El inicio de la final de la Champions League se demoró por media hora a partir de problemas en los accesos al Stade de France destinados a hinchas de Liverpool: hubo entradas falsas, corridas y muchos que pudieron ingresar colándose por encima de las rejas que habían sido cerradas para evitar desmanes ante la cercanía de la hora de juego.
Los videos se multiplicaron en las redes sociales mostrando varios de los portones del estadio Saint-Denis desbordados por hinchas de los Reds, burlando a los encargados de seguridad privada, que intentaban tacklearlos para evitar que lleguen a las tribunas.
El mensaje en los pantallas del Stade de France, tras la decisión de la UEFA. Foto: REUTERS/Kai Pfaffenbach.
Hubo también momentos de zozobra cuando la Policía debió utilizar gas pimienta contra algunos hinchas que querían ingresar al estadio por uno de los túneles de acceso.
En principio, los problemas se registraron a partir que las autoridades detectaron muchos tickets falsificados y redujeron el número de accesos disponibles para poder llevar adelante un mejor control. Eso demoró el ingreso de los hinchas y, por ende, el del partido, en un hecho extraño para un evento de tal magnitud.