Corea del Norte continúa con las provocaciones y este domingo efectuó ocho disparos de prueba de misiles balísticos de corto alcance en dirección al mar. La exhibición de armas por parte de Pyongyang fue interpretada por funcionarios estadounidenses y surcoreanos como una operación que podría culminar con el ensayo de una explosión nuclear.
El Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur afirmó que los misiles fueron lanzados de forma sucesiva en un periodo de 35 minutos desde lugares que incluían la región Sunan cerca de la capital, Pyongyang. De momento no ha indicado desde dónde fueron lanzados los misiles ni la distancia que recorrieron, pero señaló que el ejército surcoreano ha aumentado su vigilancia en caso de que Corea del Norte dispare más misiles.
En tanto, el ministro japonés de Defensa Nobuo Kishi comunicó que el ejército de su país había detectado al menos seis lanzamientos de entre 300 y 400 kilómetros realizados desde territorio interior de Corea del Norte y puntos en las costas este y oeste.
El funcionario japonés interpretó que las fuerzas norcoreanas estaban evaluando su capacidad para hacer lanzamientos en rápida sucesión desde varios lugares,. Ninguno de los misiles cayó dentro de la zona económica exclusiva de Japón, aclaró el ministro.
Los lanzamientos tuvieron lugar un día después que Estados Unidos y Corea del Sur concluyeran sus maniobras navales conjuntas que duraron tres días en el mar de Filipinas y en las que participó el portaaviones estadounidense Ronald Reagan. Los ejercicios fueron los primeros entre ambos países con un portaaviones desde noviembre de 2017 después que decidieran actualizar sus maniobras de defensa ante las crecientes amenazas norcoreanas.
Se trata de la 18va ronda de pruebas de misiles que Corea del Norte ha efectuado en 2022 solamente -una racha que ha incluido las primeras demostraciones de misiles balísticos intercontinentales del país en casi cinco años- cuando continúa aprovechando un entorno que le es favorable para desarrollar armas ante las divisiones en el Consejo de Seguridad en torno a la guerra de Rusia contra Ucrania.
Los expertos aseguran que la política de alto riesgo del gobernante norcoreano Kim Jong Un tiene como propósito obligar a Estados Unidos a que acepte la idea de que Corea del Norte es una potencia nuclear y negociar concesiones económicas y de seguridad desde una postura de fuerza.
Funcionarios estadounidenses y surcoreanos afirman que hay indicios de que Corea del Norte continúa adelante con los preparativos en su sitio de pruebas atómicas en la localidad nororiental de Punggye-ri.
Corea del Norte lanzó ocho misiles y crece la tensión en la región. Foto: EFE
El próximo ensayo nuclear de Corea del Norte sería su séptimo desde 2006 y el primero desde septiembre de 2017, cuando aseguró haber detonado una bomba termonuclear que puede instalarse en sus misiles balísticos intercontinentales.
El viernes, el enviado especial del presidente estadounidense Joe Biden para Corea del Norte, Sung Kim, dijo que Washington se está “preparando para todas las contingencias” en estrecha coordinación con Corea del Sur y Japón mientras vigila los preparativos de Corea del Norte ante la posibilidad de que efectúe una prueba nuclear.
Kim sostuvo en Seúl una reunión trilateral con sus contrapartes de Corea del Sur y Japón para examinar la crisis nuclear con Pyongyang.
Las negociaciones nucleares entre Washington y Pyongyang están estancadas desde 2019 debido a las desavenencias en torno a eliminar las paralizantes sanciones encabezadas por Estados Unidos contra Corea del Norte y las medidas para el desarme de ese país.
Con información de AP
