en Estados Unidos se disparó 18,3% con respecto al mes anterior, y representó cerca de la mitad de la inflación, precisó el departamento.
Los precios totales de la energía aumentaron 11% frente a febrero, que incluyó un salto de 22,3% en los precios del petróleo, según el informe.
Hace un año que la inflación es superior al 2% que la Reserva Federal (banco central estadounidense) marcó como objetivo.
El Gobierno de Estados Unidos había anticipado este lunes que el dato de inflación iba a ser “extraordinariamente elevado”, y culpó de ello fundamentalmente a la invasión rusa de Ucrania.
En una rueda de prensa, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, se refirió en todo momento a la alta inflación como “la subida de precios de Putin”, en referencia al presidente de Rusia.
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AFG