Después del tractorazo a Plaza de Mayo en rechazo a una mayor presión impositiva, el Gobierno avanzará en las próximas semanas con el proyecto para gravar la renta inesperada, la iniciativa impulsada por Martín Guzmán para financiar el nuevo IFE de hasta $ 18.000 mediante la captura de las ganancias extraordinarias de las empresas beneficiadas por la guerra en Ucrania con resultados superiores a los $ 1.000 millones anuales.
De regreso de Washington, en donde mantuvo reuniones con las autoridades del FMI y otros organismos multilaterales hasta el sábado, el ministro de Economía seguirá trabajando en los detalles de su propuesta y a partir de esta semana empezará el sondeo entre sectores empresarios, sociales y políticos, antes de ser enviada al Congreso. “Claro que se trabaja en el proyecto“, confirmaron desde su entorno.
La idea es que sea un aporte por única vez, como ocurrió con el “aporte solidario y extraordinario” en diciembre de 2020. A su vez, la ganancia neta imponible real debe haber aumentado en forma significativa en 2022 y la contribución será menor si la renta se canaliza hacia inversión productiva. El ministro afirmó el fin de semana que solo un 1% de las empresas entrarían dentro del universo previsto en la nueva medida.
Pese a su alcance limitado, el proyecto despertó rechazo en varios sectores del empresariado. Además de la manifestación de los productores rurales, que en Economía calificaron como “partidaria” por el apoyo que recibió de Juntos por el Cambio, la conducción de la UIA también se opone a un aumento de la presión fiscal y de impuestos que “atenten” contra la inversión. La entidad definió esperar a conocer más detalles antes de pronunciarse sobre la medida.
Guzmán deberá sortear además las presiones cruzadas en el Frente de Todos, donde conviven rechazos y exigencias de mayores precisiones. Horas antes del tractorazo, el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, aseguró que el productor rural “no captó la renta inesperada”, mientras el kirchnerismo espera en silencio a conocer la propuesta y el arco oficialista reclama acelerar el paso al equipo de Economía.
Los movimientos lo plantearán el próximo domingo 1 de mayo en el acto para celebrar el Día del Trabajador, donde también pedirán créditos y la sanción de la ley de monotributo productivo. “El Ministerio de Economía va a tener que ponerse a laburar: si no lo impulsan, lo haremos con nuestros legisladores“, señalaron desde una de las organizaciones que tienen funcionarios en el Ministerio de Desarrollo Social.
El mecanismo anunciado por el jefe del Palacio de Hacienda podría permitir la confluencia impensada de los sectores más duros del oficialismo con la burocracia del FMI. Guzmán conversó sobre la iniciativa en Washington, donde el viernes estuvo reunido con la titular del organismo, Kristalina Georgieva, para avanzar en la revisión del programa por el impacto del conflicto bélico en la inflación y los subsidios a la energía.
Si bien el Fondo no dio a conocer su posición frente a la “renta inesperada”, desde el equipo de Economía se difundió el fin de semana un capítulo del informe Perspectivas de la Economía Mundial publicado por el organismo, en el que se recomienda a los países con margen fiscal acotado medidas como “aumentos temporales en el impuesto a las ganancias corporativos diseñados para capturar el exceso de ganancias relacionado con la pandemia”.
La medida es clave para cerrar las cuentas con el FMI. Con un margen acotado para ajustar el gasto, los economistas estiman que será necesario este año engrosar la recaudación. Economía amplió los ingresos en marzo al contabilizar los intereses derivados de la valuación de los bonos, pese a que el memorándum excluye aquellos derivados de activos financieros. La apuesta de Guzmán es que el Fondo avale ese cálculo.
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