Prepagos de Guayaquil triunfan en redes sociales con miles de

Se convirtieron en influencer y sorprenden por confesar sus intimidades como prepagos de Guayaquil y declararse siempre en defensa del sexo femenino

Prepagos de Guayaquil se posicionan como influencer




Las prepagos de Guayaquil se han transformado en un auténtico motor social en donde ofrecen en las redes sociales sus experiencias de vida ejerciendo como escorts en Guayaquil, compartiendo datos valiosos que van desde cómo invertir de forma juiciosa el dinero ganado, hasta las maneras de ser activistas dentro del feminismo usando el sexo como herramienta.

Esta nueva concepción de “sexo influencer” al parecer no es una mera moda porque muchas de estas chicas prepago de Guayaquil tienen cuentas en las redes sociales que pueden ir desde unos “pocos” miles de seguidores hasta fácilmente uno o dos millones de followers, e inclusive más.

Escort de Guayaquil en el mundo 2.0

Si bien muchas de estas prepagos de Guayaquil no se cohíben para compartir sus confidencias sexuales, sí mantienen una distancia prudencial en lo que se refiere a sus identidades. “Rosa”, “Magdalena”, “la rica”, “Esperanza”, Hot baby” son apenas algunos de los pseudónimos que utilizan en las redes sociales para preservar algo de su privacidad.

“Nunca es sencillo porque para los hombres el sexo es poder y la prostitución siempre ha sido un juego en el que ellos quieren imponer y nosotras obedecer una vez que aceptamos el pago”, dice una escort de Guayaquil que simplemente se identifica como “Lucía” y que admite lo difícil que es separar su vida privada de las redes sociales.

“Una se expone a todo, a los comentarios soeces, mordaces, a provocaciones, propuestas francamente imposibles, insultos y hasta amenazas de santurrones e hipócritas”, afirma con media sonrisa, “pero por ningún motivo pienso revelar lo más íntimo de mi que es mi nombre, todo lo demás lo pueden ver”, exclama en medio de risas.

Estas chicas que se ganan la vida dando sexo en Guayaquil están conscientes de lo difícil que es operar una profesión tan íntima en un entorno tan machista como lo es Ecuador. “Emma”, otra de estas populares integrantes de lo que se ha venido a llamar “el oficio más viejo del mundo 2.0” está consciente que lograr un cambio en la mentalidad masculina es difícil, pero necesario.

“Nada más imagínate lo que pudiéramos hacer si este país fuera como Holanda, en donde el Barrio Rosa no solo es bien visto, sino que se trata de un servicio público”, enfatiza con un entusiasmo que no deja duda alguna de su visión progresista.

Las chicas prepago en Guayaquil no solo se exponen al escarnio público, también al abuso de hombres hipócritas que nos ven como algo terrible, pero luego nos traen a sus hijos adolescentes, y a veces preadolescentes, para desflorarlos. Ahí es donde nos hacemos valer: en el precio”, afirma, no sin cierta malicia.

En Guayaquil las escorts se defienden

Dentro del submundo de las escort en Guayaquil, están aquellas que ven la prostitución como una forma diferente y original de exponer las inequidades y desigualdades que sufre la mujer ecuatoriana dentro de una sociedad machista y conservadora, en donde usan el sexo como forma de protesta y expresión.

“Rosa” es el apodo usado por una de las prepagos de Guayaquil que ofrece el sexo como una expresión de liberación, no solo física, sino también mental. Con un intelecto que compite con su enorme atractivo, esta chica no duda un momento en autoproclamarse influencer con toda la seriedad del caso, porque para ella su oficio es influyente y la influencia es poder.

“Si el sexo no fuera importante no existirían hombres que pagaran tanto dinero para acostarse con nosotras”, afirma haciendo una declaración de principios que reafirma lo que desea expresar con su condición de influencer.

“El sexo es una experiencia humana, pero también es placer, es negocio y es poder. No es casualidad que la pornografía es la única industria mundial en donde las mujeres están mucho mejor pagadas que los hombres”.

Para Rosa, una vez que la prostitución se expone como expresión de liberación para a ser algo más que un simple negocio sexual, es la oportunidad de usarlo como un afiche o una valla que ayude a exponer la desigualdad social y la pobreza.

“Hay muchas personas que se escandalizan cuando una p*ta les recuerda que la pobreza es el principal enemigo de la mujer ecuatoriana y que la prostitución sigue siendo una de las pocas vías de escape para lograr un ascenso social. Lo que realmente les molesta a esos hombres es que una adquiera influencia y poder. Paris Hilton nació millonaria, se acuesta con cualquiera y es aplaudida, pero yo nací pobre, hago lo mismo y soy una vulgar ramera”, afirma.

Escritora de un blog social y fotógrafa, Rosa lleva años compartiendo sus inquietudes, anhelos, experiencias y visiones del día a día cuestionando el existente yugo social, no solo a ella, sino a todas las escorts de Guayaquil.

“Una vez que ascendemos la escalera social alcanzamos un lugar privilegiado porque podemos ver hacia abajo y señalar lo que está mal y lo que se debería de hacer para mejorarlo”, dice con mucha convicción mientras sonríe. “Llevo muchos años en esto y lo que te puedo decir es que ser una sexo influencer es usar la ley de la más viva en contra de la ley del más fuerte”.

Ofreciendo ayuda, un cliente a la vez

Cuando le preguntamos a estas prepagos de Guayaquil qué era lo más difícil de su oficio, no dudaron ni por un segundo en afirmar que la seguridad física quedaba completamente vulnerable y a merced de las circunstancias.

“Magdalena” es otra de las influencers experimentadas y una scort en Guayaquil que ha vivido muchas situaciones, buenas y malas, y ofrece su experiencia a las nuevas generaciones por medio de un colectivo que ayuda y orienta a las mujeres jóvenes que entran en este mundo para evitar que cometan sus mismos errores.

“Este es un oficio difícil y peligroso, eso no lo vamos a negar. Les puedo relatar historias horribles de violaciones colectivas, de borrachos que marcaron a prostitutas como si fueran vacas o de asesinos seriales tipo Jack el Destripador, pero si se hacen las cosas bien, se vive muy bien”, afirma con vehemencia.

“El colectivo que yo y otras de las prepagos de Guayaquil fundamos busca ayudar a todas esas chicas, muchas de ellas iletradas y del campo, que entran en esto por la pobreza y el hambre y quedan a merced de explotadores y abusadores. Nuestra idea es ayudarlas, un cliente a la vez, dictarles talleres de salud sexual, de cómo administrar su dinero y cómo aprender a identificar a los buenos clientes”, enfatiza.

“Para todas estas chicas, el sexo no es motivo de vergüenza y la prostitución debería de contar con seguridad social y con todos los derechos y deberes ciudadanos”, afirma Emma con entusiasmo. “Nada más imagínate lo que el Estado ecuatoriano y la ciudad de Guayaquil podrían ganar con un turismo sexual bien regulado, sin niñas ni esclavos sexuales, seríamos una potencia comparable a Holanda”.

Tengan o no influencia, este colectivo de mujeres de Guayaquil reafirma la importancia de ser dueñas de su propio destino y de ser parte integral de la sociedad. Al fin y al cabo, el oficio más viejo del mundo siempre ha existido y existirá y cada vez más hombres sucumben a sus encantos.

Fuente pablolayus.com.ar

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