Pedro Cachín le bajó el telón a su primera aventura en el cuadro principal de Roland Garros. El cordobés, 153° del mundo y lucky loser del torneo, se despidió en la segunda ronda al caer por 6-4, 6-2 y 6-4 frente al francés Hugo Gaston, 74°, en un partido a tribunas llenas en el Suzanne Lenglen, en el que fue claro visitante. Poco pudo hacer el argentino frente a el zurdo local, que suele potenciarse cuando juega en su casa, pero se llevará muchas cosas positivas de su paso por el polvo de ladrillo de París.
Gaston -quien en 2020 llegó a los octavos de final de este certamen, siendo el 239° del ranking- aprovechó el apoyo de todo el público y tomó las riendas del partido desde el inicio. El nacido en Toulouse hace 21 años tuvo una efectividad muy alta con su primer servicio (82 por ciento, ganó 36 de los 44 puntos que jugó con ese saque) y conectó 36 tiros ganadores (su rival sumó 28).
Cachín no regaló la derrota, pero se equivocó más que el local (35 errores no forzados contra 21) y apenas pudo aprovechar una de las cinco chances de quiebre que tuvo. Además, entregó 15 break points, de los que Gaston concretó cinco, para sellar el triunfo en dos horas y 3 minutos y meterse en la tercera ronda, donde chocará con el danés Holger Rune, de 19 años y 40° de la clasificación.
Cachín llegó a segunda ronda en su debut en el cuadro principal de un Grand Slam. Foto EFE/EPA/MARTIN DIVISEK
Para el cordobés, un verdadero trabajador del tenis, la derrota significó el final de torneo muy bueno. Porque con 27 años, se dio el gusto de jugar por primera vez un cuadro principal de Grand Slam. Hasta esta semana, había disputado la qualy en cinco “grandes”, en Wimbledon en 2015; en París, Londres y Nueva York en 2019; y en Australia, en enero pasado. Pero no había superado nunca esa fase previa.
Su paso por Melbourne a principios de año fue su única aparición a a nivel ATP de esta temporada, en la que se movió siempre en el Challenger Tour. Y en ese circuito consiguió recientemente dos títulos -en Madrid, el 17 de abril, y en Praga, en 8 de mayo (su tercera y cuarta corona en esa categoría)- para llegar confiado y en un buen nivel al Major francés.
En París se quedó otra vez en la última ronda de la clasificación, pero esta vez le sonrió la suerte. Porque tres bajas de último momento le abrieron las puertas del cuadro principal y el cordobés no desaprovechó la oportunidad.
En el debut, derrotó por 6-1, 3-6, 6-2 y 6-3 al eslovaco Norbert Gombos, 115° del mundo y también proveniente de la fase previa, y consiguió su primer victoria en el cuadro principal de un Grand Slam. No pudo repetir el festejo ante Gaston, pero con ese triunfo en la primera ronda se aseguró un par de premios importantes para él.
Consiguió 61 puntos -16 por haber alcanzado la última ronda de la qualy y 45 por alcanzar la segunda del main draw-, que le permitirán escalar varios lugares en el ranking hasta el 140°, su mejor posición histórica. El lunes, aparecerá por primera vez entre los 150 mejores.
Además, se llevó 86 mil libras esterlinas (poco más de 108 mil dólares), bastante más de lo que llevaba ganado hasta ahora en este 2022 (casi 90 mil dólares). Un premio importante para un jugador que no tiene, por ejemplo, sponsor de indumentaria y este jueves jugó con una remera lisa que él mismo compró en un local de París, sin logo, aunque con parches de una marca de cosmética local que suele patrocinar a jugadores que juegan en canchas principales en el certamen, como contó el periodista Marcos Zugasti en Twitter.
Cachín aparecerá el lunes en el 140° lugar del ranking, su mejor posición histórica. Foto FE/EPA/MARTIN DIVISEK
Y por último cumplió su sueño de jugar en Roland Garros, el Grand Slam que, por tradición e historia, tiene un gustito especial para los jugadores argentinos.
“Esto es así. Es consistencia, consistencia y consistencia y en algún momento llega ese algo que te da una alegría”, contó el año pasado tras consagrarse en el Challenger de Oeiras y cortar una sequía de tres años sin festejos en ese nivel.
Esa frase aplica a la perfección con lo que el cordobés vivió en los últimos días en París, en una edición del “grande” francés que quedará para siempre en su memoria.