Bajo un escenario electoral aún completamente incierto, donde una de las claves será qué harán Cristina Kirchner, La Cámpora y compañía, el kirchnerismo ya empezó a explorar alternativas para evitar hundirse con Alberto Fernández en caso de que el Presidente busque nomás -y fracase, según presuponen- su reelección. En criollo: despegarse.
Pero hay otra variable que el kirchnerismo ya toma en cuenta: evitar que en el arranque del calendario electoral 2023 el sector encadene una serie de malos desempeños que lo hagan llegar demasiado herido políticamente a las votaciones que más le importan, como la de la provincia de Buenos Aires.
Esa estrategia ya se empezó a conversar en Río Negro, la provincia que administra un partido provincial que lidera el ex gobernador y actual senador Alberto Weretilneck y que será una de las primeras -posiblemente la segunda- en llamar a elecciones en 2023.
Alberto Weretilneck. El senador será candidato a gobernador en 2023. Foto Rolando Andrade Stracuzzi.
La idea que discuten entre referentes del kirchnerismo rionegrino y de la fuerza de Weretilneck es ir juntos en la votación local del año que viene.
En Juntos Somos Río Negro (JSRN), el partido de Weretilneck, ya tienen en mente dos fechas para los comicios provinciales: el domingo 2 o el domingo 9 de abril. Antes, ya en marzo, se votaría en Neuquén, provincia que gestiona el Movimiento Popular Neuquino (MPN).
A JSRN y al MPN los hermana una misma estrategia: adelantar lo más posible la votación para evitarse quedar encerrados en un escenario nacional de polarización.
En 2019, la decisión de desdoblar la elección provincial de la nacional fue un golpe para los intendentes peronistas de Río Negro.
Todos creen -y también los que fueron de candidatos en los 30 restantes municipios rionegrinos- que les hubiera convenido ir en la misma boleta de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, que se impuso ese año en la elección nacional.
Signo de los tiempos. Hace unas semanas varios de esos 9 intendentes del FdT compartieron un asado. Coincidieron en que lo mejor para sus propias aspiraciones era que las elecciones en Río Negro sean lo más lejos posible de las nacionales, según se enteraron en el oficialismo provincial.
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Aunque no es autoridad del PJ, el encargado de armar la estrategia en la provincia es Martín Doñate, integrante de La Cámpora y senador de máxima confianza de Cristina Kirchner: lo acaba de designar en el Consejo de la Magistratura.
Alberto Weretilneck y Martín Doñate, en una reunión con el ministro Julián Domínguez.
Ya hubo conversaciones con Weretilneck para buscar una alianza de cara a las elecciones provinciales de 2023. Pero solo para la votación local, es decir la de gobernador y legisladores provinciales. En la nacional, cada uno iría por su lado y competirían.
La ganancia para el kirchnerismo es, como se dijo, que evitaría una catástrofe electoral de impacto nacional justo en el arranque del calendario de votaciones. También que ninguno de sus dirigentes quedaría identificado con una derrota.
Según interpretan en La Cámpora, la ganancia para JSRN de una alianza electoral sería que se garantizarían el triunfo en un escenario que hoy por hoy asoma inestable, donde el candidato a gobernador de Juntos por el Cambio que aparece más nítido es el diputado macrista Aníbal Tortoriello.
“Nadie sabe qué puede pasar si hay, por ejemplo, una alianza de Tortoriello y (Javier) Milei. Puede ser muy peligroso para Juntos Somos Río Negro. A los que seguro no les van a sacar votos es a nosotros“, argumenta un referente cristinista de Río Negro.
Pero en JSRN relativizan esa lectura. Y aunque reconocen que está en conversaciones con el kirchnerismo, meten también en el combo a la UCR, un partido que supo ser muy fuerte en Río Negro (gobernó la provincia entre 1983 y 2011 de forma consecutiva), y que ahora es una de las patas de Juntos por el Cambio.
Según el oficialismo provincial, los radicales “no se bancan” al macrista Tortoriello.
El macrista Aníbal Tortoriello con Miguel Pichetto.
“La idea es construir un gran acuerdo provincial, muy potente, pero no sólo político sino social, gremial y empresario”, explicaron en Juntos Somos Río Negro.
El modelo que parecen tener en vista en el oficialismo provincial es el de Santiago del Estero y Misiones, donde gobiernan desde hace años partidos provinciales que se formaron con dirigentes de diferentes orígenes políticos.
“Ese es el objetivo de máxima. Si no se da ya veremos…. No vamos a sacrificar lo que tenemos por esa jugada”, confiaron.
La opción de las colectoras
Una opción, eso sí, y que la legislación de Río Negro permite es que cada partido que integre ese nuevo frente vaya con un sistema de colectoras para legisladores locales, con lo que evitaría perder su identidad.
Aunque Arabela Carreras, la actual gobernadora, está habilitada por la Constitución rionegrina a buscar un nuevo mandato, el candidato del oficialismo provincial será Weretilneck.
Dato al paso: en la rionegrina General Roca la intendenta peronista María Emilia Soria también desdoblará la elección. Se dice que la adelantará directamente a marzo. La incógnita es qué hará Martín Soria.