Ya no saben qué inventar, ni cómo justificar un incremento de impuestos, siempre hay un motivo.
Los sectores desprotegidos a quienes distribuir los fondos de esta nueva carga fiscal que se proyecta es para aquellos de menores recursos que no trabajan y continúan recibiendo planes. Se continua afectando la dignidad de las personas, por las medidas económicas equivocadas que afectan de manera constante el desarrollo de negocios e inversiones y como consecuencia se reduce el empleo.
Los impuestos están batiendo records a nivel mundial y encima se les ocurre plantear nuevas cargas fiscales. Para alimentar al fastuoso Estado.
Ahora, con motivo de incremento del precio internacional de los granos, se pretende aplicar un impuesto del orden del 15% adicional complementario en el impuesto a las ganancias. El motivo sería la existencia de una renta inesperada, aunque nunca se piensa en las perdidas inesperadas, ni compensan unas con otras.
Se alega que no es consecuencia del accionar humano, sino que llovió maná del cielo con motivo de la guerra Rusia Ucrania.
En primer lugar, no existe dicha rentabilidad inesperada y en caso de existir ya se encuentra alcanzada por el impuesto a las ganancias.
Todos los referentes del agro explican que la relación insumo producto está peor que la campaña anterior. Los incrementos de costos se elevaron aún más que el porcentaje del precio de los granos. Los agroquímicos y fertilizantes fueron aumentando fuertemente en 2021, así como el flete para trasladar la cosecha al puerto tuvieron incrementos exponenciales en estos últimos días.
Ademas, la mayoría de las tierras rurales están trabajadas por contratistas, que debieron abonar un alquiler con incrementos de precios para esta campaña, muchos sufrieron pérdidas de rindes ínfimos ante la sequía y los incendios.
Aún, cuando podría en alguna zona concreta, o algún productor específico , tener una rentabilidad adicional, destacamos y recordamos que la producción agropecuaria no tiene rentas extraordinarias sino cíclicas. Hay periodos con pérdidas o escasísima rentabilidad y otros con utilidades que en se van compensando, según el clima y las cotizaciones de los granos .
El productor no es formador de precios, y la cosecha en general ha sido vendida con precios de preguerra.
La estructura tributaria en Argentina tiene gran cantidad de distorsiones, que obligan a tributar sobre renta ficticia.
Por su parte, los derechos de exportación con tachas de inconstitucionalidad y porcentuales inaceptables, afectan sensiblemente la rentabilidad del productor. Además ese impuestazo a la producción son ingresos tributarios de la Nación, no coparticipables y por ello reducen la recaudación de las provincias siendo allí donde se produce la riqueza agropecuaria.
No resulta posible contemplar ningún impuesto adicional, por el contrario debiera en forma inmediata respetarse una reducción de impuestos para de una vez por todas incentivar la inversión, el empleo y el desarrollo de nuestro país.
