Allanamiento en geriátrico de Flores. Foto: NA.
Dos geriátricos fueron allanados en los barrios porteños de Flores y Parque Chacabuco por denuncias de adulteración en los libros médicos.
Según confirmaron fuentes judiciales, los allanamientos se originaron en las denuncias realizadas por inspectores de la Dirección General de Fiscalizaciones de Comuna, que referían que un geriátrico de la calle Achaval al 600, de Parque Chacabuco, se encontraba violando una clausura del año 2020 y no exhibía la licencia correspondiente para desarrollar tal actividad.
Por tal motivo, el fiscal Federico Villalba Díaz, a cargo de la Fiscalía Penal, Contravencional y de Faltas N° 38 ordenó la realización de una inspección integral al establecimiento, la cual fue llevada a cabo por personal del Cuerpo de Investigaciones Judiciales del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad, el Ministerio de Salud porteño, la División Delitos contra la Salud y Seguridad Personal de la Policía de la Ciudad, y la Agencia Gubernamental de Control.
En el procedimiento se detectó que el libro médico del establecimiento estaba adulterado, al encontrarse la firma reciente de un médico que no iba al lugar desde hacía por lo menos un año. Además, se pudo establecer que el sello médico utilizado no era el del profesional.
Además, las tareas de inspección realizadas por el CIJ permitieron detectar una conexión irregular con el predio particular lindero. Estos hallazgos motivaron por parte del fiscal un pedido de allanamiento al lugar, a la vivienda lindera y a otro vinculado en la calle Curapaligüe al 100, en el barrio de Flores, a los fines de investigar la posible comisión del delito de falsificación de documento público y otros.
La orden de allanar fue otorgada por el titular del Juzgado N° 11, juez Marcelo Bartumeu Romero. En el allanamiento a la vivienda contigua al geriátrico de la calle Achaval se logró encontrar a tres mujeres de avanzada edad en un cuarto de la vivienda, a quienes finalmente se las reubicó en otros establecimientos y con sus familiares.
A su vez, el procedimiento realizado en la calle Curapaligüe permitió corroborar que el lugar funcionaba como geriátrico pese a tener una habilitación caduca como salón de fiestas. Los procedimientos permitieron determinar el modus operandi de los establecimientos, y además se secuestraron documentos, sellos, recetarios y otros elementos de interés para la causa.
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