El derrotero de la vacuna Sputnik V ha sido accidentado y su destino quedó atado al camino que tome el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. La Organización Mundial de la Salud ya avisó que mientras la guerra dure sus inspectores no podrán viajar a realizar los peritajes científicos que restan para terminar de darle el visto bueno al fármaco contra el Covid.
La cuestión ha dejado de ser en gran medida un problema para los argentinos que recibieron la vacuna rusa, ya que el Gobierno habilitó la cuarta dosis de otra marca para aquellos que necesiten viajar a países donde la Sputnik V no esté reconocida. De esa manera, mediante un segundo esquema de vacunación (tercera y cuarta dosis), ese déficit se salva.
La duda que queda ahora es qué pasará con el saldo del contrato que Argentina firmó con Rusia por 30 millones de dosis. Según datos oficiales, hasta el momento el Gobierno recibió 20,8 millones de dosis: 12 millones correspondientes al componente 1 y 8,8 millones del componente 2. Las últimas entregas registradas son previas al último verano.
Esas últimas entregas fueron realizadas por el laboratorio argentino Richmond, que recibe el principio activo de la vacuna que envía el Centro Gamaleya y se ocupa de envasarlo y formularlo. Fuentes de Richmond confirmaron a Clarín que en este momento tienen un stock de más de un millón de dosis. Por ahora el Gobierno no le ha vuelto a pedir vacunas.
Richmond ha entregado 1,6 millón de vacunas del primer componente y 4,6 del segundo. El Gobierno mira otras góndolas. La última información de recepción de vacunas comunicada fue el último sábado, con la llegada de dos millones del laboratorio Moderna, con lo que el país superó los 119 millones de dosis ingresadas desde el inicio del plan de vacunación.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, ya advirtió que la suerte de la Sputnik V está atada a la guerra. Foto: EFE
“Tenemos stock de 1,4 millón de vacunas y se puede fabricar cuando se solicite”, dijo a este medio una fuente del laboratorio, con lo que confirmó que la producción hoy está frenada. Desde el Gobierno, poco y nada se ha dicho sobre la Sputnik V en el último tiempo, salvo para habilitar esa cuarta dosis que necesitan los que tienen que viajar al exterior.
La última buena noticia para Richmond y la Sputnik V se había conocido en febrero, cuando la ANMAT autorizó el registro de la vacuna en el país. La importancia de esta aprobación radicó en otorgar a Richmond la posibilidad de realizar la comercialización de la vacuna en forma directa e iniciar los trámites necesarios para obtener su autorización y posterior exportación a otros países.
Desde Richmond entienden que actualmente “hay stock de todo tipo de vacunas en el Ministerio”. Sobre el proyecto de fabricar desde cero tanto la Sputnik V como otras vacunas en una nueva planta que el laboratorio está construyendo, la fuente dijo que “no se han suspendido las actividades de transferencia de tecnología” y que la planta se habilita “en octubre o noviembre de este año”.
La misma fuente aseguró que la Sputnik V es sólo una de las posibles vacunas a fabricar en el nuevo laboratorio: “También se está trabajando con transferencia de tecnología de otras plataformas y otros lugares, tanto de Estados Unidos, como de Europa y Asia, y con productos biotecnológicos. Va a ser una planta muy importante para Latinoamérica con proyección a Europa”.
PS
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