Fue una negociación veloz y atípica. El gremio de Camioneros, que conduce Hugo Moyano, logró cerrar un nuevo acuerdo paritario tras apenas tres reuniones con el sector empresario: lo usual era que las negociaciones consumieran varias semanas entre idas y vueltas y hasta amenazas de conflicto.
El acuerdo paritario va de mayo a octubre de este año y se abonará en dos pagos: un 15% en mayo y un 16% en septiembre. Ambos aumentos se aplicarán sobre los salarios vigentes al pasado 30 de abril, según se detalla en el acta firmada por Camioneros y las tres cámaras empresarias que nuclean a la actividad.
Pero la mayor novedad fue que Pablo Moyano, hijo primogénito del jefe Camionero, fue dejado completamente afuera de las negociaciones por su padre.
Pablo Moyano en un encuentro con Máximo Kirchner.
Tras una serie de cortocircuitos con su hijo, Hugo Moyano había apartado a Pablo de su actividad en Independiente, aunque en los papeles todavía es el vice presidente primero del club.
Eso sí: no fue incluido en la lista con la que su padre buscará la reelección, en un comicio que aún sigue postergado.
Pablo Moyano, quien hasta hace poco asomaba como heredero natural de su padre en el sindicato, también se había quedado afuera del día a día de Camioneros.
La última novedad de la pelea en el clan familiar es que el hijo ahora también fue dejado afuera de la discusión salarial.
Al igual que en Independiente, padre e hijo se habían repartido el uno/dos en el sindicato. Hugo es el secretario general del sindicato de Choferes de Camiones y Pablo el secretario adjunto.
Pero por el conflicto con su padre, Pablo ya no tiene oficinas en la sede de San José 1781, en el barrio de Constitución. Lo usual ahora es verlo en la sede de la CGT, donde es uno de los tres co secretarios generales, o en la Federación de Trabajadores Camioneros, en avenida Caseros 921.
Como sea, la ausencia de Pablo de la negociación paritaria generó un clima infrecuente de distensión en las conversaciones entre las autoridades del sindicato -además de Hugo Moyano participaron los dirigentes Jorge Taboada, Pedro Mariani, Marcelo Aparicio y Omar Pérez– y los representantes de las tres cámaras empresarias, Federación Argentina de Transporte y Logística (FAETYL), Federación de Autotransporte de Cargas (FADEEAC) y Confederación de Transporte Carga (CATAC).
Este año la negociación se hizo por video llamadas y por afuera del Ministerio de Trabajo. Pero en anteriores revisiones paritarias fueron habituales los cruces picantes y los insultos por parte de Pablo Moyano a los empresarios, fiel a su temperamento repleto de episodios de desbordes y furia.
Hugo Moyano este domingo. Foto Maxi Failla.
Hace unos años le había dicho a un interlocutor del sector empresario en una negociación que se había trabado en el Ministerio de Trabajo que no le pegaba solo porque era un dirigente sindical y las consecuencias que eso podía traer para su gremio.
“Pero yo puedo, Pablo”, se había postulado para la misión un ladero del sindicalista, según se recuerda aún en el ámbito del transporte de cargas.
Renovación de autoridades
El acuerdo paritario que se cerró este viernes tiene vigencia por un semestre; en octubre se reabrirá la discusión salarial.
Inicialmente, en una jugada política Hugo Moyano había pedido una suba salarial de $ 20.000 en el básico de los 240.000 trabajadores que están en el convenio de Camioneros, en línea con lo que Cristina Kirchner y Sergio Massa dieron al personal legislativo. El planteo fue rechazado de plano por los empresarios.
Pero cuando arrancaron las conversaciones vía Zoom, Moyano pidió un aumento salarial del 40%. Los empresarios contra ofertaron 31% por 6 meses. Y hubo acuerdo.
El año que viene Camioneros renueva a sus autoridades. La incógnita es si el padre dejará afuera a Pablo de la estructura.