La ex princesa de Qatar, que fue hallada muerta por una presunta sobredosis de drogas en Málaga, España, habló de su “pesadilla” como miembro de la realeza en una entrevista concedida pocas semanas antes de su muerte.
La princesa Kasia Al Thani, de 46 años, tercera esposa del multimillonario Abdelaziz bin Khalifa Al Thani, de 73 años, describió cómo la transición de crecer en una casa normal en EE.UU. a unirse a la familia real había sido un reto, agregando “más dinero, más problemas”.
Se casó con el príncipe después de que él la cortejara cuando era una estudiante de 19 años en París y, a pesar de la diferencia de edad de 28 años, tuvieron tres hijas.
Kasia Gallanio murió por una sobredosis en su casa española.
Pero su romance se terminó y la pareja se separó en 2007 antes de divorciarse, y la ex princesa, ahora conocida como Kasia Gallanio, tuvo que vender sus joyas para poder sobrevivir.
La mujer, que se relacionaba con las estrellas de Hollywood y tenía 500.000 seguidores en Instagram, también había librado una tóxica batalla por la custodia de sus hijas, en la que un tribunal escuchó que una de ellas había acusado a su padre de haberla tocado “de forma inapropiada”, algo que él niega.
Antes de morir, contó sus terribles padecimientos con la realeza qatarí.
El domingo, fue descubierta muerta en su complejo de departamentos de Marbella después de que una de sus hijas alertara a la policía española desde París de que no había podido contactar con su madre durante días, informó El País.
El lugar donde encontraron muerta en su domicilio a la ex princesa Kasia Gallanio, de 46 años. Foto: EFE
El diario español señala que el portero permitió a varios agentes entrar en el complejo de departamentos de Kasia en Marbella en torno a las 8 de la mañana del domingo.
Semanas antes, Kasia, de origen polaco, habló sobre su turbulenta relación con el ex ministro de Petróleo y Finanzas. En una entrevista concedida el 17 de abril dijo que su vida actual era como vivir en una “jaula de oro”, y que quería liberarse de su ex marido, que según ella se negaba a pagar la manutención de sus hijos.
El complejo español donde vívía la mujer de 46 años. Foto: EFE.
Dijo a Women’s World: “El dinero es una maldición porque te aísla de mucha gente. Es un mundo diferente. Crecí en un hogar normal, así que era un mundo completamente diferente. Crecí en los Estados Unidos y llegar a la Familia Real como estadounidense fue algo completamente nuevo”.
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La ex princesa reveló que incluso tuvo que vender sus propias joyas como resultado de su largo y amargo divorcio, a pesar de vivir en una lujosa villa de Marbella.
Kasia Gallanio, con dos de sus hijas.
“A Abdelaziz le gusta controlarme a través de los niños, lo que creo que no es muy educado y sólo les hace daño”.
Una separación en malos términos
La separación de Gallanio, con doble nacionalidad estadounidense y polaca, del jeque Al-Thani provocó una dura batalla legal por la custodia de sus tres hijas menores en 2012, en un caso que se fue dilatando sin resolución. El 19 de mayo, el tribunal judicial de París desestimó las demandas de la mujer, que en noviembre había pasado varios meses hospitalizada y que, según el diario francés, era propensa a las crisis nerviosas y a las curas de desintoxicación. Esto llevó a un juez a aplazar el caso hasta obtener una evaluación psicológica de la mujer para comprender mejor la situación familiar.
Según Le Parisien, una de las hijas de la pareja denunció a mediados de abril haber sido víctima de agresiones sexuales por parte de su padre cuando tenía entre 9 y 15 años, unas acusaciones que el entorno del jeque qatarí desmiente, pero que llevaron a la Fiscalía de París a abrir una investigación por agresión sexual agravada, a cargo de la brigada de policía de protección de menores. “Mi clienta se vio devastada por esta decisión. Creo que, sobre todo, murió de pena”, asegura en el diario parisino su abogada, Sabrina Boesch, que se encuentra en España con las dos hijas mayores de la mujer, de 17 años, que tuvieron que identificar a su madre este lunes.
El padre, de 73 años, no les dirige la palabra y solo les cubre los gastos de “hoteles modestos o alojamientos de corta duración”, mientras que la menor de las hermanas, de 15 años, vive en su casa, un palacio de 5.000 metros cuadrados en la avenida Montaigne de París, “aislada del mundo y en situación de abandono escolar”, según el diario.