IRSA, dueña de los principales shoppings del país y de varios edificios de oficinas emblemáticos, está aprovechando el cepo cambiario para ganar clientes en el negocio inmobiliario.
La empresa ya vendió este año varios pisos de la Torre Della Paollera, en Catalinas, a bancos como el Santander y el Industrial y a financieras como Mastercard. Como no pueden comprar dólares ni girar sus ganancias fuera del país, los compradores apelan a los ladrillos para mantener el valor de su patrimonio.
Y ahora, de un golpe, se desprendió de todo el edificio República, vecino de Catalinas, por US$ 131,8 millones, a razón de US$ 6.629 por metro cuadrado), según indicó en un comunicado a la Bolsa porteña.
El comprador sorprendió al mercado. Es un apellido que había salido del centro de la opinión pública hace unos años: la familia Eskenazi.
A través del grupo Petersen, los Eskenazi son dueños de cuatro bancos (el de Santa Fe, Santa Cruz, San Juan y Entre Ríos), mediante los cuales se habría cerrado la operación, según indican fuentes del mercado inmobiliario.
Los compradores, contó IRSA, pagaron “aproximadamente el 80% en efectivo, es decir US$ 105,1 millones o 11.944,8 millones de pesos, y el importe restante con la entrega de un predio de 46 hectáreas ubicado sobre la Autopista Buenos Aires– La Plata en el partido de Quilmes”.
Ese predio tiene la normativa aprobada e indicadores urbanísticos para desarrollar un emprendimiento de usos mixtos con una capacidad constructiva de aproximadamente 521.400 metros cuadrados, agregó la compañía vendedora.
El edificio República, en Tucumán 1, había construido el banquero Raúl Moneta en los 90 bajo la dirección del arquitecto César Pelli. La torre tiene 19.885 metros cuadrados de área bruta locativa en 20 pisos de oficinas y 178 unidades de cocheras.
De dueños de YPF al bajo perfil
El apellido Eskenazi fue desapareciendo de la opinión pública cuando, hace exactamente 10 años, se estatizó YPF y la familia, que había entrado con el 25% de la petrolera bajo el patrocinio de Néstor Kirchner y sin poner un dólar en 2008, perdió su participación en la petrolera.
Sin embargo, le vendieron la empresa con la que habían comprado esa participación de YPF a Burford, un fondo buitre que se dedica a adquirir juicios. Ahora, por esa demanda, Argentina y la petrolera estatizada enfrentan una demanda que podría llegar a los US$ 8.500 millones.
Una vez que retornaron al bajo perfil que habían tenido antes de su paso por YPF, el grupo siguió con sus negocios: son dueños de cuatro bancos (Santa Fe, Entre Ríos, San Juan, Santa Cruz); la empresa de seguros Qualia: Mantenimientos y Servicios, dedicada a parquizaciones e instalaciones eléctricas, la bodega Xumek (ex Santa Sylvia) y la constructora Petersen, Thiele & Cruz, que fue la primera firma del grupo.
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