Nuestra piel sufre todo el año: en verano, la exposición al sol nos obliga a ser cuidadosos y tomar recaudos. En invierno, solemos ser algo más descuidados. Pero la realidad es que la piel está expuesta todo el tiempo, todo el año, a diversos factores que influyen en su salud.
En general, algunos trastornos de la piel se manifiestan a simple vista. Esto genera que el paciente que atraviesa cualquier manifestación -rosácea, dermatitis, acné- se sienta incómodo y acomplejado. Estudios demuestran que, en general, las personas que sufren algún tipo de enfermedad en la piel -y que resulta visible- se sienten incómodas en su vida social y tienden a evitar mostrarse.
La piel con tendencia atópica es un trastorno que provoca enrojecimiento de la piel y picazón. Es frecuente en niños, pero puede manifestarse a cualquier edad. La piel con tendencia atópica puede ser crónica y suele exacerbarse en distintos momentos de la vida.
Su origen es multifactorial y está asociado a factores genéticos, inmunológicos y ambientales, así como a un defecto en la barrera cutánea. Esto deriva en una piel que se reseca ante distintas causas como la falta de hidratación o disfunción deficiente de la barrera cutánea. Pero piel seca y piel deshidratada no es lo mismo: la primera es una condición permanente y la segunda es un fenómeno reversible.
Al tratarse de un trastorno que afecta el aspecto de la piel, puede significar una incomodidad en quienes la padecen. La dermocosmética trabaja para que los productos de cuidado personal mejoren la salud de la piel, de afuera hacia adentro. Es importante, como con todas las cuestiones vinculadas a la salud de las personas, que ante la detección de alguna señal -como eccema, enrojecimiento u otros- los pacientes no se automediquen; ya que podrían aplicar cremas cuya funcionalidad sea distinta a la que precisan para su patología.
Siempre es importante consultar con un dermatólogo que, ante un examen, identifique el trastorno, establezca un diagnóstico y lo medique en consecuencia.
Tratamientos de la piel en invierno
Los especialistas afirman que el invierno es la época ideal para tratar rostros, ya que la poca exposición al sol evita posibles complicaciones. En esta época del año es fundamental remover la piel vieja y humectar en profundidad. Más allá de los tratamientos tradicionales para el cuidado de la piel, en la actualidad la tecnología de avanzada permite realizar tratamientos estéticos, indoloros y no invasivos para tratar áreas delicadas.
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