Atravesar los espectaculares escenarios australianos en The Ghan, sentir el hechizo del misterioso Orient Express, sucumbir a la belleza de los paisajes de Alaska en el Denali Star, o soñar en el Transcantábrico son algunas de las experiencias sobre rieles más emblemáticas del planeta, viajes únicos por los paisajes, el lujo y el servicio que ofrecen a los pasajeros.
Dos siglos después de que las locomotoras diseñadas por Stephenson revolucionaran la humanidad, los viajes en tren permanecen rodeados de una pátina de romanticismo. Y es que descubrir el mundo a través del cristal, sin apuro, convierte a la aventura en placer.
Como dijo el poeta y dramaturgo norteamericano T. S. Eliot, “Lo que importa no es el destino, sino el viaje”. Aquí, nueve opciones de viajes a bordo de algunos de los ferrocarriles más icónicos del mundo.
El Venice Simplon Orient Express es tal vez el “gran clásico” de los viajes en tren. Foto Shutterstock.
1. Venice Simplon Orient Express
Un siglo y medio después de su nacimiento, el “rey de los trenes y el tren de los reyes”, como se le conoció en su momento, continúa recorriendo buena parte de Europa envuelto en un halo de glamour.
Aunque el trayecto del Venice Simplon Orient Express ha sido actualizado, este exclusivo convoy de cinco estrellas extraordinariamente bien conservado permite recorrer de una forma especial -y con diferentes propuestas- ciudades europeas como Londres, París, Venecia, Roma, Praga, Bucarest, Budapest, Viena y Estambul, entre otras.
El Orient Express pasa por grandes capitales como Londres, París, Viena, Budapest o Estambul, entre otras. Foto Shutterstock.
Los elegantes interiores art déco, el servicio impecable de sus mayordomos y una gastronomía de primera invitan a emular a millonarios y espías que durante la primera mitad del siglo pasado ocuparon sus vagones, protagonizando historias de novela, como la de la célebre “Asesinato en el Oriente Express”, de Agatha Christie.
El Transcantábrico, del País Vasco a Galicia. Foto Shutterstock.
2. Transcantábrico
¿Te imaginás viajar desde San Sebastián, en el País Vasco, hasta Santiago de Compostela, en Galicia, en uno de los trenes más lujosos del mundo?
No hace falta soñar despierto, porque para ello está el Transcantábrico, el primer ferrocarril turístico de España -empezó a rodar en 1983-, una auténtica joya sobre rieles convertida en un hotel que atraviesa algunos de los paisajes más bellos del norte peninsular.
El Transcantábrico es considerado uno de los trenes más lujosos del mundo. Foto Shutterstock.
Recorre en total 667 kilómetros por tierras del País Vasco, Cantabria, Asturias y Galicia, en un viaje evocador lleno de magia, posible de primavera a otoño -no circula en invierno-.
La elegancia de los históricos vagones originales de los años 20 del siglo pasado, sus suites de primera clase y su selecta gastronomía confluyen en un servicio y un confort de cinco estrellas. No es de extrañar que ya en 2009, la Sociedad Internacional de Viajeros del Ferrocarril lo incluyera en el listado de los 25 mejores trenes del mundo.
The Ghan, uno de los viajes en tren más largos del mundo. Foto Shutterstock.
3. The Ghan
Recorrer Australia de sur a norte, de Adelaida a Darwin -o viceversa-, a bordo de The Ghan es uno de los viajes en tren más largos y fascinantes del mundo. Durante los cuatro días y tres noches de trayecto, el convoy recorre los 2.979 kilómetros que separan ambas ciudades, pasando por Sidney, Melbourne, Alice Springs y Katherine, descubriendo parajes tan inmensos como vírgenes.
De las costas salvajes del Territorio del Norte a las fértiles llanuras del sur, pasando por el famoso “centro rojo” (red centre) y la inmensidad del Outback, de espectaculares colores y paisajes desérticos, The Ghan regala a los viajeros un viaje de puro lujo.
The Ghan atraviesa el famoso Red Centre australiano. Foto Shutterstock.
Aunque su historia es reciente -empezó a operar en 2004-, es de alguna manera un homenaje a las caravanas de mercaderes afganos y persas que realizaban esta ruta durante la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del XX.
Espectaculares vagones panorámicos en el Rocky Mountaineer. Foto Shutterstock.
4. Rocky Mountaineer
El Rocky Mountaineer es sin lugar a dudas uno de los viajes en tren más pintorescos de Canadá. Cualquiera de sus cuatro recorridos, que se prolongan entre dos y cuatro días, transcurren entre grandes lagos, vertiginosos acantilados, impresionantes cumbres y ríos salvajes del oeste del país. De Vancouver a Banff, Jasper o Quesnel, o de Seattle a las Montañas Rocosas, las experiencias son inolvidables.
Este lujoso tren de ventanas panorámicas y techo de cristal, que funciona de mediados de abril a mediados de octubre, se puso en marcha por primera vez en 1990. Desde entonces ha cautivado a más de dos millones de pasajeros.
Royal Scotsman, un viaje íntimo por las Highlands escocesas. Foto Shutterstock.
