Faltaban siete minutos para que termine la Finalissima entre Argentina e Italia en el mítico estadio de Wembley y los de Lionel Scaloni ya entretenían la pelota para que pase el tiempo porque el 2 a 0 los llevaba al trofeo.
“Que de la mano de Leo Messi, todos la vuelta vamos a dar”, era el cántico repleto de ilusión de los hinchas argentinos que rompieron sus manos y gargantas ante la actuación del campeón de América frente al de Europa.
“Wembley sembra la Bombonera de Buenos Aires”, dice el relator de la RAI, de rodillas, como Roberto Mancini y sus jugadores ante el seleccionado argentino.
“Wembley parece la Bombonera de Buenos Aires” es la traducción textual de la expresión que eligió el narrador para expresar su sorpresa y admiración por el aliento que bajaba de las tribunas que suelen ocupar hinchas de equipos de la Premier League o del seleccionado inglés, que allí consiguió su pasaje para el Mundial de Qatar 2022 y que también perdió la final de la Eurocopa, precisamente ante los italianos.
El aliento, añadió, “acompaña un gran partido de la Argentina”, que minutos más tarde sellaría el resultado con el tanto de Paulo Dybala. Es que además, los goles argentinos tuvieron la firma de futbolistas que los italianos conocen y, tal vez, conocerán en la próxima temporada.
Lautaro Martínez, artillero del Inter, la Joya cordobesa que acaba de dejar la Juventus y el propio Fideo Di María, cuyo futuro, se especula, estará en la Vecchia Signora.
Con el lapidario 3 a 0, la Argentina ratificó en Londres lo conseguido en el Maracaná de Rio de Janeiro hace un año ante Brasil y encendió las ilusiones de cara al máximo compromiso que comenzará el 21 de noviembre.
Aunque los jugadores y el entrenador intentan no alimentar esa expectativa desde lo dialéctico, pero sí desde el rendimiento, hoy pocos se atreven a no imaginar al equipo en fases decisivas.
Para el relator de la RAI, el Mundial quedará como un sueño que no fue y la Argentina como una de las capitales del fútbol que cuenta con otro de los templos del deporte más popular de la Tierra, como lo es la cancha de Boca. Como lo es Wembley.
Y como si fuera poco, para darle un toque más xeneize al comentario del periodista italiano, la cámara, en ese instante, se movía para todos lados, como la Bombonera que, según una marca deportiva que supo vestir a los de La Ribera, “no tiembla, late”.
GRB
