Piotr Beczala es un tenor superlativo y, en su debut en el Teatro Colón para la apertura de la temporada 2022 del Mozarteum Argentino, descolló de punta a punta.
La institución celebra este año su setenta aniversario y, antes de que comience el concierto, el hijo de Jeannette Arata de Erize (1922-2013), presidenta y fundadora honoraria del Mozarteum durante más de medio siglo, brindó unas palabras de agradecimiento al tenor por haber esperado dos años para concretar su presentación y también al público por su acompañamiento a lo largo de los años.
La voz de Beczala llegó en su mejor momento, todo su espectro vocal es deslumbrante. Nunca se escuchan tensiones ni dificultades técnicas, y esa seguridad se une con una profunda capacidad para conectar con la naturaleza emocional de la música. La selección inteligente del programa representa bien el repertorio del tenor, que lleva 30 años de carrera, y le permite desplegar su sinfín de cualidades.
Piotr Beczala lleva 30 años de carrera.
La carta de presentación fue una vigorosa versión de Questa o quella, aria de Rigoletto, una de las óperas más populares de Verdi, y continuó con Di’tu se fedele il flutto m’aspetta (Un Ballo in Maschera). El espíritu afirmativo de las arias le permitió a Beczala mostrar su gran presencia escénica y hacer escuchar su poderoso caudal de voz, con una extraordinaria homogeneidad en todos los registros.
El tenor arrancó aplausos y ovaciones con Mattinata, de Leoncavallo, una de las melodías más hermosas escritas en italiano. La obra ayudó a mediar hacia el tono más oscuro y melancólico del Verdi que siguió a continuación.
Quando le sere al placido (Luisa Miller) –en lugar de la anunciada Deserto sulla terra— y Ah, si ben mio (Il Trovatore), ambas resueltas con una línea depuradísima y ese maravilloso fraseo que caracteriza al tenor polaco.
Beczala, que sabe alimentar sus tonos oscuros con un sentimiento delicado, ofreció una rica fusión de tenor lírico-spinto.
Piotr Beczala deslumbró con su voz media perfectamente calibrada.
Un aire fresco siguió con la selección de tres canciones de Tosti y sus referencias a la naturaleza y al amor. Ideale, la más famosa de todas, volvió a arrancar más ovaciones con el desafiante pasaje sobre la frase final. Fue magnifico cómo el canto suave de Beczala, con una voz media perfectamente calibrada, se sostuvo en apenas un hilo sin perder nunca la firmeza.
La primera parte cerró con Aria z kurantem (La mansión encantada), una de las óperas más celebres de Stalislaw Moniuszko, el autor más importante de óperas de Polonia, contemporáneo de Chopin. El tono trágico que le imprimió el tenor al aria fue desgarrador.
La segunda parte
Siguiendo con la inteligente línea de mezclar canciones y arias, el programa abrió con la interpretación encantadora, siempre con una flexibilidad y expresividad exquisitas, de tres canciones de Stefano Donaudy, uno de los autores más representativos de la canción de cámara italiana.
A continuación el precioso tono impresionista de Un Sueño, la primera de las cuatro canciones de Rachmaninoff, introdujo un tono más intimista y el colorido vocal que desplegó el cantante fue notable junto con el refinamiento pianístico de Radicke.
Piotr Beczala es dueño de un fraseo suntuoso y cálido.
Es prodigioso como Beczala armó un mundo emocional, con fraseo suntuoso y cálido, para cada uno de los temas que atraviesan las canciones: la patria, la naturaleza, la nostalgia de la tierra y la esperanza por llegada de la primavera. Al límite del sollozo sugirió la nostalgia en No me cantes doncella.
La vitalidad que evoca la primavera en Agua de manantial se eclipsó en la la dramática Kuda, kuda, kuda vi udalilis (Eugenio Oneguin de Chaikovski). La transformación y entrega emocional fue excepcional, como a lo largo de todo el concierto.
Hacia el final, no faltó uno de los favoritos del público, dentro de la ópera romántica: L’amour… Ah! Leve toi soleil! (Roméo et Juliette de Gounod) La velada cerró con una interpretación de Recondita Armonia que cortó el aliento, y siguió con E lucevan le stelle, (Tosca de Puccini).
La sinergia entre Camillo Radicke y Beczała fue palpable en todo momento. De exquisita sonoridad, Radicke tuvo un excelente desempeño.
El tenor agradeció las largas ovaciones con Pourquoi me réveiller (Werther, Massenet). El resto de los bises incluyó La Fleur Que Tu M’avais Jetée (Carmen, Bizet), Core ´ngrato (Catari, Buti), Deins ist mein ganzes herz (Das Land des Lächelns, Lehár), Zueignung (Strauss) y la preciosa Pamietam ciche jasne zlote dnie (Karlowicz).
El aplauso final del público fue atronador para un tenor que lo entregó todo.
Ficha
Excelente
Piotr Beczała (tenor), Camillo Radicke (piano). Teatro Colón, sábado 7 de mayo. Apertura temporada 2022, Mozarteum Argentino.
CJL
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