5. Royal Scotsman
El Royal Scotsman -tren hermano del Venice Simplon Orient Express- ofrece un viaje casi íntimo por las impactantes Tierras Altas, ya que no lleva más que a 36 pasajeros.
El recorrido del ferrocarril de lujo de Escocia parte de la estación Waverley de Edimburgo y transcurre entre paisajes de extraordinaria belleza: montañas, castillos, bosques verdes, prados y lagos, además de ofrecer experiencias exclusivas como visitas a destilerías de whisky.
Une montañas, castillos, bosques, lagos,y destilerías de whisky. Foto Shutterstock
El tren cuenta con tres rutas distintas que pueden prolongarse durante dos, tres o cuatro noches, a bordo de un auténtico palacio sobre rieles. Sus exquisitos vagones conservan el encanto de lo clásico, en una combinación de la elegancia eduardiana con las comodidades de una casa de campo.
La gastronomía, de altísimo nivel, la posibilidad de relajarse en su spa, y los mil y un servicios que cuidan hasta el último detalle, convierten un periplo en el Royal Scotsman en un auténtico sueño hecho realidad.
Denali Star y un recorrido de 600 km. Foto Shutterstock
6. Denali Star
Quienes lo conocen no dudan en calificar al Denali Star como una de las rutas en tren más bonitas y salvajes del mundo. Transcurre entre las localidades de Anchorage, la ciudad más grande de Alaska, y Fairbanks, en dirección al círculo polar Ártico -o viceversa-, pasando por el parque nacional de Denali.
En total son alrededor de 600 kilómetros en 12 horas de viaje, siempre rodeados por un paisaje cuya belleza resulta estremecedora.
Denali Star por paisajes de Alaska. Foto Shutterstock
No se trata de un tren turístico, sino de un convoy creado como servicio público para los habitantes de la zona. Sin embargo, el espectáculo que ofrecen fiordos, lagos helados, cimas nevadas y bosques inhóspitos han convertido la ruta en todo un atractivo para los visitantes.
Cuenta con un servicio de primera clase que incluye, además de salón-comedor, una plataforma de observación que por sí misma ya justifica el pasaje.
Glacier Express. “el expreso más lento del mundo”, entre espectaculares paisajes.
7. Glacier Express
Entre los varios trenes panorámicos de Suiza, el Glacier Express es, seguramente, el más popular. Desde la Engadina hasta el Cervino o, en otras palabras, conectando los dos centros turísticos de montaña más pintorescos del país, Zermatt y St. Moritz, este ferrocarril recorre en alrededor de ocho horas la cordillera de los Alpes.
Vista de la clase ejecutiva del tren más famoso de Suiza. Foto/Glacier Express
El “expreso más lento del mundo”, como se le ha denominado, corre sobre 291 puentes, atraviesa 91 túneles y tres cantones; alcanza los 2.044 msnm en el paso de Oberalp, el más alto de la ruta, y atraviesa el viaducto Landwasser, una magnífica estructura de seis arcos de 136 metros de longitud.
Los trenes circulan durante todo el año, por lo que, según la estación por la que se opte, los espectaculares paisajes alpinos presentan una gran diversidad.
El Hiram Bingham, un viaje de lujo hasta Machu Picchu.
8. Hiram Bingham
Más allá de una aventura en tren, el famoso Hiram Bingham ofrece un viaje para los sentidos. Operado por Belmond, este fabuloso ferrocarril de lujo transporta a los viajeros al Machu Picchu, la ciudadela inca más importante del planeta, en las alturas de la Cordillera de los Andes.
El recorrido tiene como punto de partida la ciudad de Poroy, a una docena de kilómetros de Cusco, y se desplaza lentamente a través del Valle Sagrado, atravesando paisajes de una descomunal belleza natural.
El Hiram Bingham recorre el bellísimo Valle Sagrado de los incas. Foto Shutterstock
Su nombre es un homenaje al explorador norteamericano Hiram Bingham, que en 1911 descubrió las ruinas de Machu Picchu, que fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad en 1983.
Aunque hay otras formas de acceder a esta maravilla peruana, optar por este glamoroso ferrocarril de vagones nobles de principios del siglo pasado es una auténtica tentación.
El Tranzalpine atraviesa de costa a costa la isla Sur de Nueva Zelanda. Foto Shutterstock
9. Tranzalpine
El TranzAlpine es un tren que atraviesa la Isla Sur de Nueva Zelanda, conectando la costa este y oeste, de Christchurch a Greymouth, pasando por Arthurs Pass.
En total recorre 223 kilómetros en cinco horas, en un recorrido que deleita con algunos de los paisaje más increíbles del país: las vastas llanuras de Canterbury, los espectaculares Alpes del Sur y la salvaje costa oeste.
El “vagón café” del Tranzalpine, con grandes vistas panorámicas. Foto www.greatjourneysofnz.co.nz
Entre otros detalles de confort, los vagones cuentan con un avanzado sistema de suspensión que hace que el viaje sea suave y silencioso, además de ventanas panorámicas que permiten disfrutar de la belleza de las montañas y los bosques alpinos de la zona central de la Isla Sur.
Cuenta también con comentarios sobre el viaje en cinco idiomas que se activan por GPS, pantallas de información y video de alta definición en el techo.
Magda Bigas