La vara, en la previa, estaba alta. La primera vez de la Fórmula 1 no podía defraudar en comparación a otros eventos que, incluso en suelo estadounidense, habían logrado una trascendencia única. Empezó bien con la preparación, el “lago falso” y las actividades en la previa que mostraron a los pilotos descontracturados como nunca antes.
Y este domingo, en la quinta final de la temporada, Estados Unidos lo hizo una vez más. Juntó una galaxia de celebridades alrededor del circuito, facturó (y gastó) millones de dólares y hasta se dio el lujo de reunir a cuatro históricos deportistas que pueden recibir el mote de GOAT´s en sus disciplinas.
Se dio en la previa a la largada cuando, en el paddock, se cruzaron el piloto Lewis Hamilton, el basquetbolista Michael Jordan, el futbolista David Beckham y el múltiple campeón de la NFL Tom Brady. Entre los cuatro juntaban 42 títulos.
Hamilton, Jordan, Beckham y Brady, en Miami. Foto: Instagram.
El propio Beckham había estado el viernes en una fiesta a la que acudieron numerosos famosos en South Beach que significó el “semáforo verde” para la participación de la farándula mundial en este Gran Premio, como el presentador James Corden, la estrella de la NBA LeBron James y el músico Wyclef Jean.
El impulsor de esta carrera, Stephen Ross, también es dueño de los Miami Dolphins, de la NFL, y del Hard Rock Café de Miami, por lo que los shows deportivos y musicales son su especialidad.
Así lo demostró con el armado del podio final, montado sobre uno de los laterales del estadio de los Dolphins, hasta donde Verstappen llegó en un jeep y con una insólita escolta policial por los pasillos, ya que los únicos que podían ingresar y que caminaban a su lado eran los responsables de los equipos.
Precios por las nubes
Todos ellos difícilmente tendrán algún problema en pagar las entradas más caras de todo el Mundial de Fórmula 1, solo por detrás del Gran Premio de Montecarlo, con 640 dólares las más baratas, que volaron en la primera jornada.
En la zona denominada “Club de Yates”, la más exclusiva de todo el circuito, los precios oscilaban entre los 9.500 dólares porun boleto individual, 19.000 por el doble y 38.000 el que da acceso a cuatro personas.
Aunque las hubo, sin duda, mucho más caras.
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En la reventa en Ticketmaster se podían encontrar este domingo todavía boletos de hasta 20.000 dólares en un sector situado después de la curva número 8, donde los diseñadores del circuito apostaron precisamente por crear esa marina que intentó emular a la de Montecarlo.
Los organizadores pueden presumir del éxito de la venta de entradas, ya que las cerca de 240.000 que salieron al mercado para los tres días del evento desaparecieron en unas horas.
Esto demuestra el buen momento de la Fórmula 1 en Estados Unidos: al ya habitual de Gran Premio de Austin (Texas) y el estreno de Miami se les unirá en 2023 otro circuito urbano, en este caso en el famoso “Strip” de Las Vegas (Nevada).
“Creo que Miami será como nuestro Super Bowl”, dijo el pasado viernes Hamilton en una comparación con la final de la liga de fútbol americano NFL que no deja de sonar estos días en el sur de Florida tanto por la expectación, los beneficios económicos como el nivel de “famoseo” que genera.
La empresa de promoción turística de la vecina ciudad de Fort Lauderdale calculó que los ingresos que generará este fin de semana la Fórmula 1 serán, según proyecciones citadas por CBS, superiores a los de un Super Bowl, el mayor evento deportivo de Estados Unidos.
Porque se trata, sin duda, de una fiesta de alto vuelo.
La idea de los organizadores del Gran Premio fue ir mucho más allá de tres días de carreras y quisieron convertir este gran premio además en casi un festival de música de primer nivel y por eso contrataron a Post Malone, The Chainsmokers, DJ Tiësto y al colombiano Maluma, que cantó desde el podio poco después de concluida la carrera.
Maluma, con parte del equipo Ferrari en Miami, Florida. Foto: Mark Thompson/Getty Images/AFP
Otro personaje que acaparó las redes por su presencia en el Gran Premio de Miami fue el cantante Bad Bunny.
Bad Bunny le firmó el automóvil al mexicano Sergio Perez. Foto: Mark Thompson/Getty Images/AFP.
Sergio Perez camina con Bad Bunny por el paddock del Gran Premio de Miami. Foto: Mark Thompson/Getty Images/AFP
Serena Williams posó con un look que no le permitió pasar desapercibida en Miami. Foto: Mark Thompson/Getty Images/AFP
Con información de EFE.