Uvalde, la pequeña localidad de Texas, cerca de la frontera con México, estaba de luto este miércoles después de que un adolescente matara a 19 niños y dos maestras en una escuela primaria, en el último espasmo de la epidemia de violencia armada en Estados Unidos. Entre el dolor de las familias, nuevos detalles escalofriantes salen a la luz.
Salvador Ramos, el atacante de 18 años y vecino de Uvalde, mató al menos a 19 niños y dos maestras de la Escuela Primaria Robbel. Todos se habían refugiado en un aula, que se convirtió en una trampa mortal. Los chicos muertos tienen entre 7 y 10 años.
El atacante se atrincheró en el aula donde habían buscado refugios los chicos con las dos maestras, desatando la masacre. También disparó a los policías cuando intentaban ingresar al edificio, dijo un portavoz del Departamento de Seguridad Pública de Texas, el teniente Chris Olivarez, le dijo a CNN y al programa “Today”.
Fue el tiroteo escolar más mortífero desde que 20 niños y seis educadores fueron asesinados en la escuela primaria Sandy Hook en Newtown, Connecticut, hace 10 años.
En el ataque murieron las maestras Eva Mireles e Irma García, según medios estadounidenses. Más de una docena de chicos resultaron heridos.
Ramos estaba armado con múltiples armas y fue abatido por policías en el lugar, dijo el teniente Olivarez al programa “Today”. Una mujer de 66 años que las autoridades dijeron que era la abuela del adolescente había recibido un disparo en su casa en Uvalde poco antes de la masacre y se encontraba en estado grave el miércoles.
University Health, un hospital en San Antonio, dijo el miércoles que una niña de 10 años que fue llevada al hospital en estado crítico después de que el tiroteo en la escuela había mejorado, y ahora estaba en estado grave. Una niña de 9 años y otra nena de 10 también fueron hospitalizadas y en buen estado.
Conocidos dijeron que Ramos, que había asistido a la escuela secundaria del barrio, faltaba a clase con frecuencia y tenía pocos amigos.
Banderas a media asta en Estado Unidos, tras la masacre. Foto: AFP / Timothy A. Clary
Robb Elementary se encuentra en una zona rural salpicada de sauces del desierto y arces dentados en Uvalde, un pueblo fundado en 1853 cerca de la frontera con México. Los datos del censo muestran que más del 40 por ciento de las personas en el barrio alrededor de la escuela han vivido en la misma casa durante al menos 30 años.
Un dato que agrega aún más drama es que, con la llegada del verano boreal, el año escolar ya terminaba. Este jueves era el último día de clases.
En el calendario del distrito escolar para las vacaciones de verano ya figuraban programas extracurriculares de tenis y bellas artes.
Pero en lugar de los planes de verano, los padres se enfrentaron a lo impensable el martes, esperando durante horas la temida confirmación sobre el destino de sus hijos, algunos de los cuales proporcionaron muestras de ADN para probar su relación.
Los sollozos se escuchaban afuera del centro cívico, que fue utilizado como centro de reunificación improvisado. Algunos lucharon por caminar de regreso a sus autos después de recibir la noticia.
Joshua Dominguez de San Antonio, Texas, acerca flores a la escuela Robb. Foto: Jordan Vonderhaar/Getty Images/AFP
Este miércoles, a pasos de la Escuela Primaria Robb agentes del FBI fueron vistos recorriendo el área, llamando a casi todas las puertas del perímetro.
Otras noticias
El miércoles por la mañana, una gran cantidad de agentes de la ley de todos los niveles, locales, estatales y federales, todavía estaban procesando la horrible escena del crimen en la escuela. Periodistas de todo el país cubrieron la calle al lado del colegio.
Un pueblo desconsolado
“Este pueblo está desconsolado, devastado”, dijo Adolfo Hernández, cuyo sobrino estaba en la Escuela Primaria Robb durante el tiroteo del martes en Uvalde, una pequeña comunidad a unos 130 km de la ciudad de San Antonio.
“Cosas así no pasan acá”, aseguró. “Solo querés pellizcarte y despertar de esta horrible pesadilla”.
Afligido y enojado, el presidente Joe Biden se dirigió a la nación en las horas posteriores al ataque, con un llamado a los legisladores para que se enfrenten al poderoso lobby de armas y promulguen leyes más estrictas para frenar la violencia armada.
“Como nación, tenemos que preguntarnos cuándo, por el amor de Dios, vamos a enfrentar al lobby de las armas. ¿Cuándo, por el amor de Dios, haremos lo que todos sabemos en nuestras entrañas que debe hacerse?”, dijo Biden, embargado por la emoción.
En Uvalde, la policía bloqueó el área alrededor de la escuela el miércoles. Foto: Jordan Vonderhaar/Getty Images/AFP
En Uvalde, la policía bloqueó el área alrededor de la escuela el miércoles y había poco tráfico o movimiento de peatones. El vecindario es de casas modestas de un solo piso y con un pequeño patio. En muchos jardines se ven hamacas y parrillas al aire libre para hacer asados.
Más detalles
Según los funcionarios del Departamento de Seguridad Pública de Texas, Ramos le disparó a su abuela antes de dirigirse a la Escuela Primaria Robb alrededor del mediodía, donde abandonó su vehículo y entró con una pistola y un rifle. Llevaba puesto un chaleco antibalas.
En el hilo de los hechos, Ramos primero le disparó a su abuela, estrelló un auto cerca de la escuela y luego se atrincheró en el salón de clases mientras disparaba a estudiantes y maestros, dijo un portavoz del Departamento de Seguridad Pública de Texas.
La policía local luego recibió una llamada sobre un auto chocado y un individuo con un arma que ingresaba a la escuela, dijo el teniente Chris Olivarez a NBC.
“Los oficiales escolares y la policía estatal fueron los primeros en llegar. Escucharon disparos desde el salón de clases e intentaron entrar, pero se encontraron con disparos del tirador. Algunos de ellos recibieron disparos”, dijo.
“Comenzaron a romper ventanas, tratando de evacuar a niños y maestros.
Los oficiales locales, así como los policías estatales, finalmente pudieron entrar a la fuerza en el salón de clases, dijo.
“También se encontraron con disparos, pero pudieron disparar y matar al sospechoso”, dijo.
Olivarez dijo que Ramos usó un rifle largo tipo plataforma, estaba equipado con “municiones múltiples” y vestía un chaleco táctico, una forma de armadura corporal.
Vivía con sus abuelos, estaba desempleado.
Un pasado de maltrato
Ramos, que tartamudeaba y tenía un ceceo, había sufrido ‘bullying’ en la escuela por sus problemas de habla, y una vez se cortó la cara “solo por diversión”, contó a The Washington Post Santos Valdez, que lo conocía de entonces.
Ramos, que tartamudeaba y tenía un ceceo, había sufrido ‘bullying’ en la escuela. Foto: AFP
Valdez dijo que era amigo de Ramos, pero cuando el joven comenzó a “deteriorarse” el vínculo terminó.
Pocos días antes del ataque, Ramos que iba a la secundaria local dio pistas de que algo tramaba enviando fotos de armas a sus amigos y chateando con una chica hasta pocas horas antes del atentado.
Los policías que acudieron al lugar abatieron al agresor, dijeron autoridades.
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Las masacres en los EE.UU.
1982 – 2022
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» Los números indican la cantidad de víctimas fatales
Fuente: MOTHERJONES
Infografía: Clarín
En 2022, en Estados Unidos ha habido más tiroteos masivos (en los que cuatro o más personas resultaron heridas o muertas) que días en lo que va del año, según la ONG Gun Violence Archive, que registró 213 incidentes de este tipo.
El senador Chris Murphy, un demócrata de Connecticut, donde ocurrió el tiroteo en Sandy Hook, hizo un apasionado llamado a tomar medidas concretas para evitar más violencia.
“Esto no es inevitable, estos niños no tuvieron mala suerte. Esto solo sucede en este país y en ningún otro lugar“, dijo Murphy en el pleno del Senado en Washington.
A pesar de los tiroteos masivos recurrentes, múltiples iniciativas para reformar las regulaciones de armas han fracasado en el Congreso de Estados Unidos, dejando en manos de los estados y los gobiernos locales que endurezcan, o debiliten, sus propias restricciones.
Redacción Clarín con información de medios locales y AFP
